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lunes, 23 de marzo de 2015

A partir de qué edad es recomendable que mí hijo lleve un teléfono móvil

¿A partir de qué edad es recomendable que mí hijo lleve un teléfono móvil? Esta es una pregunta que hacen muchos padres hoy en día. Debido al creciente desarrollo de las nuevas tecnologías, en muchas casas ya es muy normal que en la habitación de un niño haya aparatos de televisión, de video, Dvd, videojuegos, ordenador y que además el niño ya tenga un teléfono móvil.

El teléfono móvil es cada vez más popular entre los más pequeños, una conclusión del último estudio desarrollado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC).


¿Será esta situación favorable al desarrollo de un niño?

El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, recomienda por ejemplo que los niños no utilicen móvil hasta que cumplan los 13 años de edad y que la utilización de este aparato deba estar relacionada con la edad en que los niños empiezan a independizarse.

Además, hace unos meses, publicó un informe titulado Por el uso responsable de las nuevas tecnologías, en el que podemos encontrar una serie de recomendaciones, sugerencias e ideas que permiten abordar la compra y posterior utilización de esta nueva dimensión de comunicación y ocio.

¿A partir de qué edad es recomendable que mí hijo lleve un teléfono móvil?

En el informe podemos encontrar ideas para facilitar la compra y la utilización por menores no sólo de teléfonos móviles, como también de videojuegos e Internet. La guía, que tiene como finalidad ofrecer una serie de pautas a los padres a la hora de adquirir aparatos de las nuevas tecnologías, aconseja a los padres que antes de compraren un móvil a su hijo, consideren primero su nivel de madurez, y que también reflexionen sobre las posibilidades de control de gasto que ofrecen tanto los teléfonos de prepago como los de contrato.

Aparte de eso, se recomienda que los padres estipulen límites en el uso del móvil, evitando la realización de llamadas largas, y evitando que los niños expongan lo menos posible sus cabezas a los aparatos. La guía, además, reclama a los padres a estimular a los niños, así como los adolescentes, para que dediquen su tiempo a practicar libres actividades con iguales, al juego, a la lectura, o al deporte. No hay que prohibir el uso de las nuevas tecnologías a nuestros hijos, sino educarlos en la responsabilidad., explicó el Defensor.

Fuente: Guía Infantil 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Hijos adultos de padres alcohólicos (parte 1)

Muchas personas llegan a la clínica sin saber por qué sufren. En varias ocasiones me he encontrado con que en su familia inmediata padres, tíos, hermanos, abuelos, vivieron o convivieron con alguien alcohólico dentro de su familia, durante el periodo de desarrollo.

El alcohólico y el co-dependiente son personas con defectos de carácter e inmadurez, entre otras cosas. Entonces, a los hijos de ellos, les toca adoptar las responsabilidades del hogar y pasan a ser padres o madres de sus propios padres. Debido a ello, tienen estas características que necesitan desarrollar para sobrevivir en el ambiente tóxico de las adicciones en sus adultos significativos.

Este tipo de dinámicas familiares no se dan únicamente cuando los padres son alcohólicos, aunque sí hay disfunción familiar. Por ejemplo; la muerte temprana de uno de los padres, personalidad neurótica, cambios de país, mudanzas, quiebra económica, existen muchas posibilidades para atentar contra la estabilidad dentro del hogar, que el niño necesita para crecer, desarrollarse y vivir sanamente.

Tuve una paciente, que sus padres viajaron a vivir el sueño americano y la dejaron al cuidado de su hermana. Ella tenía 10 años y su hermana 15, se quedaron a vivir solas y los padres les mandaban dinero. Con el dinero, la hermana de 15 se compraba lo que se le antojaba y le daba de comer al novio; a mi paciente, no la dejaba comer. Vivieron así por varios años, los padres nunca volvieron y ella tuvo que buscar ayuda de sus amistades e iniciar una vida laboral a temprana edad.

A continuación, les daré 20 puntos o características de estas personas, de los cuales pueden encontrar información y respuestas a sus dudas. Tomado de "Another Chance, de Sharon Wegscheider-Cruise".

Adivinan lo que es normal.
Como en casa no han tenido experiencias "normales", cuando se enfrentan afuera al mundo, necesitan adivinar la conducta esperada, porque no la conocen.

Tienen dificultad para seguir los proyectos desde el principio hasta el fin.
Debido a que al convivir con el o la alcohólica, en el hogar reina el caos, se acostumbran a vivir en desorden. Por ejemplo, en ocasiones deben faltar a la escuela, porque el día anterior ocurrió alguna pelea entre los padres. En otras ocasiones deben dejar de hacer las tareas.

Mienten cuando sería más fácil decir la verdad.
Cuando niños, se aventuraron a decir la verdad, sin buenos resultados. Aprenden a mentir para salvarse de regaños o castigos; además, ven a los padres mentir como una forma de ocultar su adicción. La mentira es parte del día a día. Por ejemplo; cuando mamá miente para cubrir en el trabajo a papá que está de goma.

Se juzgan severamente y sin piedad.
Están acostumbrados a la personalidad hiriente del alcohólico, han crecido recibiendo críticas porque una característica de los adictos es el perfeccionismo. Lo imitan, juzgándose severamente a sí mismos y a los demás.

Tienen dificultad para divertirse.
Están acostumbrados a una vida de tragedia y dramas, muy diferente a la vida de los niños comunes. No han aprendido a divertirse porque no lo aprendieron, no tuvieron una infancia feliz.

En el próximo artículo, estaremos revisando otros puntos que comparten los hijos adultos de padres alcohólicos, o de hogares disfuncionales.

Lo importante de conocer las causas, es que nos permite trabajar en nosotros mismos.

Dagmar Polasek
Psicología General
Licenciada en Psicología Clínica
Socia Fundadora de Colegio de Psicólogos

martes, 18 de febrero de 2014

Tips para acercarme a mi hijo adolescente

Ayudar a los hijos en sus dificultades es un reto que, muchas veces, se presenta pesado, infructuoso y casi imposible

El hijo que crece "aparentemente" tiene su vida hecha. La independencia, el "déjenme ser", es su mayor eslogan. Los consejos, regaños e indicaciones le hacen sentir como niño o adolescente y, por eso, los rechaza como jarabes amargos.

Tiene conciencia de su libertad y, bien o mal, sabe que puede usarla, aunque desconoce su verdadero sentido. Se siente joven y experimenta que puede asir el mundo con un apretón de manos. Este mundo atrapa su sed infinita de felicidad y es lo que le causa las peores jugadas.

Quizá, un abismo gigantesco interfiere en las relaciones con los hijos. Los problemas y las dificultades que atraviesan en sus vidas personales parecen inasequibles para los padres. Los consejos y la cercanía que éstos quieren brindar, no llegan hasta la orilla de sus hijos con el impacto esperado.

Unas veces, el puente de comunicación natural y sencilla de los primeros años de la infancia y de la adolescencia, se debilita y es difícil cruzarlo. Otras, tristemente, el gigante invisible de la juventud ya lo ha arrancado con un vigor impulsivo e irreflexivo, destruyendo cualquier esfuerzo de acercamiento a los problemas que tienen.

¿Qué hacer?

La respuesta no es nada sencilla porque los hijos tampoco están en una etapa fácil. A veces el error de los padres es la desesperación, la impaciencia o la forma brusca y autoritaria en el actuar (por ejemplo: correrlos de la casa).

Un buen medio es la comunicación entre los padres. Entre los dos se podrán ayudar mejor a conocer a sus hijos. También ayuda tratar de "meterse en sus zapatos". Intentar sentir lo que sienten, pensar en las contrariedades que les acechan o que pueden estar pasando (¡están todavía madurando y necesitan comprensión!).

Una postura rígida, por ejemplo, puede transformarse en una actitud afable, amigable, paternal: Una gota de comprensión atrae más a los hijos que un barril de regaños.

Otra solución estriba en el arte de escuchar a los hijos, interesarse por ellos; salir de las "burbujas" rutinarias y darles el tiempo y la atención que merecen. Ayuda mucho preguntarles su opinión, pedirles consejo, hacerles ver que su punto de vista cuenta mucho. Aunque todavía no lo sean, necesitan ser tratados como adultos.

Es mejor dar espacio a su iniciativa personal y a sus propuestas, que "acribillarlos" con órdenes y prohibiciones que pueden resolverse en un acuerdo mutuo y constructivo. Y en esos diálogos, conviene valorar sus decisiones para que se hagan responsables de sus actos.

Hay momentos que quizá ya se ha intentado mucho y los problemas de los hijos parecen insuperables. Pensemos, por ejemplo, en aquéllos que están sumergidos en la droga o el alcohol. Por desgracia, la solución se escurre de las manos como el agua (¡y eso es lo más duro!).

Por Felipe de Jesús Rodríguez

lunes, 27 de enero de 2014

Prepararse para la entrada en la universidad de los hijos

Hay un verano muy especial en la vida de los adolescentes es aquel que precede a su marcha a la universidad. Los chicos y chicas viven esos meses de asueto como una especie de frontera entre la infancia y la edad adulta. Ellos necesitan preparar muchas cosas para su nueva andadura. Pero sus padres y madres también necesitan prepararse porque también para ellos es un momento muy importante.

Los niños han crecido
Si para los adolescentes es uno de los momentos más importantes de la vida el de la entrada en la universidad, para sus padres no lo es menos.

