A continuación te ofrezco los pasos para comenzar dicho proceso, sacados del libro “Superar el dolor emocional” de John Preston:
- No te hagas más daño. Lo primero es no empeorar las cosas. Hipócrates decretó que la primera regla de un médico es no agravar la enfermedad. Tenemos por naturaleza una capacidad de castigo emocional. Por ese motivo esa debería ser la primera regla “ No empeorar las cosas”. Es imprescindible distinguir entre el sufrimiento necesario y provechoso. El sufrimiento necesario es el que se crea de manera natural por una situación vital, por ejemplo la muerte de un ser querido, una situación grave, la traición de un amigo… Con lo que debemos evitar el Bloqueo psicológico, echar leña al fuego, mucho pesimismo entre otras muchas cosas que no ayudan para nada en la curación.
- Descubre de qué manera se cura la gente. Valora tus sentimientos, enfréntate a tus emociones y busca una dosis para el dolor. Parece ser que en la mente humana existe como un mecanismo con el que comprobamos y administramos el dolor y su moralidad. Es parecido a una acción- reacción psicológica. La fase no es consciente sino automática. Tenemos que estar pendientes cuando el proceso se para. Evitemos la negación y el delirio. Recuerda que quien cura no es el tiempo, quien cura son los impactos de una exhibición repetida de la realidad.
- Coopera con tu curación. “El tiempo cura todas las heridas”, hasta cierto punto esto es verdad. El tiempo aplaca algunos sentimientos, pero en realidad la auténtica curación se produce si tú la eliges. Se podrían dar algunos procesos, entre ellos: expresa tus emociones, habla de lo sucedido, sé responsable con tus emociones fuertes, admite la realidad, comparte tu dolor, comunícate positivamente contigo mismo. Decídete a empezar con tu propia curación!
- Es un buen comienzo admitir que el dolor pasará igual que las heridas físicas. Si te propones hurgar en las heridas no conseguirás curarte y será mucho más doloroso el proceso de curación. Diles NO a tus pensamientos de odio, coraje y culpa. Sigue adelante y cierra de una vez todos aquellos capítulos que leíste mil veces. Perdonar o no es tu decisión. ¡Ya estás preparada! Recuerda que el perdón lo debes compartir contigo, en tu interior y no con el opresor. Toma decisiones que cambien tu vida. Impide problemas repetidos.
- Sé asertiva. En los combates personales, los más habituales son: promesas rotas, trato injusto, olvido de las necesidades, tentativa de controlar/dominar al otro, falta de interés por comprometerse, discriminación sexual o racial, engaños y mentiras, culpas de todo. Ser asertiva es erradicar toda agresión, ya sea física o verbal porque con ello hieres a los demás y a ti misma, la no asertividad es la auto negación.
- Controla tus emociones. Aprende a hacerlo. Recuerda que “posible” no es igual que “probable”, así que confía en ti misma. Domina los “debería” y utiliza los “podría”.
- Ten una buena condición física y elimina el estrés.
- Terapia de apoyo. Grupos de gente con gustos, hobbys, intereses personales y profesionales similares a los tuyos te ayudarán mucho.
Vanessa Arjona
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