Dos formas principales en que, como padre, puede influenciar a su hijo son: ser un modelo de cómo ser y cómo actúa un hombre, y las instrucciones específicas que usted le da a su hijo a seguir. Por ejemplo: trasladarle a su hijo su fe, comportarse con consideración con los demás, practicar los buenos modales, ser generoso, hablar bien de las personas y sino mejor guardar silencio, tratar bien a las mujeres. En los adolescentes, la instrucción en la educación sexual, el valor del esfuerzo y su recompensa, hablar con la verdad, no tomar algo que no le pertenece, la libertad de escoger una profesión de acuerdo a sus intereses y seguir sus propios sueños... usted puede enlistar muchos más.
El trabajo profesional del padre es muy importante y valioso, es el medio por el cual se brinda sustento al hogar; sin embargo, no debe ser una barrera que lo lleve tan lejos de sus hijos que usted se convierta únicamente en un proveedor y un "papá de lejos".
Aproveche el tiempo para enseñarles a sus hijos todo aquello que para usted es importante que ellos sepan, todo aquello que usted quiera que recuerden con el paso del tiempo.
Recuerde que los está preparando para ser hombres y mujeres autónomos; mientras tanto, necesitan y esperan que usted les dé las herramientas para conducirse. Llene los espacios que le correspondan. Sus enseñanzas estarán con sus hijos e hijas siempre como lo expresa Pontón:
"Para ser padre primero es necesario reconocer que heredamos algo de nuestros padres, no en el sentido biológico, sino más bien algo que nos ha sido transmitido y que a su vez nosotros trasmitimos a nuestros hijos."
Claudia Cuyún
Psicología Familiar y de Adolescentes
Terapeuta en Audición y Lenguaje
Licda. Psicología Clínica
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