lunes, 12 de mayo de 2014

Responsabilidad (Parte 5)

Contribuir con la formación de responsabilidad en los niños ha sido un tema en el que hemos profundizado en las últimas semanas. Ahora hablaremos de la mejor etapa del crecimiento para aprender la responsabilidad. Cada día tenemos la oportunidad de asumir con responsabilidad los compromisos adquiridos, pero en la infancia existe una edad en la que, particularmente, se despierta el interés por ser "responsable". Esto ocurre entre los 6 y los 12 años. Es en esta etapa es cuando se puede fortalecer o debilitar el comportamiento responsable, según los estímulos que reciba, el ambiente en que se desenvuelva y la motivación que tengan los niños de sus padres y de sí mismos.

En el transcurso de los años mencionados, es más frecuente observar, en los niños de esta edad, una mayor disposición para ayudar, afán de superación, deseo de quedar bien y la búsqueda de la justicia. Son estas las actitudes que los niños pueden tener de su propia iniciativa, y los adultos tienen un papel muy importante para animar y motivarlos a que continúen con ese comportamiento.

En otros artículos se ha mencionado la importancia de los encargos, ya que son una manera en la que se fortalece la responsabilidad. Especialmente en esta etapa, se recomienda que existan Encargos Personales y Encargos de Servicio. Con los primeros, se buscará el cuidado de las pertenencias: ropa, juguetes, tareas, útiles, escritorio, cuarto, etc. Y los segundos contribuirán con el sentido de vivir en comunidad, de la generosidad para poner al servicio de los demás su tiempo y talentos, de velar por el bienestar de quienes están más cerca, por ejemplo: regar las plantas, darle de comer a la mascota, repartir la ropa limpia, sacar la basura, anotar en un memo las actividades importantes de la semana, etc.


Para implementar estos encargos, puede plantearlos de una manera atractiva según las edades e intereses de sus hijos. Puede planificar una "Reunión de Familia" en la que todos tendrán algo que aportar. Puede elaborar una agenda de los puntos a tratar, esto le dará mayor "seriedad" para sus hijos y les ayudará a definir el rumbo.

  • Es recomendable explicar cómo debe ser la intervención de cada uno (por ejemplo, levantar la mano y esperar su turno mientras el otro está hablando; si se habla de un problema, proponer una solución, etc.)
  • Cuando ya estén todos reunidos y motivados, pueden hacer en conjunto una lista de las necesidades que tienen como familia y luego puede dejar en libertad a los hijos para que elijan en qué tarea desean colaborar.
  • El listado que trabajen ese día estará en un lugar visible, al que todos tengan acceso y será muy útil que describa la manera en la que espera se cumpla cada encargo.
  • La duración del encargo debe definirse estableciendo un tiempo mínimo de una semana por encargo, hasta un tiempo máximo de un trimestre del año (esto varía según el tipo de encargo y la edad de los niños).
  • Planificar "Reuniones de Familia" con cierta periodicidad, cada quince días o cada mes, en donde cada uno evaluará su propio desempeño, podrán reconocer públicamente las fortalezas que observaron en los demás al cumplir con sus tareas y re distribuir los encargos para el siguiente periodo de tiempo.
  • Es necesario que el niño sepa a quién, cómo y cuándo debe rendirle cuentas del desempeño que ha tenido en su tarea.
Así como es una responsabilidad para el niño cumplir con su tarea, es responsabilidad del padre supervisar su cumplimiento, darle un acompañamiento y retroalimentación. De esta manera usted le estará apoyando con un modelo positivo. Esto no significa ser "un capataz", recordándole cada momento lo que debe hacer. Por el contrario, le recomiendo que deje el espacio suficientemente libre para que él pueda cumplir con su compromiso por su propia iniciativa.

Tan importante como que el niño cumpla el encargo, es que el padre este pendiente de ello. Tal vez al principio demande mucho de los padres, pero el objetivo es que su hijo pueda realizarlo de manera independiente. ¡Ánimo! Cada día usted podrá soltarlos un poco más.

Esta idea que le acabo de mencionar puede ser funcional para muchas familias, pero lo invito a que busque alternativas emocionantes y creativas que le ayuden a formar en responsabilidad a sus hijos en la edad más importante, la edad que tienen HOY.

María Isabel Fernández
Psicología Niños
Licda. Psicología Clínica
Magister en Asesoramiento Educativo Familiar


Responsabilidad (Parte 4 - Niño responsable, adulto responsable)

Un adulto responsable es confiable en el trabajo, es tomado en cuenta para proyectos importantes. Tiene algo muy valioso qué aportar a su familia, círculo social, equipo de trabajo y país. Es aquél que maneja con precaución y evita accidentes. Logra perseverar a pesar de las dificultades...

Estas actitudes son parte de las que necesitamos en Guatemala para que en cada uno de los ámbitos inicien una cadena de cambios positivos invadidos por la responsabilidad.

Enseñarle a guardar los trozos a su hijo el día de hoy tiene un sentido mucho más fuerte e importante que mantener la casa en orden... Al verlo de esta manera, se vuelve parte del proceso formativo en el que está enseñándole a su hijo a ser un ser humano - ciudadano - esposo - padre - hijo - amigo...responsable. ¡Es una cadena que tiene un efecto multiplicador!

La decisión de enseñarle a su hijo a ser responsable hoy es un compromiso que usted, como padre, puede o no asumir. Aceptar el compromiso implicará de usted mayor atención, paciencia, confianza y probablemente riesgo. Sin embargo, también tendrá la tranquilidad de que su hijo sabrá comprometerse y portarse de la mejor manera posible aunque no haya nadie que lo esté viendo, sabrá que tiene un compromiso personal y debe hacer las cosas lo mejor posible, porque a lo largo de sus años ha aprendido a llevar una vida responsable.

¡Así que, ánimo en esa difícil pero maravillosa tarea de educar a sus hijos!

María Isabel Fernández
Psicología Niños
Licda. Psicología Clínica
Magister en Asesoramiento Educativo Familiar