domingo, 28 de julio de 2013

Cómo salir del tedio y del estrés de vivir

Hay días y momentos en los que nuestro espíritu no se siente mal pero en definitiva, no se siente bien y al parecer no hay nada que pueda hacerle sentir bien, si alguna vez le pasa algo parecido no se alarme, simplemente está en un estado de estrés y nada más.

El estrés puede ser muy peligroso si no se lo detecta a tiempo y si no se entiende lo que es realmente en nuestro campo mental: El estrés es el efecto de un hábito mental negativo que sucede en el campo de la subconsciencia que debe ser desprogramado en una sesión para poder borrar los anclajes que producen estos estados que son más frecuentes de lo que pueda suponerse.

El estrés se descompone y deja de causarnos presión interna o sufrimiento mental cuando es tratado en base a la relajación corporal y a la disociación mental, herramienta especializada que se la puede utilizar cuando uno tiene adiestramiento previo, aparte de un tercer elemento: el entendimiento de lo que está pasando en la realidad colectiva en el momento del estrés; con la aplicación sistemática de estas tres herramientas o con su aprendizaje y posterior aplicación podemos aprender a enfrentarnos con la fuerza poderosa y destructiva del estrés.

Cuando el estrés ha sido afrontado con éxito y su masa energética ha sido desintegrada en partes inofensivas, el estado de bienestar y de tranquilidad vuelve al espíritu y a la persona.

Cuando volvemos a entender las verdades que dan paz y tranquilidad al alma, recién podemos recuperar nuestro estado de equilibrio óptimo y volvemos a nuestro trabajo de vivir que tanto tiene que ver con el trabajo de pensar y en muchos casos, de dejar de pensar.

Vamos al ejercicio para que pueda salir del estrés: Paso 1: Reconocer si realmente está en estado de estrés; algunas características del estrés son: Nada de puede causar placer ni bienestar; se siente molesto o irritable; no suceden las cosas que a usted le gustaría que sucedan; su vida está en desequilibrio y no se siente bien; tal vez solo piensa en comer pero su abdomen ya está repleto; no tiene la abundancia que merece y debería tener.

Paso 2: Busque un lugar donde relajarse corporalmente, recuéstese y tome tres respiraciones completas exhalando lentamente, después cuente del diez al uno igualando con cada exhalación y, finalmente piense con los ojos cerrados: “mi brazo derecho está relajado” durante dos o tres minutos mientras va aflojando otros grupos musculares que estén tensos.

Paso 3: Proceder a crear una disociación de su imagen personal diciendo: “Me veo a mí mismo en una piscina de aguas termales con aguas luminosas con temperaturas agradables, me veo durmiendo profundamente y exhalando toda mi negatividad”; al crear esta imagen de sí mismo se ha producido una disociación de nivel uno.

Paso 4: Entendimiento de la realidad mental colectiva del momento: Se debe plantear la siguiente pregunta al subconsciente: ¿Qué es lo que deberíamos estar haciendo todas las mentes en este momento de nuestra vida? y ¿Qué es lo que están haciendo las mentes en este momento?, finalmente, ¿Cuál es la verdad que tengo que comprender en este momento para poder sentirme tranquilo, relajado y a salvo?.

Fuente: El amor lo mas dulce




miércoles, 24 de julio de 2013

¡Amenaza con MATARSE si lo dejo!

No te fíes mucho de los dichos “perro que ladra no muerde” o “quien quiere matarse no avisa”, pues si quien dice que quiere quitarse la vida es una persona que sufre depresión, es posible que cumpla con su amenaza. Si te pasa esto con quien deseas terminar una relación amorosa, analiza cómo planteárselo y qué actitud tomar para evitar consecuencias dolorosas.

“Las personas son y sienten diferente, puede que algunas usen el chantaje psicológico y obtengan lo que quieren, pero hay otras que, si están deprimidas, avisan de a poco lo que tienen pensado hacer y terminan en el cementerio”, expone la psicóloga Elizabeth Ordóñez.

