Me levanto una mañana, salgo de mi casa, hay un pozo en mi camino, no lo veo y me caigo en él.
Día siguiente… salgo de mi casa, me olvido que hay un pozo en mi camino, y vuelvoa caer en él.
Tercer día. Salgo de mi casa tratando de acordarme que hay un pozo en mi camino, sin embargo, no lo recuerdo y caigo en él.
Cuarto día. Salgo de mi casa tratando de acordarme del pozo del camino. Lo recuerdo, y a pesar de eso, no veo el pozo y caigo en él.
Quinto día. Salgo de mi casa, recuerdo que tengo que tener presente el pozo en mi camino, y ando mirando el suelo, y lo veo, y a pesar de verlo, caigo en él.
Sexto día. Salgo de mi casa, recuerdo el pozo del camino, voy buscándolo con la vista, lo veo, intento saltarlo, pero caigo en él.
Séptimo día. Salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, salto, rozo con la puntade mis pies el borde del otro lado pero no es suficiente y caigo en el.
Octavo día. Salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, salto y… llego al otro lado! Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido que doy saltos de alegría…. y al hacerlo… caigo otra vez en el pozo.
Noveno día. Salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, lo salto y sigo mi camino.
Décimo día. Me doy cuenta por fin que es más cómodo caminar… por el camino de enfrente.
Jorge Bucay

Si lo piensas, seguro que recordarás muchas ocasiones en las que has sido capaz de saber lo que estaba pensando otra persona o de averiguar quién llamaba antes de descolgar el teléfono. Tal vez, has tenido una corazonada que desafiaba la lógica y luego ha resultado acertada. Son señales de que la intuición está funcionando. Pero, como este tipo de situaciones se producen de una manera espontánea y no parecen obedecer a nuestra voluntad, solemos olvidarlas y no darles demasiada importancia.Estamos acostumbrados a poner el acento en la lógica de lo racional y dejamos de lado nuestra parte intuitiva. Nos perdemos la oportunidad de descubrir y activar una forma de inteligencia que todos poseemos, en mayor o menor grado.
La intuición sirve para descubrir cosas y personas de nuestro alrededor. La lógica es útil para comprobar que lo sospechado era cierto. Y las mujeres son especialmente hábiles para mantener activos los canales por donde discurre la intuición. El tópico de la “intuición femenina” tiene una base fisiológica, relacionada con la mayor actividad y desarrollo del hemisferio derecho del cerebro.
La sabiduría intuitiva es una capacidad humana normal y natural y, lo que es más importante, cultivable. Es decir, que podemos activar este talento y aplicarlo en nuestra vida cotidiana de una forma amplia. Algo sumamente importante, si tenemos en cuenta que el momento que nos ha tocado vivir está marcado por la rapidez con que se producen los cambios y por lo imprevisible de los acontecimientos. Lo que hoy es de una manera, mañana puede ser completamente distinto. Y la intuición nos puede ayudar a detectar esas tendencias y a saber adaptarnos a ellas de forma flexible y armónica.
Como vivir es un proceso bastante complejo, de aprendizaje constante, quizá sea éste el momento adecuado para que decidas prestarle más atención a tus muchas capacidades intuitivas. Simplemente con que reconozcas que están en ti y que te pueden ayudar, ya habrás dado el primer paso hacia un desarrollo importante de ciertas aspectos de tu vida que tenías olvidados o que no considerabas como debieras.
Principales aliados de la intuición
1) Diversifica tu atención. La atención es selectiva. Nos fijamos en aquello que está en consonancia con nuestros intereses del momento. Abre tu abanico de posibilidades.Pon atención a todo lo que te rodea. La información que necesitas puede llegarte del lugar más insospechado.
2) La imaginación sirve para crear. Por eso lo mejor es usarla.
3) La necesidad de controlarlo todo bloquea el desarrollo de la intuición. Saber fluir es la clave.
4) Una regla de oro: Acepta la ambigüedad, la paradoja y la incertidumbre. Es elcaldo de cultivo favorito de la intuición.
Fuente: Puleva Salud – Grupo Correo Media Trader

Por cada ser humano existe un sentido de vida a desentrañar y expresar. Y es la responsabilidad de cada uno dar con él. Es algo que nadie puede hacer por ti. Y mientras no lo haces te sobrevuela aquello que se conoce como angustia existencial, una sensación de vacío o de “sin sentido”. Una extraña sed difícil de saciar.
No la calman las cosas materiales que incorporamos y de las cuales nos rodeamos hasta el agobio, no la satisfacen las sucesivas relaciones que iniciamos y dejamos,no la atenúan las experiencias extremas que a veces consumimos una detrás de otra en el intento de “sentir”, “vibrar” o percibirnos “vivos”. Decía Frankl que la mejor prueba de la existencia y la necesidad del agua es la sed. Del mismo modo podríamos afirmar que la prueba de que es necesario descifrar y consagrar el sentido de cada vida es esa sensación de vacío y descontento que se instala cuando no lo hacemos.
Para esto es esencial la voluntad de sentido. Aquello que nos induce a comprometernos, y aún sacrificarnos, para servir a nuestros seres queridos (sean o no parte de nuestra familia), a crear obras (de cualquier tipo) por las que sentimos inclinación y a adentrarnos en las áreas vitales de nuestro interés. Cuando hacemos esto se activan las áreas de confianza innata que existen en nosotros.
Sergio Sinay
