Sería maravilloso si los pequeños pudiesen entender que la llave de su felicidad no viene de buscar cosas fuera, sino que más bien proviene de lo que ellos le pueden dar al mundo, y este punto les va a ayudar de una forma muy significativa a encontrar esa felicidad. De lo que estamos hablando no es una aseveración religiosa, es algo científico, pero que además es una conclusión a la que han llegado las sabidurías antiguas.
Educar a los niños desde el principio en este punto tan importante, va a permitir que los niños integren y conozcan que la felicidad no viene de fuera y, de este modo, les vamos a ahorrar muchísimo tiempo que pasarían buscando la felicidad donde no la pueden encontrar.
Alan Wallace
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