KantunChi es un modesto parque cuya principal atracción son dos cenotes subterráneos unidos entre si por una caverna llena de estalactitas y estalagmitas. Claro que se escucha muy plano. Pero en verdad estos dos cenotes subterráneos son de verdad deslumbrantes. El primero de los cenotes, donde inicia el recorrido tiene una profundidad máxima de 5 metros. Suficiente para mostrarnos los reflejos de las lamparas junto con la transparencia de sus aguas. Nadamos a través de él hacia la entrada a una estrecha caverna. Evadiendo estalagtitas caminamos algunos metros hasta la entrada de un realmente hermoso cenote subterráneo.
Las luces que han puesto en la cúpula de éste cenote nos hacen percibir un azul profundo en las aguas del cenote. Mientras nadamos en él, somos testigos del proceso natural de todos los cenotes. En el cual con las filtraciones de agua, lentamente el techo se va erosionando hasta que en algún momento no soporta su propio peso y se cae loza por loza. En el fondo de este cenote se aprecian claramente gran cantidad de lozas que han ido cayendo… Continuamos nuestro camino por otra caverna a veces con agua hasta las rodillas.
Fuimos visitando cada uno de ellos sin perder la oportunidad de aprecias el juego de luces que los rayos del sol provocan cuando entran en ellos. Las cavernas que se aprecian a decenas de metros de profundidad con un destino que solo algunos buzos conocen. Y todo esto en medio de la selva, con mucha vegetación entre cenote y cenote.
Fuente: Ecozonas
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