Algunas Víctimas, a veces intentan bromear con el Maltrato haciendo comentarios graciosos, como una forma de ignorarlo o para buscar alguna clase de complicidad con el Maltratador. Sin embargo, ello no sólo no suele evitar el problema sino que incluso suele reforzarlo, ya que quien responde con bromas ante una agresión da lugar a entender que no se respeta a sí mismo como persona o, incluso, al propio Maltratador. Ante el Maltrato jamás debe bromearse, ni siquiera la propia Víctima.
Por ejemplo, es el caso del niño que se hace el gracioso tras ser insultado o amenazado por un compañero de colegio. Ello puede hacer que éste parezca más despreciable, ridículo, etc. y, por lo tanto, más merecedor de recibir "castigo" correspondiente.
Fuente:
Campaña Por La No Violencia Contra Las Mujeres