sábado, 16 de marzo de 2013

Los niños y niñas de la calle

"A ellos, los que también sonríen con los pequeños gestos, los que agradecen la presencia ante tanta ausencia, los que sobreviven a la indiferencia, los nacidos del Sur que llaman a nuestras conciencias...".
Poema anónimo dedicado a los niños y adolescentes inmigrantes de la calle.

Niños de la calle ¿Por qué?

Existen al menos 18 millones de niños de la calle en la India, 40 millones en América Latina y cerca de 100 millones en todo el mundo. Chicos que nacen y mueren en las calles a causa de la pobreza, el abandono, o la desestructuración familiar (provocada por el abuso psicológico o sexual, o el alcoholismo).

Todos ellos demuestran una falta importante de afecto ante una sociedad que los margina. Ya sea en Delhi, Yakarta, Durban o recientemente en muchos países del Norte, el número de niños de la calle continúa creciendo sin cesar.

Ningún niño escoge la calle

Buena parte de los niños de la calle mantienen algún vínculo familiar y sobreviven robando, pidiendo limosna, vendiendo periódicos o lustrando zapatos para ayudar, de esta manera, a completar los ingresos de sus familias. Son lo que conocemos como niños EN la calle.

Sin embargo, otros muchos han roto con todo vínculo familiar y hacen de la calle su modo de vida: los conocemos como niños De la calle. En este caso se trata de menores que viven en grupo con otros chicos, entorno a la figura de un líder, y se apoyan en la prostitución y los pequeños hurtos para sobrevivir.

La mayoría son adictos a las drogas, desde la heroína al pegamento común. En Estados Unidos y en Europa es la cocaína; para los niños y niñas de la calle en Centroamérica es algo mucho más simple pero igual de mortal. Pegamento para los zapatos. Narcóticos de base solvente, fácilmente disponibles y baratos.

Estos solventes -tollueno, ciclohexano, etc.- llegan a una parte del cerebro de los niños y niñas suprimiendo las sensaciones de hambre, frío y soledad. Pero también hace que sus cerebros se desvanezcan, causando daños irreversibles e incluso la muerte repentina. La compañía que los produce ganas millones con ellos.

Según los datos de UNICEF, hay unos 40 millones de niños de la calle en América Latina, y más de la mitad de ellos inhalan pegamento de base solvente. En total, 20 millones de clientes que consumen alrededor de 20 millones de galones de pegamento al mes. Eso sí que es un GRAN negocio. Y los mayores productores son multinacionales estadounidenses.
¿Oportunidades que tienen los llamados Niños de la calle?

Prisión, prostitución, esclavitud, violencia y muerte son los destinos más habituales que aguardan a los niños de la calle. En Europa (por ejemplo en Bulgaria), las bandas de skinheads cometen ataques racistas contra los niños de la calle rumanos.

En muchos casos han nacido en sociedades castigadas por la brutalidad de la guerra: Angola, Liberia, Guatemala, El Salvador, y por lo tanto han crecido rodeados de una violencia que tratan de imitar. Son antiguos soldados que han asumido la violencia como una conducta normal y pasan a formar parte de los batallones policiales que se encargan de limpiar las calles de los sin techo.

La brutalidad policial está rigurosamente documentada en muchos países, sobretodo en América Latina. Los niños de la calle se convierten así en un objetivo fácil: son el blanco perfecto para justificar la espiral de violencia que ha provocado la progresiva desintegración social. Pero los asesinos uniformados de los niños de la calle no son los únicos responsables.

La asesina más eficaz de estos niños es la indiferencia. Cerca de un millón de menores (sobretodo niñas) ingresan cada año en el mercado de la prostitución infantil, para sobrevivir o colaborar con la economía familiar. El turismo sexual se ha convertido en una industria que mueve billones de dólares. En Mauritania y Sudán, los niños pueden comprarse como esclavos por poco más de 15 dólares.

Impunidad

Mientras muchos de estos niños son asesinados o torturados a diario, sus asaltantes viven en la impunidad. Oficiales corruptos, respaldados por la policía militar y los servicios de seguridad (con la estrecha colaboración de un sistema judicial que no penaliza a los máximos responsables de estos abusos) tienen vía libre para ejecutar su voluntad asesina. Y en el mejor de los casos, si los niños no son asesinados, vivirán los efectos de un daño físico y psicológico, poco menos que irreparable.

El futuro

La existencia masiva de niños y niñas de la calle no hace sino poner de manifiesto la apatía e incapacidad de los políticos para gestionar conflictos. La Convención de Naciones Unidas sobre Derechos del Niño, ratificada por todos los países excepto dos casos lamentables (Estados Unidos y Somalia) recoge en su artículo 39 que "los estados partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física, psicológica y la reintegración social de todo niños víctima de cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos armados. Esa recuperación y reintegración se llevará a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño".

