jueves, 2 de julio de 2015

Decisiones en la oscuridad

Cierta vez durante el verano un grupo de excursionistas viajó a la playa, llegando ya cuando había oscurecido debido a muchos retrasos.

Debían caminar 2 km por la playa hasta el campamento, pero no llevaban linternas, aún así decidieron caminar el trecho en medio de la oscuridad.

Llevaban ya cierto trecho recorrido cuando encontraron la saliente de un río, pero no podían apreciar que tanto debían atravesar ni qué tan hondo era.

No sabían que hacer, y aún teniendo una radio no se comunicaron, y se aventuraron a cruzar a ciegas. Pero el río era muy profundo y con una corriente muy fuerte, así que perdieron sus bolsos y todo lo que llevaban y apenas llegaron al otro lado.

Continuaron finalmente hasta llegar al campamento.

Al día siguiente volvieron a ver si había quedado algo de sus cosas, y vieron que apenas unos metros arriba de donde cruzaron había unos troncos que hacían de puente.

Muchas veces, nos sucede esto mismo, y tomamos decisiones en medio de problemas, dificultades, problemas o angustias, y lo peor es que no pedimos guía ni ayuda.

Por este motivo, nos suceden cosas de las cuales luego nos arrepentimos.

La mayoría de las veces suele haber un “puente” que nos lo facilita, sin embargo, por todo lo que nos rodea solemos no verlo.

Si estás pasando por una situación difícil no tomes decisiones a la ligera, espera hasta tener la luz que te guíe para poder ver lo correcto.

Desconozco a su autor


miércoles, 1 de julio de 2015

La libertad

Libertad, es una palabra maravillosa que, me animaría a decir sin temor a equivocarme, la es para cada ser que habita este planeta.

Todos asociamos a la libertad con algo, por ejemplo; “si tuviera dinero sería libre…” o, “si mi trabajo fuera viajar, me sentiría libre…”, en fin, las variantes pueden ser infinitas y en definitiva es sinónimo de felicidad.

¿Pero es en verdad así? ¿Alguna vez nos pusimos a pensar qué significa realmente para nosotros? Probablemente, cuando éramos chicos y estábamos entrando en la adolescencia, ser libres era crecer más rápido y ser grandes para “hacer lo que yo quiera”. Y cuando crecimos y nos convertimos en adultos, se nos empezó a complicar; los deberes, obligaciones, responsabilidades y mandatos varios, tanto familiares como sociales, nos hicieron ver la Libertad como algo que sólo existía en los libros o una sensación de la cual gozábamos por corto tiempo.

En mayor o menor medida, todos hemos tenido a lo largo de nuestra historia, uno o varios, momentos de crisis, donde el dolor, la angustia o quizás la rabia nos han hecho sentir atrapados, sin salida.

Es probable también, que en esos momentos desesperantes, nos haya sorprendido algún pequeño “flash” donde sentimos que la salida estaba dentro nuestro.

Pero vayamos a las cosas de todos los días, a las limitaciones cotidianas. Cada, “no puedo…”, “no sé si me animo…”, “no tengo dinero, o suerte, o pareja, etc.”, “no sé si me irá bien…”; son pequeñas cárceles que nos construimos. Cada vez que decimos una de estas frases nos creamos un cerco que nos impide ir más allá e incluso no nos deja ver el mundo de infinitas posibilidades que nos rodea.

El miedo automáticamente nos encierra, nos limita, nos hace caminar en círculos. Es el que nos paraliza y ya es tiempo de que empecemos a desarmarlo pues que se achique o se agrande, depende exclusivamente de nosotros.

Desbaratarlo, es un trabajo de cada día, enfrentando de a una las situaciones en las que el miedo se hace presente. A lo mejor, no lo logramos la primera vez, pero si insistimos tenemos el éxito asegurado

No nos olvidemos que muchas veces es más grave el miedo al miedo que a lo que realmente vamos a enfrentar o resolver.
Probemos cambiar nuestra actitud en lo de todos los días, y en cada pequeño triunfo, vamos a experimentar la libertad, y esa misma sensación nos va a dar fuerzas para hacer cambios cada vez más importantes. Las llaves de la cárcel están en nuestro poder y sólo nosotros podemos decidir cuando usarlas.

Abrirnos al Amor y aprender el respeto, nos ayudará a encontrar el camino hacia la más extraordinaria experiencia: La Libertad

Desconozco a su autor



lunes, 29 de junio de 2015

Aliento

Cuando las preocupaciones te agobien y sientas que tu cuerpo ya no puede más no te encierres en una idea solamente: Desahógate, y piensa que en ese momento estás viviendo un instante de tu larga vida.

Y todos los problemas son circunstanciales y las circunstancias son igual que las olas: Vienen y se van, la felicidad espiritual no consiste en borrar de la mente las preocupaciones, ni olvidarlas, la tranquilidad espiritual consiste en la búsqueda constante de soluciones para nuestros problemas.

No basta ni remotamente con cruzarte de brazos y hablar de ellos. Hay que enfrentarlos: O te vencen o las vences, y en esa lucha hay que trazar estrategias.

No siempre el camino más fácil es el más indicado.

La vida nos ha enseñado que no hay nada imposible para vencer.

¡Lucha con toda tu alma!

Desconozco a su autor