“Lo que se debe hacer es conversar con honestidad. Lo peor sería seguir sólo por pena o temor de que la persona cumpla con la amenaza. Debes pedirle a la familia que lo vigile y busque ayuda profesional de ser necesario”, aconseja el psicólogo Carlos Velásquez. Ambos profesionales dan algunas sugerencias para que puedas manejar la situación de forma adecuada.

1. Analiza su nivel de madurez. Si la persona con quien vas a terminar la relación es madura emocionalmente, asimilará las consecuencias de esta separación sin problema. Si es el caso, expone las razones que te hacen tomar esta decisión de manera clara para que no queden esperanzas de que en corto tiempo todo sea nuevamente lo de antes. En cambio, si tu pareja es inmadura y caprichosa, intenta abordar el tema mostrándote muy firme, sin dejar que trate de manipular la situación a su favor.

2. No dejes que te chantajee. Si ya lo has decidido, independientemente de lo que provoque en tu pareja, no dejes por nada que te chantajee ni que te haga amenazas. Ese tipo de actitud demuestra inestabilidad emocional y te comprueba que, en definitiva, no es la persona que te conviene. Alguien que se estanca y se causa daño a sí mismo para manipularte no podrá crecer contigo ni construir algo conjunto.

3. Evita la culpabilidad. No seas partícipe de algo en lo que no estás de acuerdo por temor a que la otra persona tome alguna medida en su contra para hacerte sentir culpable. No olvides que cada quien es responsable de su propia vida. Piensa en ti, pues tu responsabilidad más importante es ser feliz.

4. Esquiva a los patéticos. Si ves que la persona con quien cortaste toma una actitud patética y se niega a aceptar tu decisión lloriqueando y suplicando, deja de verlo y contestarle las llamadas por un tiempo hasta que sea capaz de conversar con tranquilidad y madurez. No des marcha atrás ni te dejes confundir con lo que pueda decirte, pues creerá que, dando lástima, siempre podrá retenerte.

5. Habla con su familia. Si te quiere, seguramente le dolerá mucho que lo dejes y hasta es posible que se deprima. De todas maneras, debe respetar lo que quieres. En este caso, pídele ayuda a su familia para que lo vigile y evite que actúe haciéndose daño. No se te ocurra hacer de vigilante, si asumes ese papel, no podrás alejarlo de ti.

6. No cambies de opinión. Si te dejaste convencer al menos una vez de no dejarlo y te animaste a darle una nueva oportunidad ante el compromiso de que cambiaría, es muy posible que no lo haga y vuelva a ser tan tormentoso como siempre. Esto hará que caigas en un círculo vicioso.

7. Vigila su actitud. Si ves que después de decirle adiós se ve deprimido, descuida su ropa, su apariencia, camina agachado sin saber que lo están viendo, es que realmente se siente mal y pídele a sus amigos más cercanos que no lo dejen solo y lo mantengan ocupado para evitar que piense en ti.

8. Busca ayuda profesional. Si tiene características suicidas mejor recomiéndale ayuda profesional o pídele a su familia que le busque apoyo. Los suicidas son callados, ausentes, se deprimen con facilidad y se dejan llevar por su dolor.

Algo definitivo

Lo primero que debes hacer es pensar si realmente quieres romper esta relación de forma definitiva para no entrar en una dinámica inmadura de romper y volver todo el tiempo.

Inversión

La vida no es eterna y el tiempo y el afecto invertido en una relación que no tiene futuro jamás volverán. Por eso, es importante que termines una unión sin proyección, le pese a quien le pese.

Normalidad

Plantéate la ruptura como algo natural que debe suceder cuando una pareja no funciona o si se acabó el amor. Explícale a tu novio que son incompatibles y que a futuro no serán felices, mostrándole lo que viven ahora. 

Fuentes: Carlos Velásquez y Elizabeth Ordóñez, psicólogos.


¿Qué digo?, ¡el niño me preguntó sobre sexo!