Todavía hoy miles de ellos continúan muriendo cada año. Y sin embargo, aún hay ejemplos para la esperanza: en Luanda, Angola, se fundó una escuela para niños y niñas de la calle en 1991. En Centroamérica, Casa Alianza, está trabajando para internacionalizar el perfil de los niños de la calle a la vez que favorece su rehabilitación. Todos los estados deberían establecer planes de acción al respecto, como la publicidad y el cumplimiento de los artículos recogidos en la Convención sobre Derechos del Niño o creando ministerios específicos de atención para niños y adolescentes.

Menores inmigrantes desamparados en España

Por supuesto, España no es una excepción a la cruda realidad que padecen los niños y niñas de la calle. Desde que en 1997 se detectaron en Barcelona los primeros casos de niños inmigrantes en situación de desamparo, el número de menores que viven y duerme en las calles españolas no ha parado de crecer. Se trata mayoritariamente de menores varones, de procedencia Magrebí que llegan a nuestro país sin un referente familiar adulto, con un proyecto laboral concreto y dispuestos a ganar dinero rápido para poder ayudar a sus familias.

Sería un error considerar que se trata de niños de la calle en sus países de origen ya que ha sido la situación de marginación en los países de acogida la que ha provocado su exclusión. En este caso los menores tienen a su favor una ley que va por delante de las necesidades y que es inequívoca al respecto: "Una persona menor de edad" que se encuentre en territorio español, sin referentes familiares adultos, deberá ser declarada en desamparo y amparada, tutelada y documentada por los servicios de atención a la infancia de la comunidad autónoma correspondiente.

Entendiendo que el desamparo es una situación de hecho, que la tutela debe hacerse de forma inmediata y de manera efectiva y que ha de usarse toda la diligencia necesaria para conseguir la documentación y regularización del menor. No se trata, por lo tanto, de reivindicar unas leyes más justas sino de crear el marco necesario para que se cumplan las vigentes.

En su informe para el año 2002, Human Rights Watch ha denunciado que, en algunos casos, los niños marroquíes inmigrados a España han sido golpeados por la policía y maltratados por el personal y otros niños de centros de acogida hacinados e insalubres.

España también expulsa sumariamente a niños de hasta once años de edad a Marruecos, donde la policía marroquí los golpea, maltrata y abandona en las calles. En muchos de los casos investigados, los organismos encargados de proteger a los niños, la policía y las Consejerías de Bienestar Social, eran el origen de los abusos.

Pilar Martínez



Prevén el Bullying en el Jardín Infantil

En esta época en varios medios de comunicación y diferentes revistas se nos está hablando del fenómeno del bullying , sin embargo es asociado frecuentemente a niños preadolescentes y jóvenes adolescentes ,lo que la mayoría de los padres desconocemos es que el bullying puede empezar en la etapa escolar.

Como padres tenemos la obligación de ayudar y estar atentos al fenómeno del bullying puesto que lo que hoy puede ser un juego de pelota en el recreo que le propicio un golpe a uno de nuestros hijos, con el tiempo se puede convertir en lago peor que se nos salega de las manos. Aquí te daremos algunas señales del bullying y estrategias de cómo actuar frente a él.

Según expertos en psicología infantil, los niños menores de 4 años no poseen capacidad para ponerse en los sentimientos del otro, no tiene la habilidad para sentir empatía, así que cuando le hacen algo a otro niño, es porque no se dan cuenta que están haciendo, no se dan cuenta que el niño sufra. Sin embargo, esto cambia alrededor de los 4 años y si un niño es malo en esta etapa, está simplemente siendo eso—malo.

El bullying puede ser verbal (insultos), físico (palizas) o relacional (rumores y exclusión social). Las razones detrás de este comportamiento pueden ir desde que el pequeño bully ha sido sujeto a este tipo de comportamiento en casa, a que busca atención, a que simplemente le gusta cómo se siente hacerle daño a los otros.

Aunque determinar e identificar el bullying en etapa escolar es algo compleja, puesto que los niños pelean entre sí, ya que les ayuda a aprender habilidades sociales como la tolerancia, el perdón, la negociación y la frustración.

