sábado, 29 de noviembre de 2014

Comprendiendo a su hijo(a) preadolescente

Lo que usted debe hacer

Los detalles pequeños y simples pueden reforzar la comunicación. Incluya en sus actividades el suficiente tiempo para compartir momentos especiales, la rutina de la que ya forman parte juntos y demuéstrele que le importa.

A continuación le damos algunos datos para lograrlo:
  • Sentarse en la mesa para comer con la familia: Puede que a usted se canse tan solo de pensar que tiene que preparar una comida para la familia después de un día muy ocupado. Pero compartir una comida con la familia significa disfrutar juntos de momentos valiosos. Por ello, planéela y organícela tal y como haría otro tipo de actividad. Incluso si tiene que recoger alguna comida preparada, siéntense juntos en la mesa para comerla. Apague la televisión e intente no hacer caso al teléfono. Es imposible hacerlo cada noche, pero usted puede planear una cena a la semana que le venga bien a la agenda de su hijo(a). Planee algo divertido e involucre a todos en la preparación y en la posterior recogida y limpieza de la mesa. Compartir esta actividad ayuda a fortalecer los lazos afectivos familiares y el hecho de que todos colaboren refuerza el sentido de responsabilidad y trabajo en equipo.
  • La hora de irse a la cama y las buenas noches: Puede que su niño(a) ya no necesite que usted lo lleve a la cama, pero mantener un horario consistente para irse a la dormir ayuda a que su preadolescente obtenga el sueño que necesita para crecer saludable y fuerte. Por ello, cree un momento de tranquilidad juntos justamente antes de irse a dormir. Lean juntos. Conversen sobre los momentos importantes del día y sobre los planes para el día siguiente. Incluso si su preadolescente ya ha crecido demasiado como para que usted pueda acostarlo en su camita, todavía hay tiempo para un abrazo o un beso de buenas noches. Si su gesto no es bienvenido, intente una caricia suave en la espalda o en el hombro a medida que usted le dice buenas noches.
  • Comparta los momentos cotidianos: Encuentre las pequeñas cosas que les permiten estar juntos. Invite a su preadolescente a que le ayude a pasear al perro. Invítese usted mismo(a) a acompañarlo(a) cuando sale a correr. Lavar el carro, hornear galletas, rentar películas, ver un programa de televisión favorito - todas son oportunidades para que disfruten estando juntos. Y también son oportunidades para que su hijo(a) le hable sobre lo que le pasa por la mente. Incluso cuando van en el carro es un buen momento para que establezcan lazos de comunicación. Cuando usted esté manejando probablemente su preadolescente se sentirá más inclinado a mencionar algo que le moleste. Ya que usted estará concentrado en la carretera, él o ella no tendrán que establecer contacto visual, lo cual puede aliviar la incomodidad de expresar lo que se siente.
  • Cree momentos especiales: Comience la tradición de celebrar ocasiones familiares significativas más allá de los cumpleaños y de las fiestas. Celebrar ocasiones especiales como las buenas calificaciones escolares o haber ganado un partido de fútbol ayuda a reforzar los lazos familiares.
  • Demuestre afecto: No subestime la importancia de decir y demostrar cuánto quiere a su preadolescente. Hacerlo asegurará que su hijo(a) se sienta seguro y amado. Y usted estará demostrando formas sanas de demostrar afecto. Con esto en mente, su hijo o hija pueden comenzar a sentirse un poco intimidados al ver muestras de cariño, especialmente en público. Puede que su hijo(a) rechace su abrazo o beso, pero no tiene nada que ver con usted. Simplemente reserve ese tipo de demostración de cariño para los momentos cuando los amigos de su hijo(a) no estén presentes. Y en público, encuentre otras formas de demostrar que su hijo(a) le importa. Una sonrisa o una expresión de saludo pueden comunicar un mensaje cariñoso y al mismo tiempo respetar los límites físicos. Reconozca en alto las maravillosas cualidades de su hijo así como las habilidades que desarrolla en cuanto ocurran. Usted puede decir algo como “Qué bonito dibujo -realmente tienes una gran facilidad para el arte” o “Estuviste fabuloso jugando hoy al fútbol - Me encantó verte jugando en el campo."
  • Permanezca integrado: Sea parte de los intereses crecientes de su preadolescente. Integrarse significa permanecer más tiempo juntos y compartir experiencias. Usted no tiene que ser el líder de los Boy Scouts, voluntario(a) en su salón de clases o entrenador(a) de fútbol para demostrar interés en las actividades de su preadolescente. Puede que su hijo(a) quiera formar parte de actividades en las que usted no forme parte, lo cual no tiene nada de malo. Asista a juegos y a las prácticas cuando pueda; cuando no pueda, pregunte cómo han ido las cosas y escuche atentamente. Ayude a que su hijo(a) hable sobre sus decepciones y demuestre comprensión cuando él o ella hable de la pelota cuyo alcance hizo ganar al equipo contrario. Su actitud de cara a algún revés enseñará a su preadolescente a aceptarlos, a sentirse bien respecto a ellos, y a construir la valentía para intentarlo de nuevo.
  • Permanezca interesado(a): Manténgase interesado y curioso acerca de las ideas de su preadolescente, sus sentimientos y experiencias. Si usted escucha lo que él o ella están diciendo, tendrá un mejor entendimiento de la guía, perspectiva y soporte necesarios. Y responder de formas que no emitan juicios hará que su hijo(a) se sienta más inclinado a compartir con usted sus sentimientos en tiempos difíciles.
Fuente: Kids Health

