lunes, 16 de noviembre de 2015

Cambiar el camino

Me levanto una mañana, salgo de mi casa, hay un pozo en mi camino, no lo veo y me caigo en él.

Día siguiente… salgo de mi casa, me olvido que hay un pozo en mi camino, y vuelvoa caer en él.

Tercer día. Salgo de mi casa tratando de acordarme que hay un pozo en mi camino, sin embargo, no lo recuerdo y caigo en él.

Cuarto día. Salgo de mi casa tratando de acordarme del pozo del camino. Lo recuerdo, y a pesar de eso, no veo el pozo y caigo en él.

Quinto día. Salgo de mi casa, recuerdo que tengo que tener presente el pozo en mi camino, y ando mirando el suelo, y lo veo, y a pesar de verlo, caigo en él.

Sexto día. Salgo de mi casa, recuerdo el pozo del camino, voy buscándolo con la vista, lo veo, intento saltarlo, pero caigo en él.

Séptimo día. Salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, salto, rozo con la puntade mis pies el borde del otro lado pero no es suficiente y caigo en el.

Octavo día. Salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, salto y… llego al otro lado! Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido que doy saltos de alegría…. y al hacerlo… caigo otra vez en el pozo.

Noveno día. Salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, lo salto y sigo mi camino.

Décimo día. Me doy cuenta por fin que es más cómodo caminar… por el camino de enfrente.

Jorge Bucay