viernes, 17 de julio de 2015

Depende de la forma

Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.

¡Qué desgracia Mi Señor! – exclamó el Sabio – Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
¡Qué insolencia! – gritó el Sultán enfurecido – ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.
Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
Recuerda bien amigo mío – respondió el segundo Sabio – que todo depende de la forma en el decir… uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.

De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.

La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado.

Desconozco a su autor


miércoles, 15 de julio de 2015

Felicidad

La felicidad no tiene peso, ni medidas no puede ser comprada, no se presta, no se pide prestada, no resiste cálculo
porque material no es, sólo puede ser legítima.

Felicidad falsa no es felicidad, es ilusión.

Pero, si yo supiese hacer cuentas para medir el bien diría que la felicidad sí puede tener tamaño, puede ser grande, o pequeña, tan pequeñita que puede caber en la palma de una mano, pero, también puede alcanzar el tamaño del mundo.

La felicidad es sabiduría, esperanza, deseo de ir, de quedarse, es presente, pasado y futuro.
La felicidad es confianza: creencia, trabajo y acción.

No se puede tener prisa para ser feliz,porque ella viene bien despacito, como quien nada quiere.

Ser feliz no depende del dinero, tampoco depende de la salud, ni del poder.

La felicidad no es fruto de la ostentación ni del lujo.

Felicidad es desprendimiento, no es ambición.
Solamente es feliz quien sepa soportar, perder, sufrir y perdonar.
Sólo es feliz quien sepa, sobretodo, amar.

Desconozco a su autor


martes, 14 de julio de 2015

Nada es gratitud

Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero luego comprendes que si no las hubieras superado, nunca hubieses realizado tu potencial, tu fuerza o el poder de tu corazón.

Todo pasa por una razón en la vida. Enfermedades, heridas, ausencias, amores que se quiebran, momentos perdidos de grandeza o puras tonterías.

Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién asfaltada, suave y lisa, pero que no conduce a ninguna parte.

Aún se puede aprender de las malas experiencias, es más, quizá sean las más significativas en nuestras vidas.

Si alguien te hiere o te traiciona, dale las gracias porque te ha dado la oportunidad de perdonar, y a tener más cuidado de escoger a quién le abres tu corazón.

Si alguien te ama, ámalo tu también, no porque te ame sino porque te ha enseñado a amar y a ver las cosas pequeñas de la vida.

Permítete enamorarte, liberarte y poner la vista en un lugar bien alto.

Repítete a ti mismo que eres un ser magnífico y… ¡CRÉELO!. Si no crees en ti mismo, nadie lo hará. Crea tu propia vida y ¡VÍVELA!. Arriésgate a ser lo que eres.

Desconozco a su autor