viernes, 27 de septiembre de 2013

El sentimiento de culpa, véncelo

Sentirse culpable de todo cuanto está a tu alrededor en absoluto es nada sano para ti. Descarta por completo esta tendencia y empieza a vivir de una manera mucho más agradable.
Los seres humanos nos caracterizamos por muchas cosas pero, asumir responsabilidades es una de las más comunes. Y esto casi siempre va acompañado de un sentimiento de culpa que mucha gente no quiere experimentar. A veces ser culpable es motivo de probables desgracias: pagar una multa, pérdida de imagen… Por otro lado tenemos a personas que son propensas a culparse por todo lo que sucede. Y, por raro que parezca, hay quien va pidiendo ser culpable. Cuando ocurre algo malo piensan: “¿no tendré yo la culpa de esto?
¿Por qué hay quien tiene esta predisposición? Aunque parezcan casos aislados, se da mucho y sobre todo en mujeres. Es un asunto sociocultural.
Desde tiempos remotos y, sin duda, abusando de su poder seguro que el hombre acusaba de todo a la mujer. El machismo sigue vivo en nuestra sociedad. Aún es frecuente escuchar a mujeres responsabilizarse de actos de sus hijos y marido. A veces esta postura tiene otros objetivos como proteger o evitar una pelea
Según estudios, hay tres tipos:
  • Perseguidor: la persona es autoritaria y mandona, se quiere imponer siempre y manipular. Es propensa a criticar e insultar y descalificar.
  • Protector: Siempre ayuda, la necesiten o no. Necesita que la necesiten; protege y ayuda, aún si no se lo piden.
  • Víctima: Todo lo malo le sucede a ella, siempre se está quejando, hace las cosas mal con el fin de que la culpen y se responsabiliza de las culpas de los demás.
Cuando alguien se comporta de alguna de estas maneras (algo muy común en la vida diaria), los psicólogos lo llaman “juego psicológico”, siempre termina siendo negativo.
Las personas que se sienten culpables de todo lo que pasa a su alrededor es porque en su niñez (entre los dos y diez años), inconscientemente fue “alimentándose” con la idea que ese era su papel en la vida. Esto se grabó en su cerebro y ya siempre se comportará así. El motivo de esa decisión, seguramente fue que de esta manera conseguía que los demás le quisieran (necesitamos alimentarnos psicológicamente).
Cada cual escoge la manera de conseguir los apoyos necesarios. Aquellas personas que se culpan por todo escogieron el papel de víctima, a veces se le suma el papel desalvadora, en otras palabras se “sustentan” de dos formas contrapuestas de comportarse. Ser víctima y salvadora son actitudes negativas para llegar a ser plenamente felices, ya que algunas veces fuerzan las situaciones para poder sentirse así. Lo único que consiguen estas personas es un gran desgaste físico y psicológico, terminan descuidándose: descuidan su imagen, su cuidado, alimentación… y se dedican exclusivamente a cuidar de los demás, pero no logran ser felices por mucho esfuerzo que hagan.

Consejos:

Si quieres dejar de sentir culpa por todo, tienes que darte cuenta de que esa actitud no te está dejando ser feliz. Para salir de ese juego psicológico puedes hacer lo siguiente:
  1. Para que los demás te quieran no tiene que ser por tu sufrimiento.
  2. Cada día, escribe en un papel diez veces: “sólo seré responsable de mis actos
  3. Hazte estas notas: “los demás me quieren por lo que soy, no por lo que valgo”, “tengo derecho a vivir MI vida y dedicarme sólo a MÍ”, y ponlos en sitios visibles.
Si aún así no lo consigues, ve a un profesional de psicología. Estoy completamente segura de que en muy poco tiempo serás capaz de superarlo y conseguirás por fin ser feliz.
“Agosto lleva la culpa y septiembre la pulpa”
“El que este libre de culpa que tire la primera piedra
Vanessa Arjona

La actitud de las personas hace la diferencia

Los deseos primarios de todas las personas son: Alcanzar la felicidad, progresar y ganar dinero. Una forma de lograr estos objetivos es siendo rico y próspero.

Así como hay personas pobres y personas ricas, hay países pobres y países ricos.

La diferencia entre los países pobres y los ricos no es su antigüedad. Queda demostrado con los casos de países como India y Egipto, que tienen mil años de antigüedad y son pobres. Al contrario, Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de 150 años eran desconocidos, hoy son, todavía, países desenvueltos y ricos.

La diferencia entre países pobres y ricos, tampoco está en los recursos naturales que disponen, pues Japón tiene un territorio muy pequeño y su 80 % es montañoso, malo para la agricultura y ganado, sin embargo es la segunda potencia económica mundial. Su territorio es como una gran fábrica flotante que recibe materia prima de todo el mundo y los exporta transformados, acumulando su riqueza.

Por otro lado se encuentra Suiza, sin océanos, que tiene una de las mayores flotas náuticas del mundo, no tiene cacao, pero sí el mejor chocolate del mundo, en sus pocos kilómetros cuadrados, cría ovejas y cultiva el suelo solo cuatro meses al año ya que el restante es invierno; pero tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa. Igual que Japón, no tiene productos naturales, pero da y exporta servicios con calidad muy difícil de superar; es un país pequeño que da una imagen de seguridad, orden y trabajo, que los convirtió en la “caja fuerte” del mundo.

Tampoco es la inteligencia de las personas la diferencia, como lo demuestran estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y consiguen resultados excelentes en su educación; otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fábricas, y al hablar con ellos nos damos cuenta que no hay diferencia intelectual.

Finalmente no podemos decir que la raza hace la diferencia, pues en los países centro europeos o nórdicos vemos cómo los llamados “ociosos” de América Latina o de África, demuestran ser la fuerza productiva de esos países. Entonces ¿qué hace la diferencia?

LA ACTITUD DE LAS PERSONAS HACE LA DIFERENCIA...
Al estudiar la conducta de las personas en los países ricos, se descubre que la mayor parte de la población cumple las siguientes reglas, cuyo orden puede ser discutido:

1• La moral como principio básico
2• El orden y la limpieza
3• La integridad
4• La puntualidad
5• La responsabilidad
6• El deseo de superación
7• El respeto a las leyes y el reglamento
8• El respeto por el derecho de los demás
9• Su amor al trabajo
10• Su esfuerzo por la economía y acometimiento.

Necesitamos de más leyes?
No sería suficiente cumplir y hacer cumplir estas 10 simples reglas?
En los países pobres sólo una mínima (casi ninguna) parte de la población...
Sigue estas reglas en tu vida diaria. No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales, o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros.
Simplemente por Nuestra Actitud.
Nos falta carácter para cumplir estas premisas básicas del funcionamiento de la sociedad.
Cuanto más empeño pongamos en nuestros actos y cambiemos nuestra actitud, puede significar la entrada de nuestro país en la senda del progreso y bienestar.
Estos valores nos animan en cada proceso de cambio que impulsamos, en cada meta que alcanzamos y sobre todo, en la vida que llevamos.

Desconozco a su autor