Van a sentir muchas emociones y es bueno conocerlas para saber cómo convivir con ellas de la mejor manera posible.

Momento crucial para los padres
La mayoría de los padres de adolescentes sienten emociones encontradas cuando sus hijos se marchan a la universidad. Algunas comenzarán a sentirlas en los meses previos y otras llegarán cuando los hijos dejen la casa familiar o en las semanas o meses siguientes.

  • Orgullo. La inmensa mayoría de los padres sienten un gran orgullo cuando los hijos entran en la universidad. Los que también fueron en su juventud porque piensan que sus hijos continúan la tradición y los que no pudieron ir ellos mismos se sienten conmovidos porque sus hijos sí lo han conseguido. Ese orgullo es legítimo y sano y hay que disfrutarlo y compartirlo. Y con los primeros que hay que compartirlo es con los hijos. Es bueno que ellos sepan lo orgullosos que estamos del paso que van a dar.
  • Miedo. Ese es otro de los sentimientos frecuentes entre los padres de adolescentes que van a la universidad. El primer miedo que tienen es el que nace de la incertidumbre. No es posible saber cómo les va a ir a los chicos o chicas. No es posible saber si se adaptarán bien, si las cosas serán como ellos creen y quieren, si se enfrentarán a problemas… La forma de prepararse para vivir ese miedo es, primero, analizar con el adolescente todos los puntos de su marcha a la universidad, estar seguros de que todo está bien resuelto de antemano: la matrícula en el college o la universidad, el alojamiento, el seguro médico, las posibles becas, el dinero… Si repasamos con nuestro hijo todos estos asuntos, tanto él como nosotros estaremos más seguros. Y, segundo, es importante que dejemos a nuestros hijos que crezcan. Seguro que se enfrentarán a algunos problemas en su nueva vida. Aunque en la mayoría de las veces serán problemas menores. Pero es muy importante para su crecimiento que sean capaces de resolverlos por sí mismos. Lo que debemos procurar siempre es que los chicos confíen en nosotros si aparecieran problemas más graves.
  • Soledad. Muchos padres y madres van a sentir un gran sentimiento de soledad cuando los hijos dejen la casa para ir a la universidad. También ese es un sentimiento normal. Nuestro niño ha dejado definitivamente de ser un niño y ya es casi un adulto pero nosotros seguimos viéndolo chico. Él o ella se ha hecho mayor y nosotros hemos dejado de ser padres jóvenes. Por una parte hay que ser consciente de que nuestros hijos van a seguir siéndolo siempre y que siempre van a necesitar nuestro amor pero cada vez necesitarán menos de nuestro tiempo. Así que podemos convertir ese hecho en algo positivo. Una buena idea para los padres y madres de hijos que se van a la universidad es buscar algún hobbie, dedicar algo de tiempo semanal a una actividad nueva. Seguro que existen decenas de cosas que nos hubiera gustado hacer en los años anteriores para las que no hemos tenido tiempo: este es el momento de comenzar a hacerlas. Nuestra vida sigue adelante.
  • Deseo de saberlo todo. Algunos padres sienten la necesidad de saber todo lo que les ocurre en todo momento a sus hijos cuando comienzan la universidad. Generalmente ocurre solo durante las primeras semanas pero es importante que controlemos el impulso de llamaros continuamente o acercarnos a visitarlos cada fin de semana. Es preferible que establezcamos un par de días para las llamadas cada semana, si todo va bien, y sobre las visitas que sea el adolescente el que nos invite a ir a visitarlo cuando a él o ella le convenga.
Victoria Toro

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El Hijo de Padres Alcohólicos

Conoces alguna familia que haya tenido que enfrentar dolorosos episodios en donde los hijos y la familia en general se ven afectados por la conducta adictiva de alguno de los padres o de ambos?. Sabias por ejemplo que por lo menos siete millones de niños tienen padres alcohólicos? Estudios psiquiátricos concluyen que estos niños tienen mayor riesgo de tener problemas emocionales que los niños cuyos padres no son alcohólicos.

Aunque cueste admitirlo el alcoholismo es común en las familias, y los hijos de alcohólicos tienen cuatro veces mayor probabilidad que otros niños de convertirse en alcohólicos. En este artículo hemos investigado acerca del tema y ponemos a disposición de los padres y de los hijos interesados en el tema, la información de que disponemos para servicio de todos la cual encontramos de particular utilidad y beneficio:

Sea lo primero señalar que un niño en una familia de padres alcohólicos puede evidenciar gran variedad de problemas, tales como:

Ansiedad: El niño puede estar constantemente preocupado sobre la situación en su hogar. Puede temer que el padre alcohólico se enferme o se hiera, y puede también temer las peleas y la violencia entre sus padres.

Culpabilidad: El niño puede creer que es la causa de que su padre o su madre abuse de la bebida.

Incapacidad de hacer amigos: Como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre que bebe, no se atreve a confiar en otros.

Confusión: El padre alcohólico cambia de momento, va de ser amable a ser violento sin ninguna relación con el comportamiento del niño. Una rutina regular diaria, tan importante para el niño, no existe en su casa porque las horas de las comidas y de acostarse cambian constantemente.

Vergüenza: Los padres pueden transmitirle al niño el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño que está avergonzado no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.

Depresión: El niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación.

Ira: El niño siente ira y rabia contra el padre alcohólico porque bebe tanto y suele estar enojado también con el padre que no es alcohólico porque no le da apoyo o lo protege.

Aunque el niño trate de mantener el alcoholismo de su papá o su mamá en secreto, sus maestros, parientes, otros adultos o sus amigos pueden darse cuenta de que algo está mal. Identificando al Niño con Posibles Problemas de Alcohol en su Hogar Psiquiatras de niños y adolescentes indican que los siguientes comportamientos pueden ser síntomas de un problema de alcohol en el hogar:

• Fracaso en la escuela y ausencias frecuentes;

• Falta de amigos, retraimiento de los compañeros de clase;

• Comportamiento delincuente, como el robar y la conducta violenta;

• Quejas frecuentes de problemas físicos, como dolores de cabeza o de estómago;

• Abuso de bebidas alcohólicas o drogas; o

• Agresión contra otros muchachos.

Algunos hijos de alcohólicos tratan de actuar como “padres” responsables de la familia y entre sus amigos. Tratan de hacerle frente al alcoholismo convirtiéndose en personas controladas, que tienen mucho éxito en la escuela, pero que viven emocionalmente aislados de otros niños y maestros. Sus problemas emocionales no son aparentes hasta que llegan a ser adultos.

Ayuda Profesional

No importa si sus padres están en tratamiento o no, estos niños y adolescentes pueden beneficiarse de programas educativos y grupos de ayuda mutua. La ayuda profesional, mientras más temprano se ofrezca, mejor es ya que es muy importante el prevenir problemas más serios para el niño, inclusive el alcoholismo. Los psiquiatras de niños y adolescentes ayudan a estos niños con sus problemas personales y también los ayudan a entender que no son responsables por los problemas de sus padres. El programa de tratamiento puede incluir la terapia de grupo con jóvenes en la misma situación, lo cual reduce el aislamiento que sienten los hijos de alcohólicos. El psiquiatra de niños y adolescentes trabaja a menudo con toda la familia, particularmente cuando el padre alcohólico ha dejado de tomar, para así desarrollar formas saludables de relacionarse entre los miembros de la familia.

En Hijos y Padres, estamos empeñados en tratar temas de actualidad, que resulten útiles al fin que nos hemos propuesto cual es el de abrir un espacio de apoyo efectivo para las familias hijos y padres donde puedan encontrar contenidos de calidad que ofrezcan alternativas de solución efectiva al tratamiento y manejo de las diversas y complejas situaciones que se presentan al seno de la familia en el complejo proceso de crianza y formación de los hijos y por supuesto, de maduración de una familia.

Qué opinas si hoy haces una evaluación personal acerca de tu vida y de la de tu familia en busca por determinar si existe este problema o si está cerca de ti en la familia de un amigo o de otro familiar. Que tal si le compartes esta información. Crees que le ayudaras? Estamos seguros de que si les será útil y que si lo harás; ese además es nuestro propósito e interés.

Fuente: Padres Expertos


martes, 30 de julio de 2013

Oración para los padres

Señor:
Ayúdame a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que tengan que decir, a contestar con cariño todas sus preguntas.
Haceme tan amable con ellos, como quisiera que lo fueran conmigo.
No me permitas interrumpirlos, hablándoles de mal modo, si no enseñándoles con amor.
Dame valor de confesar mis faltas para con mis hijos, no permitas que me burle de sus errores, ni que los humille o avergüence delante de sus amigos o hermanos como castigo.
No permitas que induzca a mis hijos ha hacer cosas indebidas por seguir mi mal ejemplo.
Te pido que me guíes todas las horas del día, para que pueda demostrarles, por todo lo que diga y haga, que la honestidad es fuente de felicidad.
Reducí, te lo ruego, el egoísmo que hay dentro de mí. Hacé que cese mis críticas de las faltas ajenas, que cuando la ira trate de dominarme, me ayudes, oh Señor, a contener mi lengua.
Hacé que tenga siempre a flor de labios una palabra de estímulo.
Ayúdame a tratar a mis hijos, conforme a sus edades, y no me permitas que de los menores exija el criterio y normas de vida propia de los adultos.
No permitas que les robe las oportunidades de actuar por sí mismos con responsabilidad, de pensar, escoger y tomar sus decisiones de acuerdo a su edad.
Prohibirme Señor que los agreda física o verbalmente, con el pretexto de corregirlos, por el contrario que siempre tenga para ellos: tiempo, abrazos, amor y besos, que son cuatro pasos que como ángeles de la guarda debo yo regalarles.
Permitirme el poder satisfacer sus deseos justos, pero dame valor siempre de negarles un privilegio que sé que les causará daño.
Haceme tan justo, tan considerado y amigo de mis hijos, que me sigan por amor y no por temor. Este deseo es enorme, Señor.
Ayúdame, en fin, a ser un líder para ellos y no un jefe. Te lo pido de todo corazón. Concédeme esto, por favor.
¡Señor, quiero ser como usted, para que valga la pena que mis hijos sean como yo! 
Amén.