Debemos estar atentos a varias señales cuando estas situaciones normales y comunes en los niños se convierten en algo más. Te damos algunas señales:

1) Baja Autoestima: En lugar de hacer que los niños sean más fuertes emocionalmente, las peleas por bullying hacen que uno de ellos sufra de autoestima baja, ansiedad y miedo. ) Se vuelve introvertido o deprimido.
Dice cosas malas sobre si mismo como, “soy tonto” o “nadie me quiere”. Ya no le gusta ir al jardín (y antes le encantaba)
Se queja de dolores de cabeza o estómago a la hora de ir al colegio o a las clases de baile o futbol. Ya no quiere jugar con un niño que antes era su amigo.

2) Perdurabilidad o Constancia en el Tiempo: La característica principal de los conflictos que podemos catalogar como bullying es que se repitan en el tiempo. Los conflictos por bullying no son algo del momento, sino algo perdurable en el tiempo. Ten en cuenta que en una pelea del diario vivir, ambos niños estarán sufriendo o enojados. En un acto de bullying, uno de los niños puede estar sonriendo, mostrando que esa era su intención. Suele tener heridas y moretones y haberse “olvidado” como las obtuvo

3) Comportamiento secreto: Los bullies saben que lo que hacen está mal. Por lo tanto, intentarán esconder su comportamiento de los papás o profesores.

4) Liderazgo: Los bullies suelen ser líderes de grupos, y convocar a otros a comportarse de la misma manera. Por ejemplo, al excluir a un niño de un grupo, el bully puede lograr que todos lo rechazen.

la transmisión de valores es una labor clave para evitar el bullying. “Tenemos que trabajar con una mentalidad abierta a la diversidad, de aceptar al otro como es, pues trabajando juntos les enseñamos a los niños que cada uno es diferente al otro, y que cada cual se debe sentir acogido y aceptado”.

¿Qué hacer?

La complejidad del bullying preescolar hace que no sea fácil tratar con él. Te damos algunos consejos para ayudar a tus hijos.

1) Habla con tu hijo. Esta es la única forma en la cual podrás averiguar lo que realmente sucede. Escucha sus historias y sentimientos sin juzgarlo o alterarte. Sólo así tendrá la confianza para contarte lo que sucede. Ayúdalo a encontrar palabras para la situación, haciéndole preguntas como: “¿Alguien te hizo daño?” y “Me puedes decir exactamente lo que hizo?”.

2) No Pienses que son cosas de Niños Muchos papás cometen el error de pensar que “son cosas de niños”, y esperar hasta el punto crítico para hacer algo. Si tu hijo cuenta constantemente que hay un chico o chica que lo molesta, es hora de que prestes atención.

3) Enséñale. La mayoría de las veces el bullying sucede sin que los adultos se enteren, y es clave que los niños sepan actuar por si mismos.Actúa las situaciones con tu hijito, mostrándole distintas formas en las cuales puede actuar: ser fuerte y decirle que se detenga (como si no le afectara el comportamiento), ignorar al bully, o contarle a un adulto.

4) Ayúdalo a hacer amigos. Será más difícil que tu hijo sea molestado si tiene amiguitos que lo acompañen. Invita a otros niños o niñas a compartir con él. Además de servirle de “protección”, estos niños le permitirán desarrollar habilidades relacionales que podrá aplicar al bully.

5) Actúa. Si la situación continúa, quizá sea hora de que te involucres. Habla con la profesora. Si no ha visto nada, no necesariamente significa que sea mala profesora, sino que el niño bully es muy bueno en lo que hace. Coméntale el problema. Si no recibes ayuda, sigue presionando hasta que la situación cambie. También puedes conversar con los papás del niño bully (“¿Te has dado cuenta que nuestros hijos no se llevan muy bien?”), pero no te sorprendas si ellos ignoran el problema totalmente. Lo importante es que tú te mantengas firme en lo que consideras correcto.

Estos niños generalmente crecen en un ambiente en el cual la violencia es tolerada, lo cual ellos modelan. Los “bullies” pueden recurrir a estas acciones para llamar la atención, formar parte de un grupo o para esconder sus propios miedos. Muchas veces el agresor ha sido víctima, y toma una posición violenta para prevenir que le hagan más daño.

Para evitar que estas desgracias sigan ocurriendo, los adultos que estamos a cargo de los niños debemos poner límites firmes, mantener una postura de intolerancia a la violencia, enseñar a los niños que cada acción tiene una consecuencia y proteger a la víctima. Una situación de bullying debe ser atacada de raíz y lo antes posible. Dejar en claro que no es aceptable y asegurar al niñ@ agredido que no volverá a suceder.

Tenemos la obligación de prevenir este tipo de comportamiento, no solo por el bien estar de nuestros niños hoy, pero porque la violencia tiende empeorar con el tiempo, y lo que hoy puede ser un golpe con una pelota en una plaza o un empujón en el jardín, manan se puede convertir en algo peor, que es preferible ni imaginar.

