martes, 25 de junio de 2013

De una Mujer para las Mujeres

Si ALGUNA está de bajón, recuerde que:
  • Somos el sexo lindo.
  • Sentarse con las piernas cruzadas no duele.
  • Si resolvemos ejercer profesiones predominantemente masculinas somos pioneras.
  • Si ellos deciden ejercer profesiones predominantemente femeninas, son gays.
  • Nuestra inteligencia es comparable a la de cualquier hombre... y nuestra apariencia es mejor.
  • Si matamos a alguien y probamos que fue durante el síndrome pre-menstrual es un atenuante.
  • Nuestro cerebro tiene la misma capacidad que el de los hombres. Aunque tengamos 6 billones de neuronas menos... o sea nuestras neuronas son más eficientes.
  • Somos capaces de prestar atención a varias cosas al mismo tiempo.
  • Siempre sabemos dónde están las medias.
  • La mujer del presidente es llamada "primera dama".
  • El marido de la presidenta es un cero a la izquierda, aunque sea de derecha.
  • Si nos casamos con el heredero al trono, seremos reinas.
  • Si un hombre se casa con la heredera al trono, será el marido de la reina.
  • Si somos traicionadas, somos víctimas... si nosotras traicionamos, ellos son cornudos.
  • En definitiva, nosotras decidimos cuántos hijos tener.
  • Sentimos al bebé moverse adentro.
  • Los chicos siempre dicen mamá primero.
  • Siempre sabemos que el hijo es propio.
  • Tenemos meses por licencia de maternidad.
  • El examen ginecológico es más agradable que el examen de próstata.
  • Somos monogámicas... ¡aunque sea necesario probar varios hombres hasta encontrar alguno que valga la pena...!
  • Siempre estamos presentes en el nacimiento de nuestros hijos.
  • Somos las divas del casamiento.
  • Alguien alguna vez oyó hablar de un "musso inspirador"
  • Vivimos más.
  • Somos más resistentes al dolor y a las infecciones.
  • Tenemos menos problemas cardiacos.
  • Tenemos prioridad para los botes salvavidas.
  • Somos más sensibles.
  • Tenemos un día internacional.
¡Realmente somos maravillosas!

Desconozco a su autora

lunes, 24 de junio de 2013

Cuando te sientas confundida

Cuando te sientas confundida y necesites de respuestas, escudriña tu alma, busca por dentro.

Y es que al buscar por fuera en un mundo que gira rápido y sin control no encontrarás respuestas, ya que todos buscamos lo que tú buscas hoy.

Y ¿quién más que tú para buscar por dentro, donde tu alma habita, donde surgen tus sueños, donde habita tu verdad, la que no arriesgas por miedo?

Miedos que tendrás que enfrentar, si quieres seguir viviendo, si deseas ser feliz.

Empieza a buscar por dentro, que lo de afuera se extingue y se esfuma como el viento.

Y la verdad que existe en ti no la derrumban los vientos.

Desconozco su autor

martes, 18 de junio de 2013

Hijo eres

El abuelo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia completa comían juntos en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. La comida caía de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.

El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente"... "Derrama la leche hace ruido al comer y tira la comida al suelo". Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en uno de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran frías llamadas de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.

El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?"

Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un plato para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."

Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.

Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupo un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa parecían molestarse más, cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Anónimo