Una persona agradecida es la que muchas veces lo ha perdido todo y aún sigue feliz de haber contado con el amor de las personas que le conocieron, pues aún en su mismísima situación sigue tan humilde como cuando era una persona con una situación envidiable.
La verdad es que no se necesita mucho para ser una buena persona. Ni aún siendo afortunados en la vida hace falta mucho para ser buenas personas. Sólo hace falta seguir siendo personas sencillas, con valores, que llora cuando alguien sufre, que sentimos cuando alguien se nos va, que cuando llega los éxitos no deja de ser humilde… Seguro que con ello tenemos un trozo de cielo ganado, o al menos, tendremos los ojos de Dios cerca de nosotros…
Aprendamos a vivir con lo que tenemos, y seamos buenos con quien tiene menos que nosotros.
Seamos humildes, y no nos permitamos alardear de lo que la vida nos ha dado.
Desconozco a su autor
No hay comentarios:
Publicar un comentario