miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sexualidad y autoestima

La sexualidad, es uno de los temas candentes en las parejas, puede generar muchas satisfacciones y ser un gran motivo de placer o puede ser una gran fuente de frustraciones, conflictos e insatisfacciones.

No existe una regla de oro, que diga cuantas veces, como y cuando se deben tener relaciones.


Eso depende de cada pareja en particular y de sus miembros.

Cuando ambos quieren y están dispuestos resulta muy satisfactorio, pero cuando uno de los dos quiere más que el otro terminan por presentarse algunas dificultades que si no se manejan con tacto y diplomacia afectan en gran medida nuestra relación de pareja.

De igual manera dificultades al interior de la pareja, afectan nuestra sexualidad, por que al fin y al cabo la sexualidad hace parte de todo el sistema comunicativo de la pareja. La sexualidad y la relación van en ese sentido de la mano.


La autoestima es un factor que juega en doble dimensión.

Tener una autoestima adecuada, y un adecuado concepto de mi mismo, ayuda en gran medida a que la sexualidad sea sana y saludable.

Me siento capaz de complacer y de ser complacido, de amar y ser amado, de entregarme plena y satisfactoriamente a mi pareja.

Cuando las relaciones son satisfactorias favorece al clima de la relación en general, pero cuando se percibe la sexualidad como deficiente, nula o escasa, o hay dificultades en ella, termina por menoscabarse la autoestima de uno o de ambos miembros de la pareja.

Es posible que quien tenga dificultades llegue a sentirse "culpable" por no poder satisfacer al otro, y así mismo, el compañero puede sentirse "culpable", por que no logra que el otro pueda entregarse completamente a la sexualidad. En algunas ocasiones puede presentarse el hecho que uno de los dos culpe al otro, o ambos se culpen entre sí, por lo cual las relaciones sexuales se viven con enojo y frustración la situación.

Si resumimos, una buena autoestima ayuda y favorece al clima sexual y una sexualidad 
deficiente puede llegar a perjudicar la autoestima.

Analicemos esto con detalle
Hay algunos factores a nivel de la sexualidad que influyen para que nuestra autoestima y el concepto que tenemos de nosotros mismos sean positivos.

En la infancia adquirimos conceptos acerca de nuestro propio cuerpo, y del sexo, así como la forma “adecuada” de relacionarnos con él.

Cuando la educación a nivel sexual ha sido demasiado rígida, se tiende a vivirla sexualidad como un tabú., como incómoda y vergonzosa.

Durante la adolescencia experimentamos cambios corporales y sentimientos hacia nuestro propio cuerpo, si nos sentimos o no cómodos con él, si la imagen que percibimos se acopla o no a lo que deseamos, o a lo que los medios sociales y la sociedad esperan de él. Lo que influye directamente en la imagen que tenemos de nosotros mismos, nuestro autoconcepto y por ende en nuestra autoestima.

Es en esta etapa donde comienzan las primeras experiencias sexuales que están marcadas, valga la redundancia por la inexperiencia, lo que en muchas ocasiones hace que sean insatisfactorias a nivel personal o de pareja y pueden dejarnos marcas imborrables en nuestra vida y para nuestro desempeño sexual, y ocasionarnos por consiguiente afectar nuestra autoestima, lo cual no siempre es fácil de superar.

A nivel del hombre, se presentan las primeras relaciones que se caracterizan en general por una falta de control de la eyaculación o una eyaculación precoz, que poco a poco y con la experiencia se va mejorando.

Miedo y angustia ante las primeras relaciones, ante la pérdida de la virginidad, y pese a que los deseos son grandes, muchas veces estas angustias los invaden al punto que no pueden controlar la erección o no pueden tenerla, lo que genera muchos conflictos a nivel personal.

Muchos adolescentes están centrados en sí mismos y en la propia satisfacción, y se olvidan de que una relación sexual son dos, y que es importante que la mujer también quede satisfecha

En la mujer, las primeras relaciones también están marcadas por la angustia y el miedo, de perder la virginidad, a quedar embarazada, a que la experiencia sea traumática o dolorosa, que no sea el hombre al que se quiere entregar aquella primera vez, con la que sueña, como la entrega dorada a su príncipe azul.

Muchas veces la inexperiencia tanto propia como la de su compañero, la llevan a tener sentimientos negativos, que sumados al dolor de la primera penetración, y a la falta de atención de su pareja contribuyen a que la sexualidad posterior sea asociada con estos estímulos negativos, que le impiden la entrega total o disfrutar desde el placer la relación sexual.

En la edad adulta, influyen también las experiencias que tenemos sobre nuestro desempeño sexual.

La experiencia nos ayuda poco a poco a que nuestras relaciones sean mejores, pero en el caso en que se presenten relaciones deficientes, o poco satisfactorias, terminarán también por dañar nuestra imagen a nivel de la sexualidad, a vivirla no con placer y agrado, sino a asociarla a un cúmulo de situaciones negativas que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida.

Cuando se han vivido experiencias traumáticas como intentos de violación, o abuso sexual, y no se han elaborado estas situaciones, la sexualidad puede ser vivida como poco placentera, culpabilizante, y puede asociarse inconscientemente con estos momentos de abuso y maltrato y que por ende, menoscaban la autoestima, la seguridad y la confianza en si mismo.

El miedo a no cumplir con las expectativas o con lo que espera el otro, de nuestro desempeño sexual puede influir en gran medida en nuestras relaciones sexuales


Mitos relacionados con la sexualidad

- a nivel corporal, debemos tener el cuerpo que los medios sociales nos venden y que se considera adecuado para la sociedad.

Cuerpos atléticos, esbeltos, bien formados, que determinan Si estoy o no satisfecha con mi apariencia, y con la forma Como me veo.

Si nosotros no nos sentimos cómodos y satisfechos con nuestro cuerpo, ¿Cómo podremos, entonces sentirnos bien , cuando estemos con nuestra pareja?

- para el hombre, el tamaño del pene es un gran mito, esta asociado a la virilidad masculina, y a la capacidad de dar o no, el suficiente placer a la mujer.

Pero no es el tamaño del pene, lo que hace que la relación Sea más placentera o no, sino como se lleve a cabo la relación.

El primer tercio de la vagina, es el más sensible en la mujer, Por ello, no se necesita un tamaño grande del pene para lograr satisfacer a la mujer.

De igual manera el punto más sensible de la mujer por el cual puede conseguir más fácilmente orgasmos, e incluso varios en una sola relación, es el clítoris y este se encuentra afuera de la vagina.

Además que la satisfacción sexual, está dada no solo por la penetración sino por la capacidad de realizar juegos eróticos, y calentamiento previo, que enriquecen la vida sexual de la pareja.

- la satisfacción sexual no está en manos de uno solo de los miembros de la pareja, no es el uno solo el responsable de satisfacer al otro, ambos deben comprometerse, entregarse, y estar dispuestos a dar y recibir placer.

A ser capaz de explorar, de enriquecer y fomentar el placer y la entrega sexual.

Diana Ohana

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