No deberíamos necesitar una desgracia para valorar nuestra vida normal. El mejor regalo que podemos hacernos es la satisfacción interior. Los humanos tendemos a empeñarnos en buscar el placer como si tuviéramos “derecho” a él. Pero si somos realistas, veremos que la vida está hecha también de disgustos. Lo que sí podemos escoger es lo que destacamos en nuestra vida. ¿Qué afirmamos en nuestra vida: las adversidades o los privilegios?
No nos perturban las cosas sino la opinión que tenemos de ellas, en palabras de Epicteto. Si lo pensamos bien, el universo está compuesto de sucesos neutros. Nosotros los convertimos en “buenos” o “malos”.
Las personas afortunadas, ven el mundo con ojos más optimistas. No se entretienen refunfuñando. Y disfrutan más de la vida que otras. Y cuando las cosas van realmente mal, entonces se ufanan en buscar otros motivos para ser felices.
Algunas circunstancias que producen sufrimiento pueden cambiarse y otras, no. Las dos situaciones requieren dos planteamientos diferentes: acción y aceptación.
Cuando más desagradable sea una experiencia, mayor es el desafío. No obstante, en circunstancias extremas, a veces las personas manifiestan una notable resistencia y optimismo. A partir del sufrimiento, algunas personas han creado obras de arte y han tenido ideas espirituales.
No olvidemos otro factor crucial, las demás personas. No es una novedad que nuestro estado mental y nuestro comportamiento afectan a los demás ¿Cuántas veces nos han irritado o deprimido otras personas con sus quejas? ¿Y cuántas buenas sensaciones nos producen las que están contentas y agradecidas? ¿Somos conscientes de las reacciones que producimos con nuestras palabras y actos irritables, amargos o autocompasivos? ¿Notamos la sonrisa que hacemos asomar a la cara de alguien cuando somos positivos y agradecidos?
Que yo sepa, nadie ha alcanzado la sabiduría, ni la serenidad, ni la felicidad lamentándose.
Todos podemos decir las palabras “esto es bueno” para nuestros adentros muchas veces durante el día, afirmando inequívocamente cosas buenas: cuando tomamos la primera taza de té o de café por la mañana; cuando encontramos una hora libre en la que sentarnos a leer al sol; o cuando nos quitamos los zapatos al final del día.
Las palabras “esto es bueno” serán especialmente satisfactorias en sucesos importantes que podemos apreciar debidamente –una promoción o un ascenso, unas buenas notas de nuestro hijo…-; pero, en el resto de las ocasiones, estaremos labrando nuestro bienestar. En última instancia, es el volumen y la calidad de la valoración lo que puede abrirnos los ojos a la felicidad, la nuestra y la que nosotros aportamos a los demás.
Fuente: Aloe Ourense FLP
Quejarte es lo peor que podrías hacer por tu salud, tu riqueza y por tu integridad como persona.
¿Por qué?
Precisamente porque es en aquello que te enfocas, lo que se manifiesta en tu vida. Así, si mantienes quejándote de tu pobreza todo el tiempo, ¿qué será lo que vas a atraer a tu vida? pues ¡¡¡más pobreza!!!
Piensa por un momento, ¿qupe es aquello en lo que estás centrándote hoy? ¿Alguna vez has analizado tus pensamientos? ¿Son predominantes aquellos positivos o negativos?
Cuando te quejas de tu situación (sea esta cual sea) lo único que estás logrando, es atraer a tu vida, la desgracia.
¿Te has fijado alguna vez en que los que se quejan todo el tiempo por lo regular tienen una vida dura? Parece que lo que podrían hacer mal, efectivamente les sale mal.
Algunos dicen: ¡por supuesto que me quejo! ¡¡¡mira la porquería de vida que tengo!!!
Pero como ya sabes, el verdadero motivo de vivir una vida así, es el enfocarse en la desgracia. Y qué mejor manera que enfocarse en la desgracia que mantenerse quejándose de todo.
¡Deja de quejarte por 7 días!
Pero... ¿cómo puedo lograr dejar de quejarme durante 7 días? ¿Es realmente sencillo?
O por el contrario, es un verdadero reto.
Lo cierto es que uno, sin saberlo, se queja varias veces al día, de diferentes cosas, personas, situaciones, resultados, hechos, ideas, etc.
Y para logar controlar (evitar) las quejas diarias, deberás analizarte en todo momento. Y ya sé que es una tarea un poco difícil, pero te aseguro que ¡realmente vale la pena!
Una tarea adicional que deberás llevar a cabo será la de intentar alejarte de personas quejumbrosas. Incluso si esto es bien difícil (para mí lo es) al menos vale la pena que te hagas el de la vista gorda cuando los escuches quejarse.
Al principio te encontrarás quejándote en diferentes instantes. Para lo cual, recomiendo que lleves la cuenta de las veces que te quejas al día. Te aseguro que te sorprenderás.
Idealmente, este numero tendrá que ir disminuyendo a medida que transcurren estos 7 días, y un escenario óptimo, sería uno en el cual puedas detectar una queja antes de lanzarla, ya sea en voz alta, o en tus pensamientos.
Finalmente el resultado será grandioso, pues nuestras quejas son uno de los factores principales del fracaso, y eliminando uno de los factores que no nos permiten lograr el éxito, llegaremos mucho más fácil y rápido a el.
Así que… ¿por qué no lo intentas?
¡Hasta la próxima!
Por: Juan Sebastián Celis Maya en "Una Visión Diferente del Mundo"
Idea original en: "Los Secretos de una Mente Millonaria" de T. Harv Eker
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