Karla disfrutaba del capítulo final de su serie favorita y su pequeña de siete años también estaba (sin que ella reparara mucho en ese momento) pendiente de la tele.
Inesperadamente, dos mujeres se dieron un cariñoso beso en la boca y se tomaron de la mano.

La sorpresa fue grande para madre e hija, la primera no se esperaba ese desenlace y la segunda quedó estupefacta, tratando de digerir la inusual escena en su corta vida. Inmediatamente la niña ‘bombardeó’ a su progenitora con una seguidilla de preguntas. ¿Esas que se besaron eran mujeres? ¿Es posible que dos chicas se enamoren?

Las palabras no salieron de su boca, su cerebro no encontró una explicación que dejara satisfecha a la pequeña y tampoco quería despertarle el morbo. También le preocupaba confundirla, quería que la niña se educara respetando las diferencias y las preferencias sexuales de terceros.

Karla comentó esta embarazosa situación a sus amigas del barrio, cuando saltó el comentario de una joven madre que estaba preocupada porque su hijo de cuatro años los encontró teniendo relaciones a ella y a su esposo.

“Estaba oscuro, no nos vio al detalle, pero notó que Jorge estaba arriba de mí, se asustó y le gritó: ¿qué le estás haciendo a mi mamá?, No quiero dejarlo traumado, pero tampoco supe qué decirle en ese momento. Tengo que darle una explicación, pero estoy pensando cómo y cuándo”.

La sexualidad está presente en nuestras vidas y habrá que hablar de ello a los hijos más temprano que tarde. Ese es el consejo general que dan los especialistas si es que la idea es que los hijos vivan una vida saludable y gratificante.

Mamá, ¿de dónde vengo?
Esa pregunta a todos les ha tocado responder, pero la mayoría no estaba preparada para hacerlo. Aquí el consejo de la sicóloga Dalia Muñoz: “Actúa con tranquilidad. Cuando tu hijito te haga preguntas sobre el sexo y otros temas complejos, lo mejor es contestar de la manera más tranquila y directa posible para que no piense que es vergonzoso hablar contigo sobre ciertos temas.
Si crees que será muy difícil hablar sobre sexo con tu hijo, puedes ensayar tus respuestas. Aprovecha momentos de tranquilidad con tu niño para conversar sobre el tema. Como por ejemplo mientras arman un rompecabezas o a la hora de la merienda. Lo importante es que los padres no estén nerviosos cuando hablen con sus hijos sobre el tema"

La edad para hablar de sexo
Muñoz hace notar que desde muy pequeños, entre los dos y tres años de edad, los hijos empiezan a conocer y explorar su cuerpo.
“Como padre puedes ayudarle a que se conozca mejor nombrándole, en el momento del baño o cuando le cambias de ropa, las diferentes partes de su cuerpo diciéndole estos son tus pies, estas tus manos...
A medida que tu hijo crece, empieza a conocer mejor su cuerpo y ve las diferencias que existen entre niños y niñas. Es cuando empieza la época de las preguntas que a los adultos nos dejan en shock. Que este momento no nos pille por sorpresa y sepamos responderles. Nunca les mientas y un buen recurso es utilizar las diferencias entre los animales machos y hembras. Desde los cinco hasta los ocho años las preguntas de niños y niñas son diferentes. Ellos no son tan curiosos, pero las niñas muestran especial interés.
No olvides ser claro y no es necesario dar más información de la que piden. Si tu pequeño quiere saber de dónde vino, le puedes decir: ‘Te formaste en la barriga de mamá y ahí creciste hasta que estuviste listo para nacer’".
El terapeuta sexual Alejandro Velarde va más allá y alerta: “Hay que observar sus conductas, por ejemplo, cuando empiezan los ‘toqueteos’ de sus propios genitales. Se debe decirles simplemente ¿se siente bien, no? y, probablemente no sea necesario dar mayores explicaciones o comentarios, a no ser que el niño o niña dé muestras de mayor curiosidad.