Desconozco a su autor

sábado, 13 de julio de 2013

Consecuencias en hijos de padres alcohólicos

Un mal ambiente en casa puede afectar al desarrollo de los hijos, o que los hijos de alcohólicos tienen mayor probabilidad de padecer el mismo trastorno. Si bien hay algo de cierto en esas afirmaciones, no te alarmes sin motivo… El alcoholismo como tal, No se “hereda”.

Sin embargo los padre se preocupan que por problemas entre su pareja tengan que ver con el problema de su hijo, que lo haga consumir alcohol y sin embargó se preguntan…. ¿Acaso mi comportamiento, cuando bebía, puede haber ocasionado algún trastorno en mis hijos?, sin embargo no se dan cuenta que no es la causa eso si no el trato y la comunicación con sus hijos y esto los lleva a solucionar su problemas en consumir alcohol.

Los niños que viven en un hogar con un padre alcohólico, experimentan algunos de los siguientes sentimientos:


Culpa: El niño puede creer que él es la causa de que su papá/mamá abuse de la bebida.

Ansiedad: El niño puede vivir siempre preocupado por la situación de casa. Teme que el alcohólico se enferme y tiene pavor a las peleas y la violencia entre sus padres.

Vergüenza: Los padres a veces transmiten el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño avergonzado, no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.

Incapacidad de hacer amigos: Como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre que bebe, no se atreve a confiar en otros.

Depresión: El niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación.

Muchos hijos de alcohólicos tratan de actuar como personas responsables de la familia. Ante sus amigos y otros miembros de la familia extendida actúan con toda la normalidad del mundo, como si no pasara nada.

Esto hace que la persona beba cada vez más cantidad de alcohol sin sentir apenas los efectos de la intoxicación. Popularmente se conoce como “aguantar bien el alcohol” o “saber beber”, pero los efectos negativos del alcohol siguen produciéndose aunque la persona no se percate de ello, y acaban por afectar tanto al organismo como a las relaciones con los demás y se siente solo y desesperado en su empeño


martes, 30 de abril de 2013

¿Sabes hacer los deberes con tus hijos?

Después de las vacaciones, volver al colegio supone un esfuerzo para todos los niños. Empieza el segundo trimestre y hay que volver a estudiar. El tiempo de ocio se limita de lunes a viernes y se acabaron los juegos. En el mejor de los casos, hoy probablemente no haya deberes por ser el primer día de colegio, pero mañana sí, y los padres volveremos a hacer encaje de bolillos para sacar tiempo y ayudar a nuestros hijos con las tareas de la escuela. 

El acompañamiento de un adulto es importante en las primeros cursos de Primaria y sólo para algunos niños, pero no para todos. Al principio, los niños precisan del apoyo y del conocimiento de ciertas herramientas y trucos de organización que podemos enseñarles. Después, una vez que las hayan adquirido, no necesitarán de nuestra presencia, a menos que quieran consultarnos cómo solucionar alguna dificultad. 

La idea de acompañar a los niños en la realización de sus deberes tiene como objetivo ayudarles a convertirse en alumnos responsables e independientes. 


Es importante establecer con ellos desde el principio, un horario y un lugar para desarrollar la tarea. La distribución del tiempo, la capacidad de concentración y las técnicas de estudio son valores, que debemos ir inculcándoles sobre el terreno. Dependiendo del volumen de trabajo de cada una de las asignaturas y de la capacidad individual para cada una de ellas, así distribuiremos el tiempo para no alargarnos demasiado con una asignatura en detrimento de otra. Esto último está en consonancia con el nivel de concentración que alcance el niño, ya que cuantos menos elementos de distracción tenga a su alrededor (televisión, música, teléfono) más útil será para él la tarea de los deberes y antes podrá terminarlos para dedicarse a otra cosa. 

Y por último, para sacarle el mayor partido al aprendizaje lo mejor es poner en marcha algunas técnicas sencillas de estudio. De nada sirve, perder el tiempo aprendiendo los contenidos de memoria, si el niño no ha entendido nada. Los esquemas y los resúmenes son importantes para asimilar y aprender. Como padres responsables debemos brindar ayuda, no respuestas, herramientas de trabajo, sí, pero no trabajos terminados para acabar antes e irnos todos a dormir. Nuestra dedicación y esfuerzo inicial servirá para que el asunto de los deberes no se enquiste y se dilate en el tiempo convirtiéndose en un incómodo problema familiar. 

Es posible que los padres sobreprotectores, que prefieren hacer los deberes de sus hijos, en el fondo, lo que estén consiguiendo es negar a sus hijos la oportunidad de administrarse, organizarse y ser responsables. En cambio si logramos participar en sus obligaciones, pero sin inmiscuirnos demasiado, lograremos que nuestros hijos adquieran el hábito de estudiar, que es lo que se pretende con los deberes.

Marisol Nuevo.

martes, 23 de abril de 2013

Un buen regalo para tus hijos

Había un hombre que cada noche jugaba con su hijo. Cierto día, supo que tendría que trabajar horas adicionales hasta tarde en la noche, y deseaba darle a su pequeño algo que hacer.

Miró a su alrededor en su oficina y vio una revista con un gran mapamundi en la portada. Desprendió la portada con el mapa y con mucha paciencia lo partió en pequeños pedazos para llevárselo a su hijo.

Cuando llegó a su casa, el hijo corrió a su encuentro. El hombre le explicó que no podía jugar con él, pero que le había traído algo para hacer en su lugar. Colocó sobre la mesa todos los pedazos de papel y le explicó que era un mapa mundo.

Unos treinta minutos después el pequeño niño se acercó a su padre y le dijo:

- Bueno, ya lo terminé. ¿Podemos jugar ahora?

Sorprendido, el hombre fue a ver la obra de su hijo, y ciertamente allí estaba el mundo con cada pieza en su debido lugar.

-¡Es asombroso! ¿Cómo lograste hacerlo? -dijo el hombre.

-Fue muy sencillo. En la parte trasera de la página había una foto de un hombre. Cuando formé el rostro del hombre, el mundo entero ocupó su debido lugar -respondió el chico.

Uno de los grandes regalos que puedes darles a tus hijos es el deseo de aprender sobre el mundo que los rodea, sobre ellos mismos y sobre su Creador.

Mateo 7:7
Pedid, y se os dará, buscad
y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Vía Renuevo de plenitud 

lunes, 15 de abril de 2013

Los piropos más lindos

¿A qué mujer no le gusta recibir piropos? Por supuesto no hablo de los piropos vulgares y groseros que suelen soltar algunos hombres. Hablo de piropos lindos, que nos hacen sentir la mujer más hermosa del mundo.

¿Qué tal los halagos sinceros hacia la forma en que haces tu trabajo? También nos gusta recibir ese reconocimiento.

¿Y cuándo el piropo viene de alguien a quien amas?

Ultimamente he recibido algunos piropos hermosos, que han hecho que mi corazón salte de felicidad.
  • Eres lo que más quiero
  • Tú eres lo que me hace sentir feliz
  • Cuando estoy triste y me abrazas me siento mejor
  • Me gusta estar contigo
  • Eres lo mejor de mi vida
¿Te parecen simples? ¿No muy rebuscados? Sí, son piropos sencillos. ¿Sabes por qué me gustan tanto? Porque me los dijo mi hija de tres añitos.

¿Qué piropo lindo te han dicho tus hijos?

Roxy González 

jueves, 11 de abril de 2013

¿Qué hacer cuando un hijo roba?


A veces un niño es exitoso en el colegio, actúa correctamente y hasta ayuda con los deberes del hogar. Aun así, un buen día lo sorprendemos robando. ¿Cómo puede ser posible tal cosa? Antes de que enloquezcas, espera a conocer por qué se produce este tipo de conducta en los niños y qué podemos hacer para resolver la situación.

¿Por qué roban los niños y los adolescentes?

Los niños de cualquier edad —desde los preescolares hasta los adolescentes— pueden sentirse tentados a robar por diversos motivos:

En ocasiones los niños pequeños toman cosas que les gustan sin entender que cuestan dinero y que está mal hacerse de algo por lo cual no hemos pagado.

Los niños mayores, por su parte, saben que no se debe tomar algo sin pagar, pero algunos podrían robar porque no tienen el suficiente auto-control para evitar tomar lo que no les pertenece.

Los adolescentes saben, por supuesto, que no se debe robar; sin embargo, muchas veces acaban haciéndolo por simple desafío o porque los amigos lo hicieron. Es posible que, como se les ha dado mayor control sobre su vida, algunos hurten como una expresión de rebeldía.

