miércoles, 18 de septiembre de 2013

Gastronomía y Tradición en México: Postres, Dulces y Golosinas.

La calabaza -de Castilla- en tacha, se acostumbra prepararla para los festejos de día de muertos, y no requiere más que partir la calabaza y cocinarla en un jarabe de piloncillo, azúcar, canela, un poco de anís y unos cuantos clavos de olor. Es sabrosísima tanto su carne como sus semillas, otra forma de aprovechar las semillas es sacarlas, lavarlas, remojarlas en agua con sal, dejarlas secar y después se tuestan en un comal, y son conocidas como pepitas. También se puede cocinar la calabaza entera, y solo se le realizan muchos agujeros por los que entra el jarabe para impregnarla.


Los muéganos y buñuelos se preparan con harina de trigo. Para los muéganos se cortan pequeños cuadritos de la maza y se fríen en manteca o aceite, después se les añade un jarabe de piloncillo y canela, algo espeso, que al enfriarse, hace que los cuadritos como almohadillas infladas, queden unidos en un delicioso enjambre.







Los buñuelos mexicanos se preparan con levadura de cerveza y se hacen muy delgados y grandes, después se fríen en aceite hasta que queden crujientes y se les agrega un jarabe de piloncillo y tejocotes sin piel.



Continuará...
Issa Martínez
Alenarte Revista 


lunes, 16 de septiembre de 2013

Gastronomía y Tradición en México: Postres, Dulces y Golosinas 2da. parte

Las frutas cristalizadas con azúcar son también parte de los dulces tradicionales de México: higos, limones rellenos de coco, calabaza, acitrón, piña y camote, son algunos de los más utilizados. Los vendedores ambulantes llevan una canasta llena y cubierta con papel celofán, para protegerlos de la intemperie.

La cajeta mexicana tiene su origen en la ciudad de Celaya, Guanajuato, y se realiza con
Cajeta
leche de cabra y de distintos sabores: quemada -mi favorita-, envinada y de vainilla.

El arroz con leche no es único de México, pero aquí se prepara cociendo el arroz en agua con cascaritas de limón y rajas de canela, leche evaporada, y condensada para endulzar, se le agrega también pasitas -uvas pasas-.

La capirotada es uno de los postres más sabrosos y antiguos que se pueden consumir en México. Se hace con rebanadas de pan duro y frito en manteca y escurrido. Aparte se prepara un jarabe de piloncillo y canela, ligeramente espeso, al que se le agrega nueces, pasas y almendras. Una vez listo el jarabe, se agregan las rebanadas de pan fritas y se le añade queso fresco, pero con queso manchego también queda deliciosa.

Continuará...

Issa Martínez
Alenarte Revista 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Gastronomía y Tradición en México: Postres, Dulces y Golosinas

Famosa es la tradición de los merengueros y los volados. Al grito de “¡Hay merengues, merengues!” los ojos de los niños se iluminaban con esa chispa traviesa pero que no deja de reflejar la inocencia infantil. Y es que no era para menos, la promesa de saborear un delicioso merengue o gaznate, y probablemente gratis, era algo especialmente llamativo para los niños. ( Issa Martínez)

Jugar a los “volados” es una muy mexicana forma de juego de azar, que consiste en arrojar hacia arriba, -cortando el aire y dando giros-, una moneda
para ”cacharla” -en México “cachar” significa atrapar algo con las manos-, en la palma de la mano y cubrir la moneda con la otra mano, en cuanto la moneda cae en la mano receptora. ¿Águila o sol? es la pregunta de quien tira la moneda al aire, y claro, gana el que “adivine” qué cara de la moneda es la que queda hacia arriba. El “águila o sol” se debía a que los “volados” se jugaban con monedas de veinte centavos, de cobre, y de un lado tenían el escudo mexicano representado por el águila parada sobre el nopal y, del otro, la pirámide teotihuacana con los rayos del sol por encima de ésta. A estas monedas se les llamaba popularmente “veintes”.

Los volados que los merengueros jugaban fueron toda una tradición y, su -¿sencillo o doble?- era la invitación a jugar y ganar dos merengues por el precio de uno o a pagar dos veces el mismo merengue en caso de perder.

Cierto que la suerte no tenía tanto que ver, porque los merengueros tenían tal adiestramiento en los “volados” que, a veces, “se dejaban ganar”. Cierto también, que no todos los clientes aceptaban jugar -niños o adultos-, pero para quienes entraban en el juego, era, también, una forma inocente de divertirse, porque en una de “ésas”, le fallaba el cálculo al merenguero…y sí, a veces también sucedía, lo que desde luego era casi una afrenta para el merenguero.

Entrañable para muchos mexicanos resulta el pregón del merenguero, único e inconfundible por su ritmo y duración cadenciosa en la nota alargada.

Los merengues se preparan como cualquier otro merengue, con claras de huevo y azúcar, pero a los merengues mexicanos se les agrega un poco de pulque. Los gaznates, que son láminas delgadas de harina, se rellenan de la mezcla del merengue y de la misma forma se hornean. Aún es posible encontrarse con algún merenguero, charola al hombro y repleta de estas delicias para disfrute de chicos y grandes, aunque los “volados” quedaron para la historia.

De la ciudad de Monterrey, al norte de la República Mexicana, son las llamadas “glorias”, exquisitos dulces de leche, miel de maíz, vainilla y nuez.

Muy conocidos y apreciados son los dulces de tamarindo y azúcar, que también se preparan como golosina picante.

Los dulces de coco son también muy representativos de lo típico mexicano, se les conoce como cocadas y se preparan de varias formas, con leche o con miel de maíz, y se colorean con pinturas vegetales, de tal forma, que encontramos dulces en color rosado y amarillo, verde, azul o simplemente blancos.

Continuará...

Issa Martínez
Alenarte Revista