- Expresan sus pensamientos de forma negativa y en términos de nunca, todo, siempre, nadie, etc.: “Nunca hago nada bien”, “siempre saco malas notas”, “nadie quiere ser mi amigo”.
- Piensan y se dicen cosas como: “No sirvo para nada”, “soy un desastre”.
- Se dejan influir por los demás.
- Piensan que para que les quieran deben ser los mejores y los primeros en todo, lo que aumenta su nivel de autoexigencia.
- Piensan que los errores son una tragedia y no se lo permiten.
- Confían poco en sí mismos, se sienten inseguros.
- Tienen un gran sentido del ridículo.
- Temen estar en contacto con otros niños por lo que puedan pensar de ellos.
- Tienen miedo a equivocarse.
- Están tristes. No encuentran nada que les motive y se ilusionan con pocas cosas.
- Si no consiguen ser los mejores se frustran de manera desproporcionada.
- Por muy bien que hagan las cosas no están contentos con los resultados.
- No valoran sus capacidades.
- Tienen una actitud de rechazo a lo que proponen los demás.
- Aunque pueda parecer que estos niños están muy seguros, detrás de la agresividad suele haber frustración. No saben cómo controlarse ante los ataques de ira.
- Buscan constantemente llamar la atención para conseguir la aprobación de los demás. Interrumpen para que les presten atención.
- Son inhibidos y poco sociables.
- Muestran una actitud agresiva.
- Se quejan y critican constantemente.
- Aunque tienen capacidades suficientes no arriesgan, no hacen nada nuevo por si les sale mal.
- Les cuesta solucionar los diferentes problemas con los que se encuentran, ya que son desafíos nuevos y se bloquean ante ellos.
Y en este hermoso planeta nos toco vivir y transformar sueños en realidades, podemos actuar de diferente forma. Seamos diferentes, hagamos la diferencia, con nuestra familia, amigos, compañeros; es tiempo de un cambio: seamos humanos de nuevo Sean bienvenidos a este blog. Les mando un abrazo de oso.
viernes, 7 de junio de 2013
¿En qué notamos que nuestr@ hij@ tiene una baja autoestima?
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