Otras razones son también coadyuvantes:

  • Los niños pueden estar enojados o querer llamar la atención. Ello refleja un estrés en casa o en la escuela.
  • Algunos adolescentes roban porque han empezado a consumir drogas y no tienen cómo pagarlas.
  • También están los niños que quieren cosas que no pueden comprarse, por ejemplo, accesorios de marcas populares entre los menores.
No importa cuál es la razón por la que un menor esté robando, es responsabilidad de los padres encontrar la causa original que se oculta tras el problema superficial, y darle solución. He aquí algunos consejos para manejar tan delicados casos:Función de los padres

Cuando un niño es sorprendido robando, los padres deben tener en cuenta si es la primera vez que sucede o si ya es un patrón de comportamiento.

Es necesario que los padres ayuden a los niños pequeños a entender que robar es incorrecto, que cuando uno toma un objeto de otra persona o sin pagar por ello, le está haciendo daño a alguien.

Si un preescolar toma un caramelo, por ejemplo, los padres pueden ayudar a que el niño lo devuelva. Si el pequeño ya lo ha comido, se le puede llevar a la tienda a pedir disculpas y pagarlo.

Lo mismo sucede con los niños que ya van al colegio. Es importante devolver lo ajeno que se ha tomado. Los de primer y segundo grado ya deberían saber que robar está mal, pero es posible que necesiten comprender mejor las consecuencias de sus actos.

Cuando un adolescente roba, se recomienda que los padres lleven a cabo las consecuencias. Por ejemplo, si el menor ha robado en un establecimiento, hay que llevarlo allí y hacer que hable con el departamento de seguridad para que explique y pida disculpas. La humillación de enfrentar lo que ha hecho puede ser una lección duradera.

No se aconseja nunca apelar al castigo físico. Podría hacer que el niño se enojara y decidiera participar en eventos peores (drogas, pandillas, etc.).

Los menores deben aprender que el hurto no es solo tomar cosas de una tienda: se trata de tomar dinero de los dueños del negocio. Además, que esos actos son ilegales y que las consecuencias no son simplemente regaños, sino que pueden ser retenidos en centros de detención juvenil o incluso ir a prisión.

Si el niño roba dinero de sus padres, se le debe dar la opción de devolver la plata haciendo tareas extras en el hogar. Nunca pongas dinero como cebo para atrapar a tu hijo robando, eso podría dañar la confianza entre ambos.

En general, mantente monitoreando a tu hijo si se ha dado ya algún caso de robo y ayudándolos a comprender la razón de que existan las normas de respeto a las cosas ajenas. En casos muy severos, recomendamos acudir al especialista.

Si manejamos el problema a tiempo, siempre habrá una solución para ayudar a nuestros hijos a crecer felices respetando la propiedad del otro.
Fuente: Entre Padres 

martes, 2 de abril de 2013

Signos y Claves para descubrir el Acoso Escolar o Bullying

Muchas veces, los padres y profesores de las víctimas somos los últimos en enterarnos de que nuestros hijos están sufriendo el acoso escolar de sus compañeros, ya que la vergüenza o el miedo a las represalias son los principales motivos para ocultarlos.

Los Padres debemos estar atentos a los siguientes aspectos, que pueden ser indicios de que nuestros hijos están siendo víctima del acoso escolar:

- Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor.
- Tristeza, llantos o irritabilidad.
- Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.
- Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
- Pierde o se deterioran de forma frecuente sus pertenencias escolares o personales, como gafas, mochilas, etc.
- Aparece con golpes, hematomas o rasguños y dice que se ha caído.
- No quiere salir ni se relaciona con sus compañeros.
- No acude a excursiones, visitas, etc. del colegio.
- Quiere ir acompañado a la entrada y la salida.
- Se niega o protesta a la hora de ir al colegio.

Si estás atento a estas señales podrás prevenir y combatir el bullying a tiempo.

Gracias
Padres Expertos

martes, 26 de marzo de 2013

¿Cómo fomentar el desarrollo lingüístico en niños pequeños?



La comunicación con los niños que están aprendiendo a hablar puede ser una oportunidad importante para ayudarlos a mejorar sus herramientas. Los chicos comienzan a descubrir nuevas formas de expresarse en el día a día, ganando una comprensión más estructurada de la realidad. He aquí algunas vías para fomentar el desarrollo lingüístico en niños pequeños.

Impulsar el desarrollo lingüístico en niños pequeños
Charlas

Mientras cuidas de tu hijo, sostén charlas con él sobre distintos temas. Aprovecha que estás bañándolo, alimentándolo, vistiéndolo, etc., para conversar sobre los sucesos del día, qué harás y a quién piensas ver. Hablarle al niño tanto como es posible permite que este reconozca cómo se usa el lenguaje y cómo él mismo puede emplearlo.

Conversa con tu pequeño de forma clara y concisa, respondiendo sus preguntas y reaccionando positivamente a cualquier intento de comunicación que este tenga.

Lecturas

La lectura es una de las vías más efectivas de enseñarle el lenguaje a un niño. Escoge libros simples con colores e ilustraciones. Mientras lees, hazle al niño preguntas sobre el libro como por ejemplo: “¿Quién es este?” o “¿De quién es esto?”.

Canciones

Canta con el niño. Las canciones y las rimas son maneras divertidas y muy efectivas para desarrollar las habilidades lingüísticas de los menores. Recitar poemas y canciones también es otro modo de que capte los patrones y cadencia del discurso. La repetición le permite memorizar vocabulario nuevo.
Televisión

Mira la televisión con tu hijo. La TV puede actuar como una herramienta muy valiosa para desarrollar el lenguaje. Conversa con él sobre lo que están viendo, hazle preguntas y háblale de los personajes. Escucha con él las conversaciones que aparecen y promueve charlas al respecto.

Paseos

Lleva a tu niño a pasear a parques y lugares exteriores. Conversa sobre lo que ven, hazle observaciones sobre los objetos de la realidad. Ello le ayudará a entender que existe una variedad de palabras nuevas y una interesante combinación de ellas. Háblale de las aves, las flores, los árboles, las personas en la calle, los autos, la hierba, etc.

Mientras mayor comunicación tengas con el niño, más pronto y eficientemente este aprenderá a utilizar todo el arsenal de palabras que tienen las lenguas.

Utiliza ingeniosamente las vías para fomentar el desarrollo lingüístico en niños pequeños que te hemos ofrecido y notarás que poco a poco se fortalecen y crecen las habilidades verbales de tu hijo.

Fuente: Entre Padres 

sábado, 23 de marzo de 2013

Contratos de comportamiento entre padres e hijos


La educación de los niños es una responsabilidad de los padres. Todo lo que ellos puedan hacer para implementar valores y comportamientos positivos y adecuados será un beneficio para que esa persona que tanto aman pueda desenvolverse de forma normal y eficiente en el mundo que le está esperando cuando tenga más edad.

Por eso, es necesario la aplicación de ciertas normas desde que se es pequeño por parte de los padres. Pero estas normas no deben de ser impositivos. El niño tiene que comprender qué hay detrás de cada norma y, siempre que sea posible, ser parte responsable de su creación.

Imaginemos un pueblo que no pueda hacer nada contra las normas que se le imponen de forma tiránica y sin debatirlas... Con la educación de nuestros hijos debe de ser igual. Para ello existe una técnica en Psicología Educativa llamada contratos de comportamiento entre padres e hijos. 


¿En qué consiste un contrato de comportamiento?

Como en todo contrato, hay dos partes, la contratante y la contratada, de tal forma que la contratada tiene que realizar una serie de objetivos a cambio de unas recompensas. Este contrato llega como resultado de un común acuerdo entre ambas partes.

Traslademos estos conceptos típicamente laborales al mundo de la relación entre padres e hijos. Los padres deben sentarse a hablar con sus hijos sobre ciertas normas de comportamiento que deben de cumplirse. Hacerles entender esa necesidad y escuchar las propuestas de un lado como del otro.

Estas conversaciones deben adaptarse a la edad de los hijos al igual que los contratos. No será lo mismo un contrato realizado para un niño de tres años que para uno de 10. Las responsabilidades irán creciendo con el tiempo.

Este tipo de contratos entre padres e hijos suele realizarse también entre profesor y alumno cuando hay que corregir conductas totalmente inadecuadas y con el consentimiento y supervisión de los padres que deberán ser completamente congruentes con ese contrato.

Una parte fundamental del contrato de comportamiento es que el niño tiene que estar de acuerdo y encontrar recompensas lo suficientemente motivantes a cambio de su buen comportamiento para poder cumplirlo punto por punto.

¿Cómo un contrato padres-hijos?

Podemos encontrar modelos de este tipo de contratos para poder tener una idea de cómo realizarlo en nuestro caso, con nuestros hijos, con el objetivo de corregir comportamientos indeseables. Es importante que quede todo muy claro en el contrato y que esté firmado por las dos partes una vez que se haya llegado a un acuerdo familiar o entre profesor y alumno junto con los padres.

Tienen que quedar claras las consecuencias por no cumplir algún punto del contrato y los premios por cumplirlo y, como es común en la educación de los hijos, debe haber siempre una congruencia lógica, de tal forma que cada vez que se realice un mal comportamiento el niño vea las consecuencias tanto por parte del padre como de la madre de igual forma. También hay que ser congruente con los premios.

