sábado, 19 de abril de 2014

Atrévete a soñar (Parte 2)

Yo te invito hoy a escuchar tu corazón, que ahí están las claves de tu felicidad.
  1. Qué quiero: Es una pregunta difícil porque otros han decidido por ti. Uno secretamente siempre sabe qué quiere cuando sabe lo que le gusta. Si igual sigue siendo difícil, piensa lo que no quieres para ti. Es más fácil empezar por ahí.
  2. Qué pienso hacer acerca de: Dinero, relaciones, trabajo, estudio, familia, religión. La mejor manera de conocerte y encontrar qué quieres es pensar en tu forma de pensar hacia lo que haces y vives diariamente.
  3. Sentimientos: Cuáles son tus sentimientos en general. Si tú te sientes la mayoría del tiempo, o por lo menos más veces de las que quisieras, enojado, triste, abrumado, cansado, incómodo, los temores te agobian, temes que el dinero no te alcance, vacío, dolor, angustia y demás, déjame decirte que no eres feliz. Busca serlo, te lo mereces, tienes derecho a ser feliz.
  4. Decide ser feliz: Ser feliz es una decisión, al igual que el ser miserable y amargado. Tú lo decides. Cuesta el mismo esfuerzo diario enojarse por todo y quejarse que respirar profundo y ver el lado amable de las experiencias.
  5. Liberar lo que te disgusta: Deja ir todo lo que no te gusta, aunque sea ese novio o trabajo que dicen que es maravilloso pero de alguna forma no te termina de convencer. Suelta tus sentimientos negativos. Si no lo puedes hacer solo, ve a terapia; esto es lo que hacemos los psicólogos cada día en nuestra practica clínica.
  6. Listo para soñar: Ahora que ya estás reconociendo aquello que te gusta y lo que no, te sugiero que tomes lápiz y papel y diseñes cómo quieres que sea tu nueva vida, cómo es el o la nueva tú, qué tal sería tener un cuerpazo, una pareja de película y un trabajo como lo soñaste. Atrévete a escribirlo, lo peor que puede pasar es que en lugar del 100 que pediste llegues a un 70, 80 o 90. Pero te apuesto que el 70 de ese sueño es 800 veces mejor de cómo estas hoy. ¿O no?
  7. Prepárate para cambiar hábitos: Si ya empezaste a tomar las riendas de tu vida, tendrás que hacer cambios importantes en ella. No a todos los que te rodean les va a parecer, pero se trata de tu vida y de cómo quieres que de hoy en adelante tengas -por fin- los mejores años de tu vida.
  8. Recíbelo, es tuyo: Te pasaste tanto tiempo esforzándote en todo lo anterior que, sin darte cuenta, un día ya no estás en ese trabajo, estás en uno que te gusta más y te pagan mejor. Ahora estás viviendo tu sueño y no tienes idea de qué pasó, pero pasó. Cuando es para ti, llega; y cuando sabes qué quieres, los sueños se hacen realidad.
¡A vivir el sueño, se ha dicho!

Suerte.

Dagmar Polasek
Psicología General
Licenciada en Psicología Clínica
Socia Fundadora de Colegio de Psicólogos

viernes, 18 de abril de 2014

Estoy cansado

Llega ese momento en la vida en el cual te das cuenta de que no puedes más. Cada uno de nosotros tiene su límite y créeme; tu cuerpo te dirá cuándo es el momento de detenerte, tomar aire, descansar antes de seguir adelante. Es difícil decidir cuándo es suficiente y te toca descansar. Pienso que lo más difícil es decirles a los demás que estás cansado.

De alguna forma, hemos creado esta imagen y nos ha costado mucho hacerlo; por ello, cuando estamos cansados y necesitamos detenernos, los demás no nos creen y no nos dejan hacerlo... "porque no estás enfermo, no hay razón, yo sí tengo razones para estar cansado y no me quejo, hay tanto para hacer, otro día descansa hoy no se puede, etc.".

Qué cansado y difícil descansar
  • Me cuesta saber que estoy cansado, no escucho mi cuerpo y a mi mente.
  • He estado cometiendo errores, olvidos, descuidos que usualmente no me ocurren.
  • Me cuesta convencer a los demás que necesito detenerme, porque "soy indispensable".
  • No puedo detenerme porque entonces todo se detendrá sin mí...
  • No puedo decirte que necesito descansar porque no me lo permitirás.
  • Los niños no me darán un respiro, ellos no entienden y no puedo dejar de atenderlos.
  • Entonces, no poder descansar. Me doy por vencido y lo dejo pasar.
  • Realmente necesitaré detenerme, a lo mejor estoy exagerando.
Si para ti es tan difícil detenerte, dejar en manos de alguien más tus tareas por uno o dos días, explicarle a los demás que no eres de acero y tienes tu límite, es momento de detenerte y descansar. Para cuando recuperes energías, revisar tu tren de vida y tomar decisiones acerca de qué partes de tu agenda deben ser eliminadas, o a lo mejor necesitas una asistente, una secretaria, una empleada, un chofer, o qué se yo qué necesitas, pero estoy segura de que tú sí sabes cuál es esa persona que salvará tu día.

En ocasiones, necesitamos entender que a lo mejor, estemos haciendo más de lo que podemos hacer y si hiciéramos esos ajustitos podríamos restablecer no solo el EQUILIBRIO EN MI CUERPO Y MENTE, sino que también SERÉ MAS EFICIENTE.

¿Qué ocurre si no te detienes a descansar?