viernes, 28 de noviembre de 2014

Comprendiendo a su hijo(a) preadolescente

A medida que su hijo(a) se acerca a la adolescencia y adquiere más independencia, mantenerse emocionalmente cercano a él o ella puede parecer un reto. Pero es tan importante como lo ha sido siempre, o quizás más importante que nunca.

En la medida en que las actividades en la escuela, los nuevos intereses y una vida social exitosa se vuelven más importantes a medida que su hijo(a) crece, usted todavía representa su base como hogar, proporcionándole amor, guía y apoyo.

Y esa conexión proporcionarán a su hijo(a) una sensación de seguridad que fortalecerá la entereza que él o ella necesitarán para lidiar con los altibajos de la vida.

Lo que puede esperar

Su hijo(a) preadolescente puede actuar como si sus deseos de guiarle no fueran bienvenidos o necesarios, e incluso, al percibirlos, puede sentirse avergonzado(a) de vez en cuando. Este es el momento en el que los niños(as) comienzan a confiar más en sus compañeros y solicitan tener su espacio y privacidad - por ello, puede esperar que la puerta de su habitación permanezca cerrada más a menudo.

Tan difícil como puede ser asimilar estos cambios, intente no tomarlos de forma personal. Estos son signos de la creciente independencia de su hijo(a). Usted va a tener que ceder un poco los lazos emocionales que ha mantenido con su hijo(a) y permitirle mayor espacio personal para su crecimiento. Pero esto no significa que deberá perder su conexión emocional completamente. Usted todavía tiene una poderosa influencia - simplemente su preadolescente puede incrementar su reacción al ejemplo que usted dé en lugar de las instrucciones que usted imparta. Así que predique con el ejemplo e intente predicar un poco menos durante esta temporada.

Impartir con su ejemplo las cualidades que usted quiere que su preadolescente aprenda y practique -comunicación respetuosa, gentileza, alimentación sana y cumplimiento de sus responsabilidades diarias sin quejas— incrementará las posibilidades de que su hijo(a) cumpla con ellas.

Fuente: Kids Health

jueves, 27 de noviembre de 2014

Acerca del condones

Hablarles a sus hijos acerca del sexo puede ser abrumador, sin importar qué tan cercanos sean. Pero hablar acerca de asuntos como la abstinencia, las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y la anticoncepción pueden ayudar a reducir el riesgo de embarazos no deseados en adolescentes o de que contraigan una ETS.

La American Academy of Pediatrics (AAP) apoya la educación sexual que incluye información tanto acerca de la abstinencia como del control de la natalidad. Las investigaciones han demostrado que esta información no aumenta el nivel de actividad sexual de los niños, sino que en realidad promueve y aumenta el uso apropiado de los métodos de control de la natalidad entre los adolescentes sexualmente activos.

Cómo y cuándo hablar acerca del sexo y del control de la natalidad es su elección. Proporcionar información es vital, pero también es inteligente decirles a los niños cuál es su opinión. Recuerde, al encarar estos asuntos como cualquier otro tema de salud, no como algo sucio o vergonzoso, aumentará las probabilidades de que sus hijos se sientan cómodos al acercarse a usted para plantearle preguntas y problemas. Por más incómodo que se sienta, conteste las preguntas con honestidad. Y si no sabe las respuestas, está bien decirlo, luego averiguarlas y volver a conversar con sus hijos.

Si tiene preguntas acerca de cómo hablar con su hijo o hija acerca del sexo, considere la posibilidad de consultarle al doctor de su hijo. A muchos padres esto les resulta difícil de enfrentar, y un doctor puede ofrecer una perspectiva útil.

¿Qué son los condones?

Los condones se consideran un método anticonceptivo de barrera. Hay condones masculinos y femeninos. El condón masculino es una funda fina (generalmente hecha de látex, un tipo de caucho) que recubre el pene. El condón femenino es una funda de poliuretano con un anillo flexible en cada extremo. Un extremo es cerrado y se coloca dentro de la vagina; el otro extremo es abierto y el anillo queda fuera de la cavidad vaginal. El condón masculino, también llamado "preservativo" o "profiláctico", se usa con mucha más frecuencia.

Fuente: Kids Health 

jueves, 20 de noviembre de 2014

El hábito de leer

En la vida moderna, leer es parte del diario vivir y un medio importantísimo para mantenernos al día con los avances de la humanidad así como para intercambiar ideas y puntos de vista sobre distintos temas.

Día a día, son más los periódicos, revistas, listas electrónicas de distribución y foros virtuales de discusión. La capacidad lectora es por tanto una herramienta valiosísima para mantener ese ritmo, además de ser un excelente recurso para nutrir el intelecto y el alma con la extensa variedad de literatura disponible.


La lectura es un hábito, y como la mayoría de los hábitos, se desarrolla en casa y de manera más fuerte durante los primeros seis años de vida. Pero, ¿cómo si aún no sabe leer?

En primer término, lo que debe quedar claro es que leer no significa decodificar combinaciones de grafemas. Leer significa interpretar símbolos o imágenes; entender el mensaje que otro nos transmite con las palabras y las ilustraciones.

Los niños desde muy temprana edad, una vez ha madurado su sentido de la vista, son capaces de ver las imágenes y si cuentan con un padre o una madre interesada que los oriente en cuanto al significado, irán poco a poco entendiendo lo que ahí “dice”.

El hábito de lectura debe construirse paso a paso. Es importante que la lectura de libros se incluya como parte de la rutina diaria, ya sea al despertar, por la tarde o antes de acostarse. Es una excelente estrategia como transición entre el juego activo y la hora de dormir.

El momento de la lectura es un momento más de juego en el que el padre o la madre interactúan con sus hijos utilizando como pretexto el libro de cuentos. Vale la pena hacer de este momento una oportunidad de genuino contacto, de atención completa para el niño/a y de estimulación de la capacidad lectora e imaginativa del pequeño.

Si logramos asociar los encuentros de lectura con nuestros hijos con sentimientos agradables de fortalecimiento del vínculo afectivo y de respeto por el otro, el hábito tendrá una fuerte carga emocional positiva y esto influirá en que sea fuerte y duradero.

Algunas ideas para elegir libros para nuestros hijos de preescolar son:

  • Verificar que el contenido sea educativo, el vocabulario comprensible, la narración sencilla y que el texto introduzca términos nuevos. 
  • Revisar que las imágenes sean atractivas y que transmitan valores. 
  • Buscar letra grande y poco texto. 
  • Los libros de versos, trabalenguas o adivinanzas son excelente material para entrenar a los niños en el ritmo para el aprendizaje de la lectoescritura. 
Los padres debemos siempre leer el libro completo antes de comprarlo o leérselo a nuestros hijos para verificar que estemos de acuerdo con la enseñanza de la historia y el vocabulario utilizado.

No compremos nada que no podamos leer o correremos el riesgo de llevarnos desagradables sorpresas.

Compartir el hábito de la lectura, es lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos.

Mónica Sulecio de Álvarez
Fuente: De pades a hijos