Que el niño esté de acuerdo con lo firmado después de hablar en familia, sin que se den imposiciones, hace de este método uno de los mas efectivos, sobre todo para corregir conductas muy alejadas de lo deseable.

Fuente: Entre Padres

martes, 26 de febrero de 2013

Bullying: ¡¡No quiero ir al Colegio!!


Tu niño no quiere ir al colegio, llora, patalea, se esconde, finge enfermedades, dolores de cabeza, dolores de estómago, hace pataletas, tiene vómitos, y hasta ingiere alimentos para enfermarse y causarse daño. Haces todo por convencerlo. ¿Pero no lo logras?

Después te das cuenta que la enfermedad mejora cuando transcurre la mañana y el niño se queda en casa, pero la pesadilla vuelve a aparecer cuando llega el otro día y enfrentas la misma situación?

Déjanos decirte que si no es fiebre u otro tipo de síntoma que refleje una enfermedad real la que está ocasionando esta conducta, posiblemente estás al frente de una situación de acoso escolar o bullying que afecta a un 2% de los niños latinoamericanos y estadounidenses, se trata de un tipo de intimidación basado en humillaciones e insultos tanto de tipo verbal y físico que tienen carácter repetitivo en el tiempo.

El problema desde nuestro punto de vista no es si el niño va o no al colegio, lo importante aquí es la causa del rechazo a la asistencia al plantel educativo

Los involucrados suelen ser niños y niñas pre-adolescentes de entre 12 y 13 años, aunque también puede darse casos de bullying en edades más tempranas. El niño que lleva a cabo el acoso escolar lo hace para imponer su poder a través de amenazas, agresiones, insultos, etc.

Las consecuencias del acoso escolar en la víctima son devastadoras. La pérdida de autoestima, la angustia y el miedo al acosador pueden desembocar en depresiones graves e incluso en suicidio.

Lo más importante es averiguar qué es lo que molesta al niño, la raíz del problemas que le provoca el rechazo.
  • Pregúntale al niño qué es lo que más le gusta del colegio o qué es lo que más le disgusta, que te explique sus razones.
  • Si el niño no tiene confianza con sus padres, se puede acudir a los hermanos, primos o amigos, ellos generalmente tienen mayor intimidad con el niño o al desenvolverse en el mismo ambiente pueden ver qué es lo que está pasando.
  • Otra persona a la que se puede acudir son los profesores del colegio, ellos ven lo que usted no puede ver y puede ser un gran aliado para solucionar el problema.
  • La confianza y la comunicación siempre serán la mejor arma para ayudar a tus niños a enfrentarse y superar sus problemas, si no existen en tu familia, será el momento de iniciarla, nunca será tarde. Una simple conversación acerca de una escena de la televisión puede hacer que el niño se sienta identificado con ella y podamos ver que dicha situación le molesta, con lo que podremos ayudarlo.
  • Muchas veces los niños no hablan acerca de lo que los disgusta, pero sí de lo que les gusta, conversarle acerca de los temas que les gustan es una manera de acercarte a ellos.
  • Leerle un cuento o ver una serie de televisión juntos, luego podrán conversar al respecto, destacando virtudes y defectos de lo que vieron.
  • Si sabes que va a haber un evento especial en el colegio, como un paseo , las clases de computación o la actuación por el día de la paz, habla del tema incentivando el interés del niño, decirle todo lo que podrá hacer, todo lo que puede conocer, etc.
  • Fomenta los juegos y el tiempo libre que comparten con los amigos , invitando algunos compañeros a jugar a casa, a salir de paseo o simplemente ir a comer algo.
¿Que tal si después de leer este artículo implementas un plan para atacar y prevenir el bullying que está sufriendo tu Hijo?, de tal manera que ya no sufra y vaya al colegio sin terror?

Gracias
PadresExpertos.com

sábado, 23 de febrero de 2013

10 Consecuencias Emocionales Derivadas del Bullying Acoso Escolar, Matoneo

Mucho se ha hablado de las consecuencias que pueden sufrir los niños y adolescentes cuando están siendo víctimas de bullying, acoso escolar o matoneo, sin embargo pocos son quienes han estudiado a fondo la problemática vista desde un punto de vista netamente emocional. PadresExpertos.com, ha desarrollado junto a su grupo de psicólogos un completo análisis de las consecuencias emocionales que se derivan de una situación de acosos escolar o bullying. A continuación los describiremos así: 

1. La Depresión y la melancolía

Es tal el maltrato que se le propicia a una víctima que puede sumirse en una auténtica depresión, y si es una niña estará más propensa a que esto le suceda. Te darás cuenta que la depresión le causará irritabilidad momentánea, los niños caerán en depresión comenzarán a encerrarse en su habitación. Estas depresiones y melancolías se agudizan mucho más en las mañanas, también es frecuente que estos niños se culpabilicen más por todo lo que suceda a su alrededor, causándoles dolor en el plano psicológico caracterizado por una enorme tristeza y desarreglos hormonales.

2. La Soledad

Este sentimiento se generaliza cuando ves que tu hijo queda sólo abandonado a su suerte por los demás compañeros, y este factor es muy grave porque son los compañeros los que le ayudarán a salir adelante.

Son niños que se aíslan de sus familiares, de sus hermanos de sus amigos y hasta de las actividades extracurriculares.

La soledad infantil es un fenómeno que afecta notoriamente a los niños de hoy en día, soledad causada por los adultos que a causa de sus trabajos y ocupaciones los descuidan y otra causada por sus propios compañeros de colegio para aislarlos socialmente.

3. Espectadores sin Sensibilidad

Conocemos a los espectadores aquellos que están presentes en el acto del matoneo o acoso pero que directamente no toman partido, aquellos que son cómplices directos o indirectos del acosador, son aquellos que no actúan frente a la agresión, y en el peor de los casos hasta pueden llegar a pensar que es normal la situación que están presenciando frente a sus ojos.

4. Ausentismo Escolar

Es frecuente encontrar que los niños que se sienten amenazados dejan de asistir al colegio por miedo a sufrir el bullying o acoso escolar. Estos niños empiezan a tener conductas tales como náuseas , vómitos dolores de cabeza, dolores de estómago. De esta manera escapan a su realidad, ya que esta manera es más fácil evadirse de los problemas que estar aguantando que los estén continuamente intimidando y hostigando generalmente síntomas fingidos o autoinflingidos. Eso si se tiene claro que la consecuencia más común es que tanto los agresores como los agredidos pueden presentar retraímiento y bajo rendimiento escolar.

5. La Abulia:

Puedes llegar a ver tan empequeñecida y mermada la personalidad de tu hijo agredido que puede perder el control de su voluntad, ya que esta voluntad queda mermada y disminuída, con incapacidad para tomar decisiones y con un permanente sentido de impotencia.

Esta situación hace que los niños y jóvenes presenten melancolía y depresión drogas.constante puesto que su voluntad se ve minada, se ve entorpecida , deteriorada y aniquilada por causa del agresor.

6. Pérdida de la Autoestima

Si tu hijo está en esta situación perderá su valor propio, su amor personal, la propia visión de él mismo. El problema es que los niños van asumiendo como propios las burlas y humillaciones que le hacen lo demás, y esa es la imagen que van teniendo de ellos.

Lamentablemente y no sabemos por qué esto pasa nos convertimos en lo que los demás piensan o dicen que somos.

7. Presentar Siempre fatiga Crónica

El niño presentará cansancio crónico, desaliento, debido al dolor propio en el que se encuentran sumergido, de esta manera presenta desinterés por las actividades tanto académicas como las extracurriculares.

8. El Suicidio

Son tan graves e insostenibles los hostigamientos y las intimidaciones a las que se exponen los niños que a veces para estos niños es tan insoportable la situación que se quitan la vida

9. La Tristeza

Es frecuente y común que estos niños que sufren de bullying se encuentren en un estado de profunda tristeza, es por esto que debes estar atento a sus sentimientos indagando a cada momento que piensa y que siente en relación a lo que le está pasando a su alrededor .Se entiende como tristeza al sentimiento de tristeza profunda, entendida como un fenómeno negativa que puede aparecer tanto en los adultos como los jóvenes

La baja autoestima, la autoinculpación, abatimiento, momentos de total ausencia o parcial, tendencia la llanto, culpabilidad constante, sensación de agotamiento, reducción de la comunicación con los demás.

10. Tomarse Todo Personalmente

Tu hijo puede empezar a autoculparse o echarse la culpa de lo que le está pasando, puede sentir y llegar a creer firmemente que él ha causado todo y lo ha producido. Debes transmitirle a tu Hijo que suceda lo que suceda a su alrededor no se debe tomar nada personalmente, según el Dr. Miguel Ruiz, autor de los Cuatro Acuerdos, Un libro de Sabiduría Tolteca, uno de sus cuatro acuerdos consiste en no tomarse nada personalmente, pues hacer esto es la expresión máxima del egoísmo , puesto que consideramos que todo gira a nuestro alrededor, en su sabiduría tolteca enseña que nada de lo que los demás hacen lo hacen por uno mismo sino por ellos mismos, y esta es la idea que debemos transmitir a nuestros hijos. Y se aplica mucho al bullying porque lo que el agresor le da a nuestros hijos son vejaciones producto de los acuerdos que tienen en su propia mente.