Que aprendan de sexo en la casa y no en la calle
Antes que nada, sin importar lo que pregunte el niño, no hay que reaccionar bruscamente ni evitar la conversación, eso es lo primero que recomienda Muñoz. “Tu hijo podría pensar que sus preguntas son tabúes y que es un niño malo por pensar en esas cosas. En lugar de reprochárselo o distraerlo, elogia su interés diciendo, ¡qué buena pregunta! Al final de la conversación, motívalo diciéndole: ‘Hazme más preguntas cuando quieras, hijito’.
Tu pequeño necesita saber que puede hablar contigo sobre cualquier tema. Esto es fundamental, no solo durante su niñez, sino para el resto de su vida”.
Para Velarde los niños ya están inmersos en el aprendizaje sexual desde sus primeras etapas de desarrollo, quieran o no los padres, lo único que pueden decidir es si acompañan ese proceso y cómo lo hacen. “Que sus explicaciones no sean eruditas ni que se enfoquen solamente en los aspectos biológicos, sino que también reflejen emociones, valores y procesos de toma de decisiones”.

Enseñarles que nadie puede tocarlos
“Lo importante es enseñarles que su cuerpo es de ellos y de nadie más, que nadie tiene derecho a tocarlos sin que ellos quieran, por ejemplo, decirles que está bien que caminen de la mano con un amiguito o que tomen la mano de un adulto para cruzar la calle... pero hay cosas que son diferentes, que ninguna persona los puede tocar en las partes del cuerpo que habitualmente cubrimos con la ropa, porque el cuerpo es algo que pertenece a cada uno”, alerta Muñoz.

Cómo abordar el tema de la homosexualidad
La homosexualidad está presente en lo cotidiano, por ello Muñoz enfatiza en que ahora que los niños tienen mucho acceso a la información no se debe ocultar el asunto ni dejarles la labor a los profesores.
“Con púberes y adolescentes hay que tener en cuenta que ellos están expuestos a todo tipo de información (TV o internet) y conviene que hallen respuestas en casa antes que con los amigos. Por ejemplo, el adolescente puede creer que es homosexual porque siente admiración por otro joven de su mismo sexo. Allí habría que explicarle que simplemente es una etapa transitoria, en la que se buscan modelos a seguir. La identificación, a esta edad, no es mala”.

Velarde da ejemplos para que los padres ejemplifiquen las variaciones que se pueden dar en la naturaleza o en las personas: “Desde las diversas razas de perros o gatos, pasando por los diversos gustos de la gente acerca de equipos de fútbol, cantantes, etc. y terminando con las diferencias en cuanto al tipo de pareja que las personas desean tener. Estas variaciones simplemente se las debe respetar, pues no son una enfermedad y el hecho de que uno las respete en otras personas no significa que las va a practicar o aceptar para su propia vida”

Claves para no equivocarse a la hora de explicar

Por Dalia Muñoz y Alejandro Velarde

Sin inventar. Diremos siempre la verdad, no inventaremos ninguna historia (nada de que a los niños los trae la cigüeña) para explicar temas relacionados con el sexo.

Al pan, pan. Debemos llamar a las cosas por su nombre. Es mejor decirles el nombre correcto de las partes del cuerpo con el fin de no crearle mayor confusión (se acabó ese de decir flor en vez de vagina).

Facilitar las cosas. Podemos facilitarles el camino cuando veamos que quieren hablar de sexo. A veces, tienen reparo o vergüenza de hacernos una pregunta y podemos adelantarnos con un gesto de complicidad con ellos.

Sexo y amor. Hay que relacionar el tema de la sexualidad con el amor como algo que implica estimación, generosidad y responsabilidad para dar forma a su futura conducta sexual.

Placer y reproducción. Cuando son más grandes se les debe hablar de la importancia de la sexualidad como parte de nuestra personalidad, como herramienta de placer y de reproducción.

Riesgos. Explicar sobre los riesgos en el ejercicio de la sexualidad: desde las infecciones de transmisión sexual, el sida, los embarazos no deseados, hasta el aspecto afectivo y de valores.

Fuente: Amor lo mas dulce