martes, 16 de julio de 2013

Quiero pedir por los niños…

Quiero pedir por los niños que miran a los fotógrafos desde atrás de 
los alambres de púas, que nunca han caminado por la calle con un par 
de zapatos nuevos, que nunca han jugado "encantados" y que han 
nacido en lugares a donde nosotros jamás nos acercaríamos, que es 
donde probablemente morirán… 

Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas suceden a plena luz del 
día, que comen lo que encuentran, que duermen bajo el cielo 
abrigados por periódicos, que nunca han ido al dentista, que no 
reciben mimos de nadie, que van a dormir hambrientos y despiertan 
hambrientos, que no tienen dirección… 

Quiero pedir por los niños a quienes les gusta que los carguen y por 
aquellos que tienen que ser cargados, por los que se dan por 
vencidos y por los que siguen luchando, por los que no encuentran 
manos que tomar… Por todos esos niños, Señor, quiero pedir el 
día de hoy, porque todos son valiosos, dan una nueva forma de amor a 
nuestras vidas y una razón para vivir, porque ellos nos hacen sentir 
la necesidad de comprometernos a construir un mundo más justo… 
Nuestra oración es por nuestros hijos, los que nacieron y los que 
nacerán, porque son la mejor esperanza para nuestro mundo, la 
compensación de nuestro trabajo, la realización de nuestros sueños 
incompletos, la garantía de nuestra inmortalidad… y la muestra de 
que Dios no ha perdido la esperanza en los hombres… 
¿Cuál será tu oración en éste y en todos los días?. 
¡Que Dios Bendiga a los niños del mundo!

Desconozco a su autor

lunes, 15 de julio de 2013

Los buenos padres

Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita,
Le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.

Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo,
Le enseñan que la felicidad depende de cada uno.

Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo,
Le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.

Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz,
Le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, aún en lo más sencillo.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a superar siempre a los demás,
Le enseñan a superarse a sí mismo.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a decir todo lo que piensa,
Le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta y que debemos
ser cautelosos al expresar nuestras opiniones, teniendo en cuenta los
sentimientos de los demás.

Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo,
Le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores.

Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos,
Le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito.

Los buenos padres no convencen a su hijo de su importancia en la sociedad,
Le enseñan que sirviendo se volverá importante para ella.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a ser crítico y resentido ante las injusticias,
Le enseñan a contribuir en paz y a construir la justicia.

Desconozco a su autor


sábado, 13 de julio de 2013

Consecuencias en hijos de padres alcohólicos

Un mal ambiente en casa puede afectar al desarrollo de los hijos, o que los hijos de alcohólicos tienen mayor probabilidad de padecer el mismo trastorno. Si bien hay algo de cierto en esas afirmaciones, no te alarmes sin motivo… El alcoholismo como tal, No se “hereda”.

Sin embargo los padre se preocupan que por problemas entre su pareja tengan que ver con el problema de su hijo, que lo haga consumir alcohol y sin embargó se preguntan…. ¿Acaso mi comportamiento, cuando bebía, puede haber ocasionado algún trastorno en mis hijos?, sin embargo no se dan cuenta que no es la causa eso si no el trato y la comunicación con sus hijos y esto los lleva a solucionar su problemas en consumir alcohol.

Los niños que viven en un hogar con un padre alcohólico, experimentan algunos de los siguientes sentimientos:


Culpa: El niño puede creer que él es la causa de que su papá/mamá abuse de la bebida.

Ansiedad: El niño puede vivir siempre preocupado por la situación de casa. Teme que el alcohólico se enferme y tiene pavor a las peleas y la violencia entre sus padres.

Vergüenza: Los padres a veces transmiten el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño avergonzado, no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.

Incapacidad de hacer amigos: Como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre que bebe, no se atreve a confiar en otros.

Depresión: El niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación.

Muchos hijos de alcohólicos tratan de actuar como personas responsables de la familia. Ante sus amigos y otros miembros de la familia extendida actúan con toda la normalidad del mundo, como si no pasara nada.

Esto hace que la persona beba cada vez más cantidad de alcohol sin sentir apenas los efectos de la intoxicación. Popularmente se conoce como “aguantar bien el alcohol” o “saber beber”, pero los efectos negativos del alcohol siguen produciéndose aunque la persona no se percate de ello, y acaban por afectar tanto al organismo como a las relaciones con los demás y se siente solo y desesperado en su empeño