Que tal si revisas estas conductas y estados emocionales ya que la intervención debe ser siempre conjunta entre padres, profesores y profesionales de la psicología para poder abordar el caso desde diferentes perspectivas y obtener un óptimo resultado.
Gracias
PadresExpertos.com

lunes, 11 de febrero de 2013

Haciendo Felices a Tus Hijos

Pregúntale a tus amigos cuáles son las tres metas más importantes como padres y te aseguro que la mayoría incluirá “Quiero que mis hijos sean felices”. Tiene sentido. ¿Quién no quiere que sus hijos sean felices? Pero hay un pequeño problema: los padres no pueden hacer a sus hijos felices.

No está en nuestro poder asegurar que todo funcionará para ellos. No lo puedes salvar de sus compañeros, profesores o equipo, sin hablar siquiera de sus hermanos.

Tampoco lo puedes salvar de su propio cuerpo o mente. Tu hijo puede tener todo tipo de temas a tratar, desde desafíos de salud física hasta retos de salud mental, o desafíos de aprendizaje. No puedes determinar el “punto de ajuste” emocional de tu hijo – la disposición anímica que tu hijo experimentará a lo largo de su vida. Si tu hijo nació “brillante como el sol” genial. Pero también puede haber nacido con una tendencia a “nube oscura”. Él puede ser propenso a la irritabilidad, al mal humor y a otras formas de negatividad natural.

Sin importar cuan excelente sea tu desempeño como padre, tu hijo puede sufrir una gama de diferentes grados de depresión o ansiedad o alguna otra condición que le puede robar la alegría. Y a pesar de que puedas introducir a tu hijo en todo tipo de intervenciones que lo pueden sacar de su embrollo, él tiene libre albedrío. Incluso si él coopera, será a su propio ritmo. Él está en su propio viaje, al igual que lo estamos todos

E incluso si pudieras garantizarle una vida de felicidad, ¿Te gustaría hacerlo? Los desafíos de la vida le enseñan a nuestros hijos a lidiar con la frustración y la adversidad. Los desafíos desarrollan nuestro carácter y la profundidad personal.

La sabiduría llega a través de los constantes desafíos. Puede ser que no busquemos pro-activamente este tipo de situaciones difíciles, pero Dios nos pone frente a muchas situaciones en la vida que nos hacen indagar más profundamente en nosotros mismos, transformándonos en “sabios” verdaderamente. Desde la decepción menor hasta las dificultades personales más grandes, todos los seres humanos experimentamos el lado doloroso de la vida. Sin excepción. Pero este lado oscuro de la vida no es completamente oscuro; de hecho, está matizado con luz.

Las personas generalmente están agradecidas por los desafíos que los han incitado a materializar sus fuerzas internas. Ellos saben que no habrían alcanzado su potencial sin atravesar esas dificultades tan intensas.

¿Significa esto, de alguna manera, que queremos que nuestros hijos sufran? Absolutamente no. Nuestros instintos nos llaman a salvarlos del dolor. ¡No estoy sugiriendo que traumaticemos a nuestros pequeños para elevarlos a las más grandes alturas del desarrollo! Todo lo que digo es que cuando nuestros hijos sufren, como inevitablemente ocurre, debemos al menos reconocer algunos de los beneficios de esta llamada experiencia “negativa”.

Reconociendo el valor escondido dentro de estas crisis, podemos apreciar que una dieta de felicidad exclusiva, sin importar cuan llamativa sea, puede no ser la mejor cosa para nuestros hijos. Dentro de esa dieta, ellos no pueden llegar a materializar sus máximos potenciales.


Dios quiere que cada uno de nosotros haga su propio trabajo. Es la responsabilidad del niño hacer su trabajo también, encontrar la felicidad a través de sus propios esfuerzos. La verdadera felicidad viene de nuestro profundo desarrollo. Ninguna cantidad de juguetes o de fama satisface el alma. Sino que, sobrepasar los desafíos, hacerse más sabio, conectar con otros seres humanos, hacer contribuciones significativas, hacer actos de bondad y conectarnos con nuestra fuente – esas son las actividades que al final nos darán – a nosotros y a nuestros hijos – verdadera felicidad.Tú puedes proveerle a tu hijo un modelo a seguir de cómo enfrentar los desafíos de la vida. Puedes aprender técnicas para sacar a la luz lo mejor de tu hijo y trabajar en ponerlas en práctica. Puedes trabajar en tu propio desarrollo personal y en tu salud mental. Puedes trabajar en proveerle a tu hijo un hogar estable donde pueda crecer. Puedes darle a tu hijo oportunidades para desarrollar habilidades y aptitudes a través de distintos ambientes sociales, educacionales y espirituales. Puedes trabajar en tu matrimonio y enseñarle a tu hijo valores. Puedes introducir en tu hijo la sabiduría del judaísmo como una fuente de recursos para su viaje. Puedes rezar por el bienestar de tu hijo y enseñarle a rezar a él también.

Dra. Sara Jana Radcliffe


domingo, 10 de febrero de 2013

No Grites, ¡Canta!

Sara tenía cinco hijos sanos, felices y enérgicos, quienes eran naturalmente capaces de todo tipo de comportamientos que volverían loco a cualquier padre. Pero nunca vi a Sara perder la calma, ni siquiera por un momento. Tenía unos brillantes ojos azules que siempre reflejaban un mar de calma, incluso cuando su casa parecía ser un caos. Hablaba suavemente, como una seda, a pesar de los lloriqueos ensordecedores y las disputas entre hermanos.

A pesar de que conocí a Sara cuando yo aún era soltera y no tenía idea de lo desafiante que es para una madre mantener la calma en momentos como este, la conocía lo suficiente como para darme cuenta de que Sara era diferente a la mayoría de los padres.

En una ocasión particular en la que las dos estábamos absorbidas en una conversación, el hijo de Sara de cinco años levantó un delicado cartel de vidrio, envuelto para regalo, que había sido comprado para su tío que se había casado recientemente. Su madre miró en su dirección y dijo calmadamente: “Por favor deja eso, no quiero que se rompa”.

El niño continuó manipulando el frágil regalo. “Por favor deja eso, se puede romper”. Pero él no lo dejó.

Un minuto después, escuchamos la caída y la rotura del vidrio. Sin decir una palabra, Sara se agachó, levantó los vidrios rotos y los puso sobre la mesa a su lado. Miró a su hijo a los ojos y mantuvo la mirada por unos momentos hasta que se dio vuelta hacia mí y continuó fluidamente con la conversación desde donde había sido interrumpida.

Cuando el hijo de Sara se escabulló, lleno de culpa, para encontrar entretenimiento en otro lugar, le expresé mi asombro y le rogué que me diera su secreto para la serenidad. Ella me reveló que hacía unos años había ido a ver a la Rabanit Kanievsky, la esposa de Rav Jaim Kanievsky, uno de los líderes de Torá de la generación. “¿Qué puedo hacer para ser una buena madre?”, preguntó.

La sabia mujer respondió que dos veces a la semana debía leer “Igueret HaRambán”, una carta que Najmánides, el sabio del siglo 13, le escribió a su hijo. En su carta, Najmánides nos da las claves para ser las personas que queremos ser, destacando en especial la importancia de ser humildes ante todo y de hablar siempre con calma. Sara me aseguró que fue estrictamente por la revisión constante de esta epístola que se había convertido en la persona tranquila que era ahora.

Necesidades Extrañas

Y aquí estoy, nueve años después y madre de tres niños sanos e inquietos. Sin haberme considerado nunca una persona enojona por naturaleza, habría sido imposible prepararme para el desafío de controlar mi temperamento como madre. Por el contrario, siempre había estado orgullosa de mi personalidad relajada y de la falta de conflictos en mis relaciones. Tengo claros recuerdos de ver a extraños gritarles y hasta pegarles a sus hijos en público y estar segura de que sólo una persona sicótica sería capaz de tal comportamiento. Entonces esta nueva sensación de tensión, que surge a partir del enojo, filtrándose por mi cuerpo fue un fenómeno bastante raro. Esas necesidades extrañas que llenaban mis entrañas realmente me avergonzaban. ¿Podía ser yo de la misma especie que esa gente loca de mis recuerdos?

Recordé el ingrediente secreto de Sara para mantener la calma. Busqué mi copia de “La Carta del Rambán” de mi repisa, quité la capa de polvo que se había formado, y comencé a inculcar sus mensajes en mi ser.

“Acostúmbrate a hablarle amablemente a toda la gente en todo momento y esto te salvará de la ira, un rasgo personal defectuoso muy serio que hace que uno peque”.

La concisa carta estudia las etapas del crecimiento personal desde ponerle riendas a la ira hasta adquirir humildad para desarrollar una conexión más profunda con Dios. La receta comienza con algo bastante simple, “hablar amablemente”. De hecho, él propone algo aún más simple, “no elevar nuestra voz”. Conquista eso y te has conquistado a ti mismo – no es una proeza fácil.

La Carta del Rambán ha probado ser extremadamente útil para muchas personas. Sin embargo, no es un proceso explicable mediante la lógica, ya que leer la carta una vez no significa que realmente llegó al corazón y que el lector ha cambiado para siempre. Pero la carta termina con una promesa; “lee esta carta al menos una vez a la semana y tus deseos serán respondidos”. Esto se refiere a todos los deseos, pero especialmente a aquellos que están leyendo la carta con la esperanza de obtener auto-control y humildad.