Puedes seguir forzando a tu cuerpo y hacer como que no recibiste el MEMO de tu mente al cometer errores, dejar las llaves entre el carro, olvidar recoger a tu hijo de la clase de guitarra, necesitar volver al supermercado y al banco porque "no sé por qué, pero no hice todo lo que necesitaba, lo olvidé.".

Cuando escala a otro nivel ya no son olvidos, ya es dolor de cabeza, dolor de cuerpo, enojos, irritabilidad, gritos, dejar abierta la ventana, dejar encendida la estufa, dormir vestido, etc.

Luego sigue escalando a golpear con la puerta a alguien que "no vi", chocar en el estacionamiento con un carro que "se me atravesó" (estando parqueado), golpearte, caerte, tener pequeños accidentes o ciertos temas de salud no graves pero que llega a ser incómodo seguir con gripe después de 3 meses y que no parece curarse con nada (a pesar de los 3 jarabes para la tos y 4 antibióticos).

La parte más delicada y peligrosa del cansancio es cuando hemos pasado por alto todas las advertencias anteriores, nuestro cerebro ha agotado muchos de nuestros recursos energéticos en sobre llevar un estilo de vida estresado, agotador, sin espacios de descanso para reponer nuestras energías. El peligro grande son: ENFERMEDADES O ACCIDENTES GRAVES. En este punto es en donde aparecen infartos, cáncer, diabetes, lesiones serias o descuidos importantes en el manejo de vehículos y maquinaria que pueden llevarnos al hospital o hasta la muerte.

Espero que tengas tiempo de meditar acerca de tu descanso. Te lo debes a ti, a tu trabajo (créeme vas a ser más eficiente si descansas), a tu familia. Prueba un poquito... te va a gustar.

Dagmar Polasek
Psicología General
Licenciada en Psicología Clínica
Socia Fundadora de Colegio de Psicólogos

jueves, 17 de abril de 2014

Atrévete a soñar (Parte 1)

"Pidan y se les dará;
busquen y encontrarán;
llamen y se os abrirá.
Porque todo el que pide, recibe;
el que busca, encuentra;
y al que llama, se le abre."
Mateo 7. La Biblia.

En la Biblia está escrita esta promesa que Dios nos hace según las escrituras sagradas. Hoy en día, lo encontramos en la nueva tendencia de los libros como "El Secreto", que se consideran "New Age", es decir magia, ilusión, fantasía, nada para tomarse en serio.

De alguna manera, nos han hecho creer que debemos renunciar a nuestros sueños, que aquello que en realidad deseamos no se nos va a dar, que no tenemos que molestar a Dios con nuestros pedidos, pues a lo mejor no lo merecemos o no lo hemos sudado.

Dentro del tema de "sudar" está la creencia que todos hemos integrado en nuestros sistemas de creencias: "Solo aquello que nos es súper difícil, vale la pena". Como me dice una paciente cuando vamos avanzando en su vida y las cosas empiezan a serle fáciles: "Es que me hace falta sentir que me lo gané, que yo lo logré con enormes esfuerzos; si no me costó, creo que no lo hice bien o que es por un corto tiempo que estará en mi vida y luego desaparecerá."

Nos han enseñado a vivir de la mano del dolor, el sufrimiento, la carencia, la humillación, los esfuerzos sobrehumanos, los manuales complicados. Creemos que el camino de la felicidad y el éxito están empedrados para confundirnos, cansarnos, frustrarnos, hacernos pagar pecados que no recordamos, llenarnos de latigazos emocionales. Entonces, si logramos pasar por todoesto, seremos felices.

Imagínense cómo llegar a ser felices después de tanto dolor, trauma, desgaste. No llegamos, nos enfermamos antes o ya nos hemos endurecido tanto que, aunque tuviéramos el Paraiso de la tierra prometida enfrente, no lo podríamos reconocer y mucho menos disfrutar.

La buena noticia que les traigo hoy es que para ser felices... hay que ser felices. Así de fácil. Como dice la declaración del principio del artículo: Pide y se te dará. Si, es así de fácil.

Si quieres algo, pídelo, búscalo, deséalo y, seguramente, lo alcanzarás. Lo que ocurre es que en el camino nos confundimos, muchas veces debido al temor, por pensar que no es para mí y no tengo ningún derecho de pedirlo o siquiera desearlo.

¿Sabes algo? Si lo quieres es porque es para ti. La forma en que sabemos si algo es para nosotros es cuando lo deseamos. Si dentro de ti hay deseos, es porque esos deseos están señalando el camino de quien eres tú en realidad. Es decir, tú tienes orientación hacia algo porque ese algo te define, tú eres parte de la respuesta. Las respuestas están dentro de ti.

Lo que ocurre es que muchas veces nos han dicho que no valemos, no podemos, no debemos o, lo que es peor, desde afuera nos quieren decir cómo vivir y en qué invertir nuestro valor personal, tiempo, esfuerzo, energía. Cuando tú no estás contento en donde estás, sientes incomodidad o rechazo a lo que haces, te cuesta ir cada día a tus labores, todo tu ser te está diciendo que no estás feliz. Por ejemplo, si estás estudiando la carrera que tus padres decidieron para ti o estás trabajando en un lugar que no te hace feliz pero lo haces por complacer a otros, estás en el lugar equivocado.

Para lograr tus sueños, escribí la segunda parte; ¡espérala, pronto vendrá!

Continuará...

Dagmar Polasek
Psicología General
Licenciada en Psicología Clínica
Socia Fundadora de Colegio de Psicólogos