jueves, 28 de agosto de 2014

Compromiso vital

La vida nos transporta, nos empuja hacia delante. Unas veces de manera violenta, otras veces más tranquila… Y en los momentos más difíciles se limita a darnos un impulso para sobrevivir. En cualquier caso, algo en nuestro interior nos pide vivir, dándonos energía para el siguiente paso a seguir el camino. Puede que sea un deseo intenso que nos lleva a hacer algo con nuestra propia vida considerando nuestra particularidad y capacidades. Porque de no ser así nos debilitaríamos.

No hace falta que sea un acto heroico, es mucho más sencillo…. con dar amor, basta. En un entorno tan cercano y sencillo como el familiar. Tal vez sea una tendencia a opinar, conocer, cuidar, a fabricar. Normalmente, este camino personal se puede resumir en una sola palabra: “Hazlo”, “ve”, “da”.

CONEXIÓN INTERIOR

Tal vez nos preguntamos qué intención nos recorre y cuál será la que tendrá que orientarnos. Cuanto más la vivamos y sintamos, más serenidad experimentaremos, también si ese conflicto que se obtiene con uno mismo necesita empeño y esfuerzo.

Consiste ni más ni menos, que en colaborar con la misma naturaleza. Con los dones que nos han sido otorgados y que debemos transmitir. Consiste en respetarse y conseguir que todo sea mucho más fácil y se mantenga sin ningún soporte adicional, igual que si fuera un edificio bien cimentado que no requiere de ningún apoyo.

Reparar en los deseos y sueños conlleva dejar de dedicarle a acciones insignificantes la energía y el tiempo que nos hace falta para nuestros objetivos. Se trata de no pasar la vida derrochando, malgastando el tiempo, sino de darle a esos deseos un tiempo y un lugar en la vida diaria.Hacerles sitio en el presente, traerlos desde ese supuesto futuro en que se encuentran. Y en dirección a donde se deben encaminar de ahora en adelante.

“Venimos al mundo con dones y expectativas personales que nos empujan a transitar un camino. El hecho de vivir para desarrollar los deseos más íntimos derrocha paz y armonía e intensifica cada momento”.

Vanessa Arjona

lunes, 25 de agosto de 2014

Mi bebé y yo... jugando con papá

Sabemos que el bebé desde el momento de estar en el vientre, al momento de amantar y en diferentes momentos de la vida, está en estrecha relación con la madre, lo que favorece el fortalecimiento del lazo afectivo con ella. En esta ocasión, veremos de qué manera podemos promover esta estrecha relación también con papá.

El vínculo entre papá e hijo puede comenzar a establecerse desde antes del nacimiento, con la cercanía y voz del padre, ya que desde el vientre materno el bebé podrá percibirlo. Al nacer, necesita, además de comida y aire; cariño, cercanía y atención por parte de sus padres para sentirse completo.

Una de las primeras actividades que pueden realizar juntos es el masaje infantil. Al brindarle estimulación por medio de masajes y caricias se fortalece el lazo afectivo entre padre e hijo, ya que se liberan endorfinas, oxitocina y prolactina (encargada de la producción de leche) y facilita la creación de la conducta maternal. No sólo se desprende de la madre, sino también de otras personas que entran en contacto con el bebé.

Además, al realizar masaje a tu hijo estarás estimulándolo, él o ella aprenderá y tú aprenderás a conocerte y a conocerlo. Igual de importante que la comida, el sueño y el aire, son los cuidados y caricias que el niño recibe para su desarrollo global. Si se le brindan atenciones afectuosas y el bebé lo percibe de esta manera, se está dando el primer paso para una buena relación entre ambos.

¡Anímate! Realiza masaje a tu bebé, lo estimularás, relajarás, compartirán tiempo juntos y se comunicarán.

¡Juega, ríe, involúcrate!

Ana Lucía Penagos
Estimulación Infantil
Magister en Psicomotricidad y Rehabilitación cognitiva Magister en Autismo en Intervención Psicoeducativa


martes, 12 de agosto de 2014

Creciendo y aprendiendo: ¿cuándo empieza mi hijo a aprender?

Todos los niños nacen listos para aprender,
pero no todos los niños llegan a la escuela listos para aprender...
1 de cada 20 niños entra en el jardín de infantes
sin las habilidades que necesita para aprender y tener éxito.

¿Desde cuándo empieza mi niño a aprender?
El aprendizaje no empieza cuando el niño empieza a asistir a la escuela; el aprendizaje comienza desde el momento de nacer y está presente en todas aquellas actividades cotidianas. Los niños aprenden mejor a través de sus experiencias diarias con las personas a quienes aman y en quienes confían, y, sobre todo, cuando tal aprendizaje se da de forma divertida y, por ende, significativa. Durante los primeros años de vida, se sientan las bases de los conocimientos y habilidades que les ayudarán a los niños a tener éxito no solo en la escuela, ¡sino en la vida!

¿A qué se refiere el término "alistándome para aprender en el cole"?
Se refiere a la capacidad del niño para cumplir las tareas que exige la escuela, así como a la capacidad del niño para beneficiarse de las actividades educativas a las que está expuesto. Los niños que comienzan la escuela y no están listos para aprender están en desventaja. El grado en que un niño está listo para aprender predice su futuro rendimiento en la escuela.

Pero, ojo: no se tratá de enseñarle a leer a un bebé que no está listo para hacerlo. Se trata de que los niños estén expuestos a oportunidades de aprendizaje significativas y oportunas, adecuadas a sus habilidades de desarrollo, así como a sus intereses individuales, promovidas, sobre todo, en ambientes naturales y con personas significativas para los niños.

¡Acompañemos a nuestros niños en su aprendizaje por medio de actividades y experiencias diarias que presentan oportunidades fabulosas para aprender! Para ello, es necesario desarrollar aptitudes en 4 áreas claves:
  1. El lenguaje y las destrezas lectoras: el desarrollo del lenguaje, tanto verbal como no verbal, es la base para el desarrollo posterior de las habilidades en lectoescritura.
  2. Capacidad de razonamiento: a través de las experiencias de la vida diaria el niño va comprendiendo cómo funciona el mundo y su relación con el mismo.
  3. Autocontrol: es la capacidad para comprender, manejar y expresar emociones de manera adecuada, lo cual nos permite cooperar con los demás, tolerar las frustraciones y resolver conflictos.
  4. Confianza en sí mismo: cuando aprendemos a sentirnos competentes y creemos en nosotros mismos, estamos más dispuestos a enfrentar situaciones nuevas que nos proveen la confianza en las relaciones con los otros.
Nota: En los próximos artículos seguiremos con nuestra serie de artículos sobre "Creciendo y Aprendiendo" (Readiness to learn) para distintas edades y para las distintas áreas, con más tips e información.

Referencias:
Offord Centre for Child Studies. School readiness project. Obtenido el 15 de marzo desde http://www.offordcentre.com/readiness/index.html
Parlakian, R. (2003). Antes del abecedario: promoción de la preparación para la escuela en bebés y niños pequeños. Washington DC: Zero to three.

Ruby Batz
Necesidades Especiales y Atención Temprana
PhD. Leadership in Special Education/Early Intervention
Presidente y Fundadora de Mis Primeros Años/My First Years