lunes, 24 de marzo de 2014

Violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar (VIF) es una violación a los derechos humanos. Son todas acciones u omisiones que de manera directa o indirecta causan daño físico, sexual, psicológico o patrimonial, tanto en el ámbito público como en el privado, a persona integrante del grupo familiar, por parte de parientes, cónyuge o pareja.

La violencia puede manifestarse de diferentes maneras, tales como: insultos, ofensas, empujones, maltratos, golpes, patadas o el uso de objetos como armas contra ti, relaciones sexuales en contra de tu voluntad, no te dan dinero suficiente para cubrir tus gastos o los de tus hijos o tu pareja te obliga a que le entregues todo tu dinero, cuando no puedes ver a alguien que deseas ver o no ves a tu familia o amigos.

Existen varias señales de aviso cuando nos encontramos en una relación abusiva, especialmente para las mujeres:
  • Insultos, críticas, humillaciones en público o en privado.
  • Golpes, lesiones.
  • Amenaza en hacerte daño a ti o a tus hijos.
  • Te echa la culpa de todo.
  • Se pone furioso de una manera que asusta a los demás o a ti misma.
  • Controlador (pregunta dónde estas, te llama todo el día, escucha tus llamadas telefónicas, revisa el millaje de tu carro).
  • Celos exagerados.
  • Te obliga a que te quedes en casa, sin visitar a familiares o amigos.
Si tú no estás pasando por esto, pero observas las siguientes situaciones en alguna amiga o conocida, puedes invitarla a recibir ayuda profesional para que pueda salir del círculo de la violencia.
  • Tu amiga parecerá nerviosa, atemorizada o no habla cuando su esposo está presente.
  • Sus hijos son tímidos, retraídos o agresivos y no se llevan bien con los demás niños.
  • Tu amiga tendrá a menudo golpes o lesiones que no puede explicar o da alguna excusa poco creíble.

Mayori Carrera
Psicología General
Licenciatura en Psicología Clínica, Cum Laude
Consteladora Familiar y Programación Lingüística

La puerta para salir del bullying

Si ya identificaste y reconociste que tu hijo se encuentra en el papel de víctima o agresor dentro del fenómeno "bullying", es importante que sigas leyendo. En este artículo encontrarás algunas pautas para saber cómo abordarlo:

Padres de familia con un hijo en el papel de víctima:

  • Préstale atención a tu hijo, míralo a los ojos, platica con él y, sobre todo, escúchalo.
  • Dile que lo amas o exprésale tu cariño.
  • Aumenta su autoestima, diciéndole sus cualidades y sus habilidades.
  • Ayúdalo a expresar sus emociones y pensamientos.
  • Juega con él.
  • Enséñale a marcar límites y a decir no.
  • Enséñale a que merece ser respetado.
  • Coméntale que tiene derecho a tener buenos amigos y el derecho a alejarse de quienes le hacen daño.
Padres de familia con un hijo en el papel de agresor:
  • Normalmente la conducta agresiva es aprendida; por lo tanto, evite pelear frente del niño.
  • Controlar los programas de televisión, especialmente los de mensaje agresivo.
  • Enseñarle a controlar sus impulsos y preguntarle para que tome conciencia de los mismos, acerca de las consecuencias que le traerá tal acción.
  • Preguntarle cómo cree que se siente la otra persona que está agrediendo y si a él le gustaría que lo tratarán así.
  • Colocarlo en equipos de deporte (futbol, basquetbol, natación) para canalizar su energía de manera positiva.
Nunca es tarde para cambiar y empezar a hacer cambios en tu área familiar para brindarle a tu hijo (ya sea en el papel de víctima o de agresor) un ambiente donde aprenda el respeto y la empatía hacia las otras personas.

Mayori Carrera
Psicología General
Licenciatura en Psicología Clínica, Cum Laude
Consteladora Familiar y Programación Lingüística

viernes, 21 de marzo de 2014

Papás, ¡ustedes son muy importantes! (Parte 2)

A esta edad el niño decide que le gustaría crecer y ser como papá, por lo que es normal que se observe que los niños imiten los gestos, palabras y modales de papá. El padre debe ayudar en este proceso involucrándose con el hijo en los juegos. Cuando el niño se ve identificado con la alegría de compartir juntos, descubrir actividades que ilusionan a los dos y reconocer que estas actividades les dan energía y fuerza, está reforzando su masculinidad. Los hijos observan mucho al padre, por lo que su comportamiento será el modelo a seguir; por ejemplo, si usted trata a su esposa con respeto, le está enseñando que a las mujeres se les respeta y considera. Si usted es deportista, es posible que su hijo guste del deporte; si usted fuma, su hijo tendrá una inclinación al cigarro.

Dos formas principales en que, como padre, puede influenciar a su hijo son: ser un modelo de cómo ser y cómo actúa un hombre, y las instrucciones específicas que usted le da a su hijo a seguir. Por ejemplo: trasladarle a su hijo su fe, comportarse con consideración con los demás, practicar los buenos modales, ser generoso, hablar bien de las personas y sino mejor guardar silencio, tratar bien a las mujeres. En los adolescentes, la instrucción en la educación sexual, el valor del esfuerzo y su recompensa, hablar con la verdad, no tomar algo que no le pertenece, la libertad de escoger una profesión de acuerdo a sus intereses y seguir sus propios sueños... usted puede enlistar muchos más.

El trabajo profesional del padre es muy importante y valioso, es el medio por el cual se brinda sustento al hogar; sin embargo, no debe ser una barrera que lo lleve tan lejos de sus hijos que usted se convierta únicamente en un proveedor y un "papá de lejos".

Aproveche el tiempo para enseñarles a sus hijos todo aquello que para usted es importante que ellos sepan, todo aquello que usted quiera que recuerden con el paso del tiempo.

Recuerde que los está preparando para ser hombres y mujeres autónomos; mientras tanto, necesitan y esperan que usted les dé las herramientas para conducirse. Llene los espacios que le correspondan. Sus enseñanzas estarán con sus hijos e hijas siempre como lo expresa Pontón:

"Para ser padre primero es necesario reconocer que heredamos algo de nuestros padres, no en el sentido biológico, sino más bien algo que nos ha sido transmitido y que a su vez nosotros trasmitimos a nuestros hijos."

Claudia Cuyún
Psicología Familiar y de Adolescentes
Terapeuta en Audición y Lenguaje
Licda. Psicología Clínica