El rabino Abraham Jaim Feuer escribió un hermoso libro, “Una Carta para las Generaciones”, en la que elucida cada renglón de esta carta ética. Explica que cuando una persona siente que las cosas están bajo su control, se pone ansiosa ante la situación más mínimamente estresante, porque imagina que todo el mundo demanda su atención y reacción. Por lo que responde gritando, elevando su voz en un intento de obtener control sobre las cosas que nunca estuvieron en sus manos.

Por el otro lado, una persona que ha aprendido a confiar en Dios es calmada y serena porque entiende que Dios tiene todo bajo control. Es libre para hablar de manera suave y gentil porque no necesita probarle nada a los demás, ni siquiera a sí mismo.

Una mañana normal de lunes presenta suficientes oportunidades para convertir a cualquier madre en un guardián de cárcel gritón – alguien se levantó tarde y su transporte llega en 15 minutos, otro no quiere comer esto de desayuno y tampoco puede encontrar lo que ponerse. La voz estresante dice: “Todos cuentan conmigo y demandan mis soluciones, por lo que les gritaré”. Pero el Rambán nos da una alternativa: mantén tu voz baja. Gritar sólo exacerbará la tensión.

No podemos controlar a nuestros hijos, pero podemos amarlos y creer en ellos, y luego amarlos un poco más. El trabajo de una madre el lunes a la mañana es ser una fuente de amor, calidez y apoyo – alentar al que se levanta tarde para que pueda estar listo a tiempo, simpatizar con el “cliente insatisfecho” del desayuno, y abrazar al adolescente frustrado que “no tiene nada para ponerse”.

El Punto de Ebullición

Siempre estarán esos duros momentos en los que sentimos el deseo de estallar en ira y peleamos para contenernos. Es como caminar sobre una cuerda floja sin estar seguros por cuánto tiempo más podremos mantenernos balanceados. En esos momentos, “¡Cuando quieras gritar, canta, y cuando quieras pegar, haz cosquillas!”.

Cuando esos impulsos comienzan a surgir en tus entrañas y reprimirlos no durará mucho, déjalos salir – pero de otra forma. Cuando tengas ganas de gritar con todos tus pulmones, tus entrañas estarán satisfechas si es que cantas con todos tus pulmones. Canta gritando con todas tus fuerzas tu melodía favorita, o inventa una tú (Mis canciones favoritas son algo así: “Nadie puede hacerme gritar ahora, nadie puede hacerme perder el control…”).

Los chicos piensan que es divertido escuchar a sus padres interpretar una ópera mientras la casa se cae a pedazos y la verdad es que no les importa cuáles son las palabras. Entonces, ¿por qué tratar de reprimir fuerzas tan poderosas?

Ahora, con respecto a la vergonzosa, a veces espeluznante, y siempre ilógica necesidad de darle una cachetada a un hijo, evítala enfrentando a ese niño – y luego haciéndole cosquillas amorosas. Te prometo, esta técnica no sólo sirve para quitarse de encima los impulsos horribles, sino que también transforma instantáneamente a la casa en un caos armonioso y alegre. ¡Inténtalo!

Rivka Zahava

sábado, 9 de febrero de 2013

Matón: ¿Estamos criando a nuestros niños para que sean malvados?

“Ellos no dejan que nuestro hijo juegue. Nunca lo incluyen cuando celebran sus fiestas de cumpleaños o pijama parties. Mi hijo quiere ser amigo de ellos, pero ellos se burlan de él. No es el mejor deportista y tiene problemas de aprendizaje, ¿pero eso les da derecho a ser malvados?”.

La pareja se acercó a mí con el corazón roto. Yo acababa de dictar una charla sobre educación y ellos estaban claramente angustiados.

“¿Cuántos años tiene su hijo?”, pregunté.

“Ocho. Sólo tiene ocho años, y ya tuvo una vida entera de dolor”, dijeron con tristeza.

¿Qué se les puede decir a estos padres?

Los diarios están llenos de historias de matones. Parece ser que la maldad está comenzando a una edad más temprana. Todas las semanas recibo llamadas y emails de padres que sufren por la angustia de sus hijos. Y ya no son sólo adolescentes y preadolescentes.

En un artículo reciente sobre matones en un periódico, una consejera escolar dijo que “ve a los niños de primer grado tirándose de los pelos, vomitando antes de entrar a la escuela y quejándose de constantes dolores de estómago. No tener celular o la prenda exacta es no estar “en la onda”. Las pobres niñas que no tienen ropa de marca, olvídalo”.

El artículo continúa diciendo que los padres de preescolar y de escuela primaria tienden a estar mucho más preocupados por los matones que los padres de adolescentes.
“Nos dimos cuenta de que tenemos que encargarnos de este tema ya en el jardín infantil”.

Una encuesta reciente de 273 niños de tercer grado reportó que el 47% fue acosado al menos una vez, el 52% dijo haber recibido apodos, burlas u hostigado de manera hiriente, y el 51% dijo que fueron dejados de lado a propósito, excluidos, o totalmente ignorados por su grupo de amigos al menos una vez en los últimos dos meses.

Algunos gobiernos incluso han puesto programas como “¡Deja de atormentar ahora!”. Un oficial encargado de una campaña anti-matones dice: “Nos dimos cuenta de que tenemos que encargarnos de este tema ya en el jardín infantil”.

¿¡En el jardín infantil!?

¿Qué es lo que hace que estos niños sean tan malvados? ¿Es posible que nuestros niños estén adquiriendo la brusquedad del mundo que los rodea? ¿Puede que estén reflejando estas actitudes insensibles a través de su mal comportamiento?

Quizás si nos tomamos un momento para observar el mundo de nuestros niños obtendremos un entendimiento que nos permitirá marcar una diferencia y criar una generación más amable.

Niños Adultos

Hoy en día nuestros niños tienen siete años y están haciendo cosas de niños de trece. Incluso los más pequeños tienen aparatos electrónicos que los niños de su edad no poseyeron nunca antes.

La mayoría de los niños de escuela primaria tiene uno o más de los siguientes: teléfono celular, iPhone, iPod, o su propia laptop. Conozco algunos niños de ocho años que ya tienen sus propios Blackberries.

Darles estos aparatos a los niños sin ninguna clase de supervisión es un error inmenso. Para mí, ¡es como darles las llaves del auto y desearles que la pasen bien!

Piensa en esto: una niña de nueve años está en la pileta. Una compañera de clase toma una fotografía vergonzosa de ella, captándola en un momento extraño. Luego envía la foto con un comentario ‘divertido’ a todas sus amigas. ¿Puedes imaginar lo que ocurre después?

Cada niña reenvía la foto a ‘sus’ amigas, que a su vez ríen bastante mientras la siguen pasando y reenviando. En un segundo, la niña se transforma en la burla de toda la escuela… y más. Se encuentra en un infierno cibernético y no quiere volver a clases.

Sus padres me llaman llorando. ¿Crees que este daño puede ser revertido? La tecnología actual permite el acoso con sólo presionar un botón. En lugar de hablarle a un solo amigo, puedes llegar a docenas en un instante. Y así como se esparce el dolor, así también se esparce el tormento, y nada frena su camino.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Lo primero que necesitamos hacer es enseñarles responsabilidad a nuestros hijos. No existe tal cosa como herir a otro y no enfrentar las consecuencias de nuestras acciones. Tú eres responsable por esa malvada foto o texto. No importa si sólo la envías a uno o dos amigos. Debes entender el horrible impacto que tus acciones causaron.
Nuestros hijos deben entender que cada vez que aprietan el botón están ocasionando un daño real.

Nuestros hijos deben entender que cada vez que aprietan el botón están ocasionando un daño real.

Quizás el hecho de no ver la cara de la víctima es lo que evita que nuestros hijos entiendan la angustia que han causado. Los celulares aparentan ser tan inocentes. Pero el niño cuya imagen está siendo enviada se enfrenta a humillación y a burlas una y otra vez.

Nuestros hijos deben ser concientizados. Si utilizas un teléfono o un iPad, debes utilizarlo con sabiduría.

¿Es nuestro mundo más malvado?

Nuestros niños miran shows de TV y películas que no canalizan bondad. Los reality shows, las comedias y las películas hacen que el comportamiento rudo parezca normal, y hasta divertido. Crecen desensibilizados y se entretienen viendo personas lastimando a otras personas. ¿Cómo podrían no ser afectados?

Algunos sienten que los padres de hoy son un poco más ‘duros’. Odio pensar que eso es verdad. Sé que estamos estresados, y que tenemos presiones. Hay una crisis económica mundial. Muchos hogares están oprimidos emocionalmente, y los matrimonios son tensos. Los hogares uniparentales tienen también la carga de cumplir con los dos roles.

El resultado puede ser que no estemos sintonizados con lo que está pasando hasta que ya estamos en problemas. Si todo parece tranquilo, y los niños no molestan, estamos felices.

Si tu hija fue invitada a una fiesta ‘de onda’ con otro grupo de amigas, estarás emocionada de saber que fue incluida. ¿Qué harías si escucharas que hubo una niña en su círculo que fue dejada de lado y herida? ¿Le enseñarías a defenderla?

¿Llamarías a la madre de la niña para pedirle que incluya a la niña excluida?

Estas son preguntas difíciles. Algunos dirán que depende de la edad de tu hija, de su posición social y de la relación que tiene con la niña o la otra madre.

Más allá de nuestras respuestas, debemos internalizar que nuestras acciones hablan más fuerte que cualquier discurso que les demos a nuestros hijos sobre compasión y bondad. Incluir a los que sufren puede ser una gran lección de vida. Seguir sin siquiera pensar mientras presumimos porque nuestra hija fue incluida puede crear como resultado, con mucha facilidad, una niña fría e insensible ante las lágrimas de otros. Y un día ese ‘otro’ puede muy bien ser parte de la familia.

Si podemos enseñarles a nuestros hijos a pensar antes de hablar, a dimensionar los efectos de sus acciones antes de actuar, a sentir al menos cuando hieren los sentimientos de otros, imagina la generación que criaríamos.

Está en nuestras manos.

Slovie Jungreis-Wolff


viernes, 8 de febrero de 2013

Violencia Doméstica Contra la Mujer

¿QUÉ ES?

La violencia de género, especialmente la que se produce dentro del ámbito del hogar, es una realidad que esta presente en todos los países, en todas las culturas, en todos los niveles sociales y se ha dado durante todas las épocas históricas, generalmente, ha quedado silenciada en el ámbito de la privacidad.

La violencia contra las mujeres tiene su origen en un sistema de relaciones de género que mantiene la preeminencia de los hombres sobre las mujeres.

La violencia de género es definida por las Naciones Unidas como aquellos actos contra las mujeres y niñas que "puedan tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer así como las amenazas de estos actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen a la vida pública como la privada". Según las Naciones Unidas, se entiende por violencia doméstica cualquier acto de agresión que tiene como resultado daños o padecimientos físicos, sexuales o psicológicos, incluyendo las amenazas de estos actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto en la vida pública como en la privada, y cuando estos actos son realizados por miembros de la familia o persona de relación de afectividad.


Modelo de la infancia

La figura de los padres a la hora de desarrollar la autoestima es esencial, ya que los niños perciben a través de su apoyo y afecto su capacidad y su valía. "Cuando el niño es maltratado, puede intentar compensar su inmadurez a través de sentimientos de omnipotencia que se manifiestan en la edad adulta en forma de conductas auto-afirmativas rígidas o desafiantes, pero que esconden a una persona insegura e hipersensible, recelosa, posesiva o controladora, que duda de su propia valía"

Los niños aprenden a relacionarse y a resolver los conflictos viendo cómo lo hacen los adultos. Cuando las necesidades biológicas y emocionales están cubiertas, los niños comienzan a desarrollar el sentido de seguridad en sí mismos y en los demás. Si, por el contrario, estas necesidades básicas son ignoradas, tienden a adoptar un talante desconfiado y temeroso.

Estudios realizados en Estados Unidos, Inglaterra, Escocia, Francia y Holanda indican que la violencia es un comportamiento aprendido. El 81 por ciento de los hombres mal tratadores fue testigo o víctima de malos tratos en la niñez. En la edad adulta tienden a repetir el mismo modelo de comportamiento que han observado de niños, por lo que es esencial prevenir 
los comportamientos violentos.

Una de las principales actuaciones de prevención va dirigida a los hijos de matrimonios en los que se han producido malos tratos con el fin de que no repitan el modelo de conducta que han aprendido en su hogar. "Los niños creen que la agresión es una conducta normal y la han internalizado como el patrón de comportamiento habitual entre hombres y mujeres. Es entonces cuando hay que ayudarles a identificar una conducta de malos tratos.


TIPOS DE MALOS TRATOS:

Físicos: Son los más evidentes daños en el cuerpo de la persona (bofetadas, empujones, golpes, palizas, asfixias, quemaduras, retenciones...) que pueden dar como resultados fracturas, heridas, contusiones, hematomas o, incluso, la muerte.

Psíquicos: Son todas aquellas conductas que producen desvalorización y sufrimiento en la mujer. Son las amenazas, las humillaciones, exigencias de obediencia, intentar convencer a la víctima de que ella es culpable de cualquier problema. Son también los insultos, el control de las salidas de casa, humillaciones en público, descalificar siempre a la mujer, retener el dinero, destrucción de bienes de la mujer, maltrato físico de mascotas, aislamiento...

Sexuales: imposición de una relación sexual contra la voluntad (agresión, abuso, tocamientos, inducción a la prostitución...) El artículo 15 de la Constitución española garantiza el derecho fundamental a la integridad física y moral. Los maltratos físicos o psíquicos están tipificados como delito de lesiones.

Sociales: El mal tratador va alejando, cada vez más, a la mujer de su familia y de sus amig@s llevándola a vivir lejos de ell@s, no permitiéndole que vaya a verl@s o que mantenga contacto con ell@s.

Económicos: La víctima no tiene acceso al dinero, porque el agresor se lo controla, incluso aunque ella sea independiente económicamente.

Nota:

Es difícil que se de un solo tipo de maltrato, generalmente nos encontramos con varios de ellos unidos, ya que siempre que hay malos tratos físicos hay malos tratos psicológicos (no es necesario explicar que una paliza por parte de su pareja siempre es humillante y desprecia la integridad y autoestima de la mujer), en cuanto a los sexuales, obvia decir que a nadie le apetece irse a la cama con su torturador.


CICLO DE LA VIOLENCIA:

Este ciclo tiene varias fases:

Fase de manipulación:

Como signo de amor, te dice: ponte esto, haz esto, quédate conmigo y no salgas con tus amigas... Se muestra como tu protector y no comparte responsabilidades.

Fase de acumulación de tensión:

El hombre mal tratador empieza a mostrarse tenso e irritable, cualquier comportamiento de la mujer despierta en él una reacción de enfado. La mujer sorprendida intenta hablar con él para solucionar el problema, ver la causa, pero esto solo provoca más enfados en el hombre que la ve como excesivamente dependiente y empalagosa. La mujer, para no molestarle, comienza entonces a no hacer nada, intenta no expresar su opinión porque sabe que él expresará la contraria y entonces habrá “bronca”, también intenta hacer las menores cosas posibles, entra en una fase de inmovilidad, pero esto tampoco salva a la mujer, ya que el hombre la acusará de ser casi un “mueble” que no hace nada, que es una persona anodina y aburrida.

Si la mujer se queja él lo niega todo y vuelca la culpabilidad en ella, y esa desigualdad que el hombre ha ido construyendo a lo largo de la relación es utilizada para callar a la mujer. La intenta convencer de que él tiene razón y no ella, que su percepción de la realidad es equivocada, y como ya hemos dicho, la desigualdad creada permite al hombre este comportamiento. Ella acaba dudando de su propia experiencia y se considera culpable de lo que pasa. Esto va a reforzar todavía más el comportamiento del hombre.

El se distancia emocionalmente, la mujer se asusta pensando que lo va a perder y que si esto ocurre será culpa de ella puesto que no ha sabido conservar su amor. El hombre ya no siente ningún amor y se distancia y cada vez está más irritable. Ella se disculpa una y otra vez, confiando en solucionar así la situación, pero el hombre se harta y siente necesidad de castigarla verbal, físicamente, o de ambas formas a la vez.

Fase de explosión violenta:

Como su nombre indica, el hombre acaba explotando, pierde el control y castiga muy duramente a su pareja, verbal o físicamente. La insulta, la golpea, rompe cosas, amenaza con matar a los hijos y a ella, la interrumpe el sueño, la viola...

La mujer, que sólo intentaba salvar la relación, se ve ahora impotente y débil, la desigual balanza que se ha establecido a lo largo de los años la paraliza. No toma represalias, todo el poder está en él, eso lo ha aprendido muy bien y la mujer entra en una “indefensión aprendida” que le impide reaccionar.

Fase de “Luna de Miel”:

El agresor se siente muy arrepentido de su conducta (por lo menos las primeras veces), pide perdón, promete cambiar. Y realmente cambia, durante esta fase se convierte en el hombre más encantador del mundo, la lleva el desayuno a la cama, la cura las heridas, incluso se hace cargo de las tareas domésticas, le cede todo el poder a ella. La mujer en esta situación se siente en éxtasis, tiene el poder y a su hombre detrás responsbilizándose y amándola. Él deja de ponerla tantas restricciones, se relaja un poco y la permite las salidas. Si bebía deja de beber, incluso puede ir a terapia. La mujer al ver estos cambios piensa que si ha podido dejar la bebida puede dejar de pegarla y piensa de verdad que no volverá a ocurrir, ya que equivocadamente ella relaciona (en un porcentaje muy alto) el maltrato con la ingestión de alcohol, sin pararse a pensar que cuando bebe él no maltrata a todo el mundo, sino sólo a ella.

Escalada de la violencia de género:

Una vez que ha conseguido el perdón de su víctima, se siente de nuevo seguro en la relación, ya la ha recuperado y no tiene que seguir complaciéndola, empieza de nuevo la irritabilidad y los abusos y cuando ella quiere ejercer su recién conseguido poder la castiga duramente. Cada vez la mujer es más dependiente, cada vez tiene menos energía para luchar . Es el marido o pareja, y no ella, quien controla estos ciclos y el que decide cuando se acaba la Luna de Miel. Ella empieza a darse cuenta de que haga lo que haga no puede controlar el comportamiento de su marido, los malos tratos son arbitrarios e indiscriminados. La mujer sólo tiene energías para intentar mantenerse con vida dentro de la relación o para que no se implique a l@s hij@s.


Continuara...