viernes, 18 de diciembre de 2015

El secreto para lograr amor y felicidad

¿Cuál es el secreto para que logres el amor y la felicidad?
Si quieres felicidad, dale felicidad a otros;
si quieres amor, aprende a amar a los demás;
si quieres atención y aprecio, aprende a dar atención y aprecio;
si quieres abundancia material, ayuda a otros a tener abundancia.

De hecho, la manera más fácil de obtener lo que quieres
es ayudando a otros a obtener lo que quieren.
Este principio opera para individuo, corporaciones, sociedades y naciones.
Si quieres ser bendecido con todas las cosas buenas en la vida, aprende a bendecir silenciosamente a todos con las cosas buenas en la vida.
Hasta pensar en dar, pensar en bendecir, o una simple oración tiene el poder de influir a los demás.

El pensamiento tiene el poder de transformación.

Cuando aprendes a dar aquello que buscas, activas y montas la coreografía de la danza con movimientos exquisitos, energéticos y vitales que constituyen el eterno palpitar de la vida.

La mejor manera de poner en operación la Ley del Dar y poner todo el proceso en circulación es tomar la decisión de que en cualquier momento que entres en contacto con otra persona le darás algo.

No tiene que ser algo material;
puede ser una flor,
un cumplido o una oración,
de hecho, las formas más poderosas de dar no son materiales.

Los regalos de cuidados,
atención,
afecto,
aprecio y amor
son algunos de los regalos más preciosos que puedes dar,
y no cuestan nada.

Cuando conoces a alguien, puedes silenciosamente enviarle una bendición, deseándole felicidad, alegría y dicha.
Esta manera de dar silenciosamente es muy poderosa.

Podrías decir "¿Cómo puedo darles a otros en este momento cuando no tengo suficiente para mi"?
Puedes llevar una flor.
Puedes llevar una tarjeta que diga algo sobre los sentimientos que tienes por esa persona a la que estás visitando.
Puedes llevarle un cumplido.
Puedes llevarle una oración.

Toma la decisión de dar a dondequiera que vayas,
a quien sea que visites o veas.
Siempre y cuando estés dando, estarás recibiendo.

Entre más das, adquirirás más confianza en los efectos milagrosos de esta ley.
Al recibir más, tu habilidad de dar más también aumentará.

DEEPAK CHOPRA


jueves, 17 de diciembre de 2015

Como hacerte saber

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
que nadie establece normas salvo la vida,
que la vida sin ciertas normas pierde forma,
que la forma no se pierde con abrirnos,
que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
que no está prohibido amar,
que también se puede odiar,
que el odio y el amor son afectos
que la agresión porque sí hiere mucho,
que las heridas se cierran,
que las puertas no deben cerrarse,
que la mayor puerta es el afecto,
que los afectos nos definen,
que definirse no es remar contra la corriente,
que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
que negar palabras implica abrir distancias,
que encontrarse es muy hermoso,
que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
que la vida parte del sexo,
que el "por qué" de los niños tiene un porque,
que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
que nunca está de más agradecer,
que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
que nadie quiere estar solo,
que para no estar solo hay que dar,
que para dar debimos recibir antes,
que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
que saber pedir no es regalarse,
que regalarse es, en definitiva, no quererse,
que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,
que ayudar es poder alentar y apoyar,
que adular no es ayudar,
que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
que las cosas cara a cara son honestas,
que nadie es honesto porque no roba,
que el que roba no es ladrón por placer,
que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
que se puede estar muerto en vida,
que se siente con el cuerpo y la mente,
que con los oídos se escucha,
que cuesta ser sensible y no herirse,
que herirse no es desangrarse,
que para no ser heridos levantamos muros,
que quien siembra muros no recoge nada,
que casi todos somos albañiles de muros,
que sería mejor construir puentes,
que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
que volver no implica retroceder,
que retroceder también puede ser avanzar,
que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,

¿cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

Mario Benedetti


martes, 15 de diciembre de 2015

Un acto de amor

Hace muchos años cuando trabajaba como voluntario en un hospital conocí a una niñita llamada Liz, quien sufría de una extraña enfermedad.

Su única oportunidad de recuperarse aparentemente era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.

El doctor explicó la situación al hermano de la niña y le preguntó si estaría dispuesto a dar su sangre a su hermana.

Yo lo vi dudar por solo un momento antes de tomar un gran suspiro y decir:

-Si, lo haré, si eso salva a Liz.

Mientras la transfusión continuaba, el estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana, y sonriente mientras nosotros lo asistíamos a él y a su hermana, viendo retornar el color a las mejillas de la niña.

Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció.

Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa:

-¿A qué hora empezaré a morirme?

Siendo solo un niño no había comprendido al doctor, él pensaba que le daría toda su sangre a su hermana.

Y aun así se la dio.

Esta es una maravillosa historia que nos invita a darlo todo por quien amamos.

Desconozco a su autor