Enséñale a tu hijo y a defenderse y a respetarse a sí mismos ante situaciones de violencia psicológica o física por parte de sus pares, recuerda que es importante que los niños conozcan tanto sus derechos como sus deberes , y además que los rodeemos de adultos confiables a quienes les puedan contar lo que está sucediendo, y que a su vez estas personas sean capaces de brindarles el apoyo necesario dándoles credibilidad a lo que ellos le cuentan , puesto que ellos no van a ponerse a inventar situaciones que no han ocurrido.

Gracias
PadresExpertos

Bullying: No es Cosa de Niños

Las investigaciones demuestran que si se trata el bullying en las aulas de clase de manera proactiva y se hacen semanas antibullying en las escuelas el porcentaje de niños que se suicidan y el porcentaje de aquellos que intentan suicidarse reduciría notablemente.

Empleamos el término bullying en la escuela para describir un comportamiento agresivo o el acto intencional de hacer daño a algún/a otro/a, que se lleva a cabo de forma constante durante un período de tiempo y en el cual existe una relación interpersonal caracterizada por una asimetría de poder.

Recuerda que el hostigamiento tiene que ser permanente en el tiempo y como tal puede utilizar diversos soportes para ejercerse, los cuales, en la mayoría de los casos, suelen entremezclarse: soporte físico (golpes, empujones, robos); soporte verbal (insultos, amenazas); soporte relacional o indirecto (exclusión social, rumores) y,el soporte digital (agresiones vía web, celulares, etc.).

Ninguno de estos actos de forma individual y exclusiva puede considerarse bullying, a no ser que uno o más de ellos se presenten consistentemente en el tiempo.

Las consecuencias en la víctima del bullying pueden ser tanto físicas como psicológicas y en muchos casos, pueden ser permanentes en el tiempo. Algunas investigaciones refieren desde daño físico como moretones, pérdidas en el patrimonio personal de los estudiantes, hasta severas consecuencias en la salud mental a futuro, como depresiones severas, trastornos de ansiedad y/o estrés post traumático, e incluso el suicidio, como fue el caso en Iquique de la estudiante Pamela Pizarro en el año 2003.

Las múltiples investigaciones existentes muestran que el bullying es un problema real y grave en las escuelas; independientemente de los países, del tamaño de los establecimientos, de la diversidad cultural, del nivel socio-económico de los estudiantes o de la dependencia educacional de los colegios. Es un problema transversal en la escuela de nuestros tiempos .

Pensamos que los colegios necesitan abordar el bullying desde dos puntos de vista el proactivo y el reactivo.

Muchos estudios enseñan habilidades a los niños que son acusados, dándoles herramientas para que sean asertivos y proactivos ante su agresor, básicamente lo que se debe promover es el buen uso de las emociones, herramientas para el manejo de los problemas, y la habilidad para establecer buenos lazos de amistad.

Independientemente el camino que se tome para ayudar a los niños la responsabilidad total del proceso depende de los adultos responsables, ya que en ocasiones los niños cuando no ven resultados desesperan y caen fácil en la frustración.

Eliminemos el pensamiento que el bullying es una cosa de niños, todos debemos verlo como un problema de agresión, como un fenómeno que ataca las relaciones los sentimientos y las emociones directas de quien las padece.

Por esto el bullying es un problema de las emociones porque las afecta directamente, hace de las personas un cúmulo de sentimientos que no paran, y que si se les permite adueñarse de las personas se apoderan de ella hasta el caso grave de cometer suicidio.

Teniendo en cuenta que la mayoría de caso de bullying es llevado a cabo dentro de los colegios, estamos invitando a los educadores y directivos para que presten atención a la mínima señal de alerta, por insignificante que sea se le debe prestar atención; estudios han demostrado que en el 45% de los casos en que ha existido una intervención a tiempo de los profesores los alumnos han podido para al agresor y este a su vez se ha detenido también por temor a ser descubierto nuevamente.

El bullying es un comportamiento por excelencia claramente excluyente, por consiguiente se hace cada vez más necesario que nos pongamos en el lugar del otro y que podamos ver su mundo.

Las debilidades de la víctima no son necesariamente las mismas que percibimos nosotros, por tanto no debemos subestimar jamás la agresión que está llevando a cabo el agresor.

Los agresores siempre encontrarán la manera de retroalimentarse a partir del dolor de su víctima, así que siempre sabrán cómo ir debilitando su autoestima sin compasión.

No pares de luchar contra este fenómeno, lucha todo el tiempo no desistas nunca.

Gracias
PadresExpertos.com