domingo, 12 de julio de 2015

La vida

La vida canta en nuestros silencios y sueña en nuestro sopor. Aún cuando estamos vencidos y tristes, la Vida está entronizada en lo alto. Y cuando lloramos, la Vida sonríe a la luz del día, y es libre aún cuando arrastramos nuestras cadenas. Muchas veces la nombramos con nombres amargos, pero sólo cuando nos sentimos amargos y oscuros.

Y la juzgamos inútil y vacía, pero sólo cuando el alma vaga por lugares desolados y el corazón esta ebrio de excesiva preocupación por sí mismo.
La Vida es profunda y alta y distante; y aunque vuestra vasta visión apenas alcance a sus pies, ella está cerca; y aunque sólo el aliento de vuestro aliento llegue a su corazón, la sombra de vuestra sombra cruza su rostro y el eco del más débil de vuestros gritos se convierte en su pecho en otoño y primavera.

Y la vida está velada y oculta, así como está oculto y velado vuestro ser más íntimo. Pero cuando la Vida habla, todos los vientos se vuelven palabras; y cuando vuelve a hablar, las sonrisas en nuestros labios y las lágrimas en nuestros ojos se hacen palabras también. Cuando ella canta, los sordos oyen y quedan cautivados; y cuando viene andando, los ciegos la ven y se quedan pasmados, y la siguen maravillados y atónitos.

Desconozco a su autor


viernes, 10 de julio de 2015

Tenacidad

Voy a seguir adelante aunque todo parezca perdido. Voy a insistir porque la perseverancia convierte en fuerte al débil.

Aún tengo fuerzas como el atleta que llega a la meta, feliz de haber superado los instantes de desaliento.

Con una firme confianza soy capaz de alejar las dudas y con una esperanza recia soy capaz de dominar el desánimo.

Me abro camino como el agua que avanza incontenible hacia el océano. Vuelvo con la tenacidad de las gaviotas cuando el viento es contrario.

Sé que puedo recobrar el entusiasmo si recuerdo triunfos vividos y crisis que antes he superado.

Sé que nada me puede detener si cuento con aquellos que me quieren, con el poder de la fe y la energía del amor.

No hay tempestad sin calma y no hay noche sin amanecer. No me desespero porque el abecedario del dolor también tiene su letra zeta. Con mucha fortaleza voy a salir adelante ya que ninguna crisis doblega a las almas fuertes.

Desconozco a su autor


miércoles, 8 de julio de 2015

¡Alto! ¿Dónde vas sin metas? (I)

¿Cómo es que usualmente caminamos por la vida dando tumbos aquí y allá? ¿Será que no nos hemos planteado en serio la vida o, sencillamente, no le hemos dado un verdadero sentido a nuestra existencia? ¿O será, tal vez, que nos asusta pensar en por qué vivimos; en por qué estamos aquí y adónde vamos; en qué queremos ser en la vida y otras tantas interrogantes más? O, simplemente, que no encontramos respuestas, porque hasta ahora no nos habíamos hecho un planteamiento serio a este respecto. Sin embargo pongámonos a pensar: ¿qué puede esperar del futuro una persona que vive sin ilusiones, sin metas; qué balance podrá hacer al final de su vida?

Pues bien, para remediar esta situación y ser mejores, así como para darle un verdadero significado a nuestra vida, debemos fijarnos metas y objetivos precisos. Tener metas es tener razones para vivir, triunfos que conquistar y propósitos para luchar.

Examinando cuidadosamente cada aspecto de nuestra vida, podremos determinar los vacíos que deben ser llenados; pero no debemos hacernos un planteamiento superficial del problema. Tenemos que combinar razonablemente los aspectos materiales y espirituales y proponernos metas que abarquen todas las facetas de nuestro propio ser. Metas espirituales, humanas y materiales; una globalidad que abarque muchos fines, pues subestimar alguno de estos aspectos nos llevaría a una vida vacía e incompleta.

Mons. R. Emiliani.