sábado, 3 de mayo de 2014

Dormir bien (parte 1)

El tema está de moda, aun así, no estamos tan conscientes de lo necesario que es para nuestra vida tener buenos hábitos de sueño. Es increíble que en cualquier conversación, casual o formal, hasta en Facebook uno puede leer que las personas postean a las 3:00am que no pueden dormir. En realidad nos estamos convirtiendo en sociedades insomnes, porque a algún grupo de obsesivos del trabajo y la vigilia, se les ha hecho fácil decir que dormir es una pérdida de tiempo. A mí me parece que cada quien puede decir lo que se le ocurra, lo preocupante es que las personas exponen su salud física, mental y emocional, al obedecer a semejantes exigencias que nos hacen daño a todos.

¿Será que dormir bien es necesario?

Durante las horas de dormir, tenemos la oportunidad de recargarnos, nuestro organismo se repara a sí mismo, segregando substancias diseñadas para este propósito. No es un cuento de hadas de parte de las abuelas y uno que otro mal visto "dormilón". Dormir y descansar son esenciales para la salud integral de las personas. Dormir bien nos da energía, salud y equilibrio.

Una persona que no duerme adecuadamente puede tener diversas consecuencias a nivel emocional, físico, biológico, psicológico y funcional, entre otras.

¿Estaré durmiendo adecuadamente?

El ideal del dormir son 8 horas, pero sabemos que cada persona tiene un diferente ciclo del sueño y diferente cantidad de horas para sentirse descansado. Cuando existen pesadillas, la persona no logra tener un sueño reparador.

Es importante que se duerma de corrido, sin ser interrumpido. Un sueño reparador no se consigue cuando durante la noche se despierta varias veces, se levanta antes o se acuesta después de su hora de dormir.

La televisión encendida durante la noche tampoco ayuda a conciliar un sueño adecuado, debido a que una parte del cerebro de la persona está atento a la información y estímulos que le llegan desde la TV.

¿Qué pasa si no duermo bien?

Algunas veces me da la sensación de que aquellas personas que le dan mayor importancia a sus otras áreas de vida, ven el dormir como un estorbo, pérdida de tiempo o exageración. Como algo no tan necesario, una excusa por parte de los haraganes que sólo quieren dormir.

El ideal es, que logres tener una vida balanceada, y para lograrlo, necesitas equilibrar todos los aspectos de tu día... y de tu noche.

Una de las consecuencias de no dormir bien es realizar trabajos de baja calidad o mal realizado. Esto quiere decir que si eres de los defensores de no dormir, porque te quita tiempo para trabajar o estudiar, te cuento que las personas que duermen saludablemente, tienden a ser mejores en su desempeño y respuestas cerebrales.

Sea cual sea tu posición frente al dormir, creo que todos estamos de acuerdo en que algunas de las consecuencias son evidentes: van desde estrés, cansancio, fatiga mental, mal humor, baja concentración, atención inadecuada, lentitud en las respuestas como los reflejos. Además, existen otras más que no las vemos tan fácilmente que van mermando la salud, por lo tanto, tu eficacia en estudiar, trabajar y eventualmente también en relacionarte. Puede repercutir en tu relación de pareja. Sé de parejas que han cambiado de habitación, debido a que los ronquidos del otro no le dejan dormir y esto con el tiempo va distanciándoles en otras áreas de su vida juntos, tales como el sexo.

Hablando de sexo, cuando los niños van a dormir en medio de los padres y se quedan ahí por mucho tiempo, también tendrán consecuencias de mala postura, dolor de espalda, dolores en el cuerpo, dormir mal y por supuesto, dentro la relación de pareja desaparecen las relaciones sexuales tan importantes para mantener la chispa entre los cónyuges.

Así que cuida de tus noches, de tu espacio para dormir y hazlo lo más cómodo, acogedor y apropiado para dormir delicioso. Así como preparas las otras áreas de tu vida con tanto empeño, te invito a hacer lo mismo con tu habitación, almohada, silencio, oscuridad, privacidad, comodidad y lo que necesites para descansar. Te lo mereces.
Descansa y... ¡buenas noches!

Dagmar Polasek
Psicología General
Licenciada en Psicología Clínica
Socia Fundadora de Colegio de Psicólogos