lunes, 14 de marzo de 2016

Mentalidad triunfadora

Somos lo que creemos. Valemos lo que tenemos en la mente y en el alma. Alcanzamos lo que soñamos con toda intensidad

Nadie triunfa por casualidad. Cada hombre exitoso posee una filosofía de vida que lo lleva a tomar decisiones correctas en los momentos precisos.

Mañana sólo vas a cosechar aquello por lo que te partiste el alma hoy.

Sólo los de mente arcaica piden limosna; son inútiles, aunque tengan veinte años de edad. Pero tú eres joven mentalmente. Tú puedes lograr tus sueños.

Comienza a hacer lo que te corresponde, hoy mismo. Haz que tu mejor esfuerzo se convierta en tu mejor plegaria.

Tienes inteligencia, voluntad, conciencia; todos los elementos para triunfar. Si no logras tus anhelos es que no pagaste el precio.

¡Actúa! ¡Deja de suspirar y hacerte el mártir! ¡Si no triunfas, es porque no quieres! No inventes excusas. Sal al campo de batalla. Hazte oír, hazte valer.

Si no crees en ti, nadie lo hará; si no levantas la mano por temor a la crítica, podrías morirte y nadie te echaría de menos.

¡Lucha! ¡Incluso un poeta luchador es mejor que un poeta aislado! El hombre que se dice intelectual y se retira permanentemente, en realidad es un perezoso.

Los seres ordinarios tienen pereza de pagar el precio. Quieren llegar a la cima sin prepararse ni moverse.

Los mediocres ven al triunfador y lo minimizan, pero no se dan cuenta de que el triunfador ha dado la vida por sus anhelos.

Las ideas te hacen libre o esclavo. De ideas positivas te sostienes para salir del fango, como si fueran ramas de un árbol que se inclinan hacia ti.

La medicina para superar tropiezos es esforzarse, cambiar de actitud, lograr una nueva mentalidad y un incremento en tu autoestima.

¿Estás abatido? El árbol podrido en que te refugiabas fue tragado por el pantano; caíste al fango y has permanecido en él. Sacúdete el lodo, ten el coraje, la fuerza y la fe para mover tus alas anquilosadas hasta que logres elevar el vuelo rumbo al bosque fértil que te está esperando.
No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importan las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad; siempre estamos a tiempo para decir “basta”, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar muy alto y muy lejos del pantano.

Carlos Cuauhtémoc Sánchez


lunes, 7 de marzo de 2016

Día internacional de la mujer 2016 por Merlina Meiler

El 8 de marzo se celebra el Día internacional de la mujer, para conmemorar, según Wikipedia, “la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona”.

Hay mucho camino por recorrer aún, ya que no estamos equiparados al 100 % en muchos terrenos. Ha habido grandes avances pero todavía falta para que hombres y mujeres seamos medidos con la misma vara y considerados a la par en todos los ámbitos.

Me parece importante recalcar algunos de los logros importantes que hemos cosechado a través de los años, ya que obtuvimos derechos que durante siglos nos estuvieron vedados. En la mayoría de los países civilizados, las mujeres:

Podemos ELEGIR: qué estudiar, con quién casarnos, a qué edad tener hijos, a quién votar, qué elección sexual tomar, qué religión practicar.

Podemos CREAR: dedicarnos a lo que deseemos sin que nos censuren por nuestro género, y que nuestras ideas sean escuchadas.

Podemos TRABAJAR: aunque todavía no ganemos lo mismo que los hombres en los mismos puestos, nuestro espectro laboral ya no sólo se circunscribe a las tareas consideradas “femeninas”, sino que podemos incursionar en lo que queramos y para lo que nos preparemos.

Podemos SOÑAR: ahora, nuestros sueños no ven los límites que tuvieron en otras épocas, y además cada vez tienen más posibilidades de convertirse en realidad.

Aunque creo que no estamos en las mismas condiciones que los hombres, sí hemos llegado a algunas metas que para nuestras abuelas, por ejemplo, eran impensadas. Sé que en muchos lugares del mundo, aún no están dadas las condiciones para gozar de la libertad y de las oportunidades merecidas. Es cuestión de tiempo, de tesón y de apoyo global (tanto de hombres como de mujeres) para que sigamos accediendo a una mejor calidad de vida.

¿A tu criterio, cuál es el logro más importante que las mujeres hemos alcanzado? ¿Los hombres están de acuerdo con estos cambios?



viernes, 12 de febrero de 2016

El águila

El águila es una de las aves de mayor longevidad. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, en su cuarta década tiene que tomar una seria y difícil decisión.

A los 40 años, ya sus uñas se volvieron tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y en punta, se curva demasiado y ya no le sirve. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas, y para entonces, volar se vuelve tan difícil!

Entonces, tiene sólo dos alternativas: Dejarse estar y morir... o enfrentar un doloroso proceso de renovación que le llevará aproximadamente 150 días. Ese proceso consiste en volar a lo alto de una montaña y recogerse en un nido, próximo a un paredón donde ella no necesita volar y se siente más protegida.

Entonces, una vez encontrado el lugar adecuado, el águila comienza a golpear la roca con el pico ¡hasta arrancarlo! Luego espera que le nazca un nuevo pico con el cual podrá arrancar sus viejas con el cual podrá arrancar sus viejas uñas inservibles. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, ella desprende una a una, sus viejas y sobrecrecidas plumas. Y recién después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros 30 años más.

En nuestra vida también nos toca vivir procesos de reconversión, o sufrir la pena de sucumbir. Tenemos que resguardarnos por algún tiempo, meditar largamente y someternos a grandes sacrificios de desprendimiento, para desarrollar los cambios (de modo semejante al del águila), y luego ser capaces de recomenzar nuestra vida con nuevos bríos y esperanzas.

Durante ese tiempo reflexionaremos sobre los pesados recuerdos; remordimientos o culpas, malos hábitos, costumbres y prejuicios que nos causaban dolor.

Haremos hincapié en aquellos que no nos dejaban vivir ni permitían surgir nuevos valores, ni que aprendiéramos todo lo que es útil para los nuevos tiempos, y mucho menos volar.

" Solamente siendo libres del peso del pasado, podremos aprovechar el valioso resultado que una renovación siempre nos trae"

Desconozco su autor