La antropóloga Helen Fisher divide el amor en tres fases en función de las sustancias químicas cerebrales que se ven implicadas. La primera fase se produce cuando conoces a alguien y sientes principalmente una fuerte atracción física y deseo sexual; esta fase está regulada por los estrógenos y andrógenos.
La siguiente fase, el amor romántico, aparece cuando empiezas a sentir amor por esa persona. En esta fase se produce un fuerte vínculo emocional, piensas a menudo en él o ella, a veces de manera obsesiva, durante gran parte del día, y sientes un fuerte deseo de estar a su lado. Se caracteriza por un aumento de los niveles de dopamina y norepinefrina y un descenso de los niveles de serotonina. Un estudio realizado por Fisher, mostró que algunas personas llegan a pensar en la persona amada hasta el 95% del día.
Lo más curioso de esta fase obsesiva es la similitud que guarda este estado cerebral con el de las personas que padecen trastorno obsesivo compulsivo o depresión. En todos estos casos, los niveles de serotonina son especialmente bajos, según un estudio realizado con un grupo de 20 participantes y 20 sujetos control (Marazziti, Akiskal, Rossi, & Cassano 1999).
La tercera fase es la que podríamos llamar el amor verdadero, por ser unos sentimientos muchos más realistas, que aparecen poco a poco, cuando se ha establecido un compromiso y un vínculo afectivo estable con esa persona. Está mediada por las hormonas oxitocina (llamada también la hormona del amor e implicada en el amor entre padres e hijos) y vasopresina.
Las fases del amor obsesivo
En su libro Confusing love with obsession, el Dr. John Moore describe el desarrollo del amor obsesivo en cuatro fases:
Fase de atracción
Se produce una intensa y repentina atracción por la otra persona y un deseo de establecer una relación de inmediato, sin tener en cuenta su personalidad o posible compatibilidad. Confunden la atracción física inicial con amor y piensan que sus intensos sentimientos indican que están ante el amor de su vida, a pesar de que no conocen aún a esa persona.
Fase ansiosa
Si se ha logrado establecer dicha relación, ésta se caracteriza por una gran ansiedad, con miedo al abandono, celos y pensamientos de infidelidad. Existe un deseo intenso de estar en contacto frecuente con esa persona, ya sea personalmente o mediante llamadas o mensajes. El miedo a la pérdida y la desconfianza generan sentimientos de tristeza, depresión o ira, de manera que las emociones son variables y extremas, con sentimiento de intensa alegría cuando todo va bien y miedo, ansiedad, ira, celos, etc., cuando percibe algún problema o sucede algo que hace aflorar sus muchos miedos e inseguridades. La persona obsesionada intenta controlar la conducta de su pareja y no desea que mantenga contacto con otras personas, de manera que se corre el riesgo de que se produzca un maltrato psicológico. A veces se producen reacciones violentas si la otra persona empieza a negarse a las exageradas demandas obsesivas.
Fase obsesiva
Se produce una total pérdida de control, la obsesión llega a su punto máximo, así como las conductas de control obsesivo. La persona víctima de la obsesión se siente mal y empieza a alejarse, lo cual crea más ansiedad y deseo de control en su pareja. La persona obsesionada no puede dejar de pensar en la otra persona y demanda una atención constante, sus llamadas son muy frecuentes y envía numerosos mensajes a lo largo del día. Pueden producirse acusaciones infundadas de infidelidad, y conductas obsesivas como seguir a la persona al trabajo para asegurarse de que no va a otro lugar, registrar sus objetos personales, revisar sus mensajes, etc. Deseo de saber todo lo que hace la otra persona, donde está en cada momento del día y con quien. Puede llegar a producirse maltrato emocional y físico.
Fase destructiva
En esta fase tiene lugar la destrucción de la relación, que hace que la persona obsesionada se deprima tremendamente, con pérdida de autoestima, sentimientos de culpa, desprecio y odio hacia sí misma, así como ira o deseos de venganza. A veces, puede recurrir al alcohol, las drogas o el sexo como forma de consuelo o sentir deseos de suicidarse.
Características de las personas que llegan a una obsesión patológica
- A menudo, han tenido infancias en las que se sintieron abandonados o fueron víctimas de abuso emocional, físico o sexual. Estas relaciones disfuncionales en la infancia les han podido impedir aprender patrones sanos de relación de pareja.
- Tienen un miedo extremo a ser abandonados, reaccionando con gran miedo y ansiedad ante el más mínimo indicio, real o imaginado de abandono. Este miedo les hace aferrarse con fuerza a su pareja.
- Se enamoran con mucha rapidez, de manera que nada más conocer a alguien pueden creer que es el amor de su vida y desear estar con esa persona para siempre.
- Pueden tener problemas para controlar sus emociones y tener emociones muy intensas, que varían con gran facilidad. Esto hace que el amor que sienten sea muy intenso, pero también la ansiedad, el miedo al abandono y otras emociones negativas que, dada su intensidad, se vuelven difíciles de controlar.
- Algunas de estas personas pueden tener un trastorno límite de la personalidad.
Si la obsesión que sientes es algo más que la obsesión típica y normal que casi todo el mundo experimenta al inicio de una relación, lo primero que has de pensar es que tu forma de relacionarte a nivel de pareja no es sana y necesitas aprender modos más constructivos de relacionarte tanto contigo como con los demás. Probablemente tienes diversos temas emocionales que solucionar, tal vez relacionados con el abandono, abuso o maltrato en la infancia, problemas de ansiedad, depresión, baja autoestima, etc.
Por tanto, si tus relaciones se han caracterizado por este patrón obsesivo, acude a un psicólogo para solucionar estos problemas antes de entrar de nuevo en una relación. Ten en cuenta que todas tus relacione acabarán mal mientras no aprendas a relacionarte de un modo más sano y superes esta tendencia a la obsesión, miedos, inseguridades o viejos traumas que te impiden conseguir lo que más deseas: poder tener una relación estable con alguien que te ame de verdad.
Ana Muñoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario