miércoles, 24 de julio de 2013

¿Qué digo?, ¡el niño me preguntó sobre sexo!

Karla disfrutaba del capítulo final de su serie favorita y su pequeña de siete años también estaba (sin que ella reparara mucho en ese momento) pendiente de la tele.
Inesperadamente, dos mujeres se dieron un cariñoso beso en la boca y se tomaron de la mano.

La sorpresa fue grande para madre e hija, la primera no se esperaba ese desenlace y la segunda quedó estupefacta, tratando de digerir la inusual escena en su corta vida. Inmediatamente la niña ‘bombardeó’ a su progenitora con una seguidilla de preguntas. ¿Esas que se besaron eran mujeres? ¿Es posible que dos chicas se enamoren?

Las palabras no salieron de su boca, su cerebro no encontró una explicación que dejara satisfecha a la pequeña y tampoco quería despertarle el morbo. También le preocupaba confundirla, quería que la niña se educara respetando las diferencias y las preferencias sexuales de terceros.

Karla comentó esta embarazosa situación a sus amigas del barrio, cuando saltó el comentario de una joven madre que estaba preocupada porque su hijo de cuatro años los encontró teniendo relaciones a ella y a su esposo.

“Estaba oscuro, no nos vio al detalle, pero notó que Jorge estaba arriba de mí, se asustó y le gritó: ¿qué le estás haciendo a mi mamá?, No quiero dejarlo traumado, pero tampoco supe qué decirle en ese momento. Tengo que darle una explicación, pero estoy pensando cómo y cuándo”.

La sexualidad está presente en nuestras vidas y habrá que hablar de ello a los hijos más temprano que tarde. Ese es el consejo general que dan los especialistas si es que la idea es que los hijos vivan una vida saludable y gratificante.

Mamá, ¿de dónde vengo?
Esa pregunta a todos les ha tocado responder, pero la mayoría no estaba preparada para hacerlo. Aquí el consejo de la sicóloga Dalia Muñoz: “Actúa con tranquilidad. Cuando tu hijito te haga preguntas sobre el sexo y otros temas complejos, lo mejor es contestar de la manera más tranquila y directa posible para que no piense que es vergonzoso hablar contigo sobre ciertos temas.
Si crees que será muy difícil hablar sobre sexo con tu hijo, puedes ensayar tus respuestas. Aprovecha momentos de tranquilidad con tu niño para conversar sobre el tema. Como por ejemplo mientras arman un rompecabezas o a la hora de la merienda. Lo importante es que los padres no estén nerviosos cuando hablen con sus hijos sobre el tema"

La edad para hablar de sexo
Muñoz hace notar que desde muy pequeños, entre los dos y tres años de edad, los hijos empiezan a conocer y explorar su cuerpo.
“Como padre puedes ayudarle a que se conozca mejor nombrándole, en el momento del baño o cuando le cambias de ropa, las diferentes partes de su cuerpo diciéndole estos son tus pies, estas tus manos...
A medida que tu hijo crece, empieza a conocer mejor su cuerpo y ve las diferencias que existen entre niños y niñas. Es cuando empieza la época de las preguntas que a los adultos nos dejan en shock. Que este momento no nos pille por sorpresa y sepamos responderles. Nunca les mientas y un buen recurso es utilizar las diferencias entre los animales machos y hembras. Desde los cinco hasta los ocho años las preguntas de niños y niñas son diferentes. Ellos no son tan curiosos, pero las niñas muestran especial interés.
No olvides ser claro y no es necesario dar más información de la que piden. Si tu pequeño quiere saber de dónde vino, le puedes decir: ‘Te formaste en la barriga de mamá y ahí creciste hasta que estuviste listo para nacer’".
El terapeuta sexual Alejandro Velarde va más allá y alerta: “Hay que observar sus conductas, por ejemplo, cuando empiezan los ‘toqueteos’ de sus propios genitales. Se debe decirles simplemente ¿se siente bien, no? y, probablemente no sea necesario dar mayores explicaciones o comentarios, a no ser que el niño o niña dé muestras de mayor curiosidad.

Que aprendan de sexo en la casa y no en la calle
Antes que nada, sin importar lo que pregunte el niño, no hay que reaccionar bruscamente ni evitar la conversación, eso es lo primero que recomienda Muñoz. “Tu hijo podría pensar que sus preguntas son tabúes y que es un niño malo por pensar en esas cosas. En lugar de reprochárselo o distraerlo, elogia su interés diciendo, ¡qué buena pregunta! Al final de la conversación, motívalo diciéndole: ‘Hazme más preguntas cuando quieras, hijito’.
Tu pequeño necesita saber que puede hablar contigo sobre cualquier tema. Esto es fundamental, no solo durante su niñez, sino para el resto de su vida”.
Para Velarde los niños ya están inmersos en el aprendizaje sexual desde sus primeras etapas de desarrollo, quieran o no los padres, lo único que pueden decidir es si acompañan ese proceso y cómo lo hacen. “Que sus explicaciones no sean eruditas ni que se enfoquen solamente en los aspectos biológicos, sino que también reflejen emociones, valores y procesos de toma de decisiones”.

Enseñarles que nadie puede tocarlos
“Lo importante es enseñarles que su cuerpo es de ellos y de nadie más, que nadie tiene derecho a tocarlos sin que ellos quieran, por ejemplo, decirles que está bien que caminen de la mano con un amiguito o que tomen la mano de un adulto para cruzar la calle... pero hay cosas que son diferentes, que ninguna persona los puede tocar en las partes del cuerpo que habitualmente cubrimos con la ropa, porque el cuerpo es algo que pertenece a cada uno”, alerta Muñoz.

Cómo abordar el tema de la homosexualidad
La homosexualidad está presente en lo cotidiano, por ello Muñoz enfatiza en que ahora que los niños tienen mucho acceso a la información no se debe ocultar el asunto ni dejarles la labor a los profesores.
“Con púberes y adolescentes hay que tener en cuenta que ellos están expuestos a todo tipo de información (TV o internet) y conviene que hallen respuestas en casa antes que con los amigos. Por ejemplo, el adolescente puede creer que es homosexual porque siente admiración por otro joven de su mismo sexo. Allí habría que explicarle que simplemente es una etapa transitoria, en la que se buscan modelos a seguir. La identificación, a esta edad, no es mala”.

Velarde da ejemplos para que los padres ejemplifiquen las variaciones que se pueden dar en la naturaleza o en las personas: “Desde las diversas razas de perros o gatos, pasando por los diversos gustos de la gente acerca de equipos de fútbol, cantantes, etc. y terminando con las diferencias en cuanto al tipo de pareja que las personas desean tener. Estas variaciones simplemente se las debe respetar, pues no son una enfermedad y el hecho de que uno las respete en otras personas no significa que las va a practicar o aceptar para su propia vida”

Claves para no equivocarse a la hora de explicar

Por Dalia Muñoz y Alejandro Velarde

Sin inventar. Diremos siempre la verdad, no inventaremos ninguna historia (nada de que a los niños los trae la cigüeña) para explicar temas relacionados con el sexo.

Al pan, pan. Debemos llamar a las cosas por su nombre. Es mejor decirles el nombre correcto de las partes del cuerpo con el fin de no crearle mayor confusión (se acabó ese de decir flor en vez de vagina).

Facilitar las cosas. Podemos facilitarles el camino cuando veamos que quieren hablar de sexo. A veces, tienen reparo o vergüenza de hacernos una pregunta y podemos adelantarnos con un gesto de complicidad con ellos.

Sexo y amor. Hay que relacionar el tema de la sexualidad con el amor como algo que implica estimación, generosidad y responsabilidad para dar forma a su futura conducta sexual.

Placer y reproducción. Cuando son más grandes se les debe hablar de la importancia de la sexualidad como parte de nuestra personalidad, como herramienta de placer y de reproducción.

Riesgos. Explicar sobre los riesgos en el ejercicio de la sexualidad: desde las infecciones de transmisión sexual, el sida, los embarazos no deseados, hasta el aspecto afectivo y de valores.

Fuente: Amor lo mas dulce

martes, 23 de julio de 2013

Encontré a mi hijo viendo pornografía

“Cuando limpiaba la casa, encontré revistas pornográficas en la habitación de mi hijo. En ese momento hice un gran escándalo y lo castigué”, cuenta Sandra, quien se encuentra muy preocupada porque su niño tiene 12 años y considera que es demasiado joven para estar pensando en esas cosas.

Los chicos empiezan a tener ese tipo de curiosidades cada vez más temprano. Hay niños que incluso desde los nueve años quieren ver pornografía, no tanto por curiosos, sino por presión de los amigos, señala la psicóloga Sherezada Exeni. “Puede haber pasado que otro niño de su curso trajo una fotografía de una chica desnuda, vio alguna imagen en la televisión o pudo abrir una página de internet y se le aparecieron mujeres con poca ropa o totalmente desnudas”, argumenta.

¿Qué hacer?
La reacción óptima como padres es actuar de manera serena e inteligente. No grites, no castigues ni te enojes. Mejor explícale a tu hijo que, si bien su curiosidad es normal, ese material es para adultos. Recalca que la pornografía distorsiona la realidad, ya que el común de las mujeres y los hombres no son como se ven en esas fotografías o videos. “Hay que guiarlos ante un tema desconocido, explicarles que muchas veces este material produce una percepción equivocada de las personas, lo natural, el amor. Estas imágenes pueden hacerle pensar que el sexo no es realmente una expresión de amor, solamente un desborde corporal”, argumenta Exeni.

En caso de que empiecen a fluir las preguntas, responde a todas sus dudas en un lenguaje adecuado a su edad. Si te agarra desprevenida y no sabes cómo hacerlo, pregúntale qué es lo que sabe y, de acuerdo con eso, has énfasis en que el sexo es sólo una de las muchas expresiones del amor de pareja.

Si le gritas, te enojas y revisas sus cosas, lo único que conseguirás es que el pequeño tenga aún más dudas y que empiece a buscar respuestas por su cuenta. Si en cambio le explicas, agrega Exeni, es posible que de todas formas busque más información, pero esta vez con más criterio. “No debes olvidar que el niño que está pasando a ser adolescente necesita su espacio, tener sus propios secretos y de ninguna manera está bien invadirlo o hacerle sentir que estás desconfiando de él. Mejor respeta lo suyo, así como él lo hace contigo”, recomienda la psicóloga.

Ejemplo
Si no quieres que tus hijos vean pornografía, dales el ejemplo. Si tú tienes acceso a este tipo de imágenes en internet, revistas o videos, tarde o temprano, tus pequeños los encontrarán y se preguntarán por qué tú puedes ver ese material y ellos no.

Valores
Los valores que le inculcas a tus hijos son importantes para ellos a la hora de evaluar cualquier material. Por ejemplo, es vital que le enseñes que cada persona debe respetar su cuerpo y que nadie tiene derecho a dañarlo, así como dejar claro que los seres humanos no son objetos a utilizarse.

Curiosidad
Los niños a cierta edad tienen más curiosidad que las niñas para saber cómo es el cuerpo del hombre y de la mujer, así que puede que una foto les ayude en eso. Si tienen claro lo que es bueno y malo, despreocúpate y deja que lleguen a su propia conclusión.

Fuente: Amor lo mas dulce

lunes, 22 de julio de 2013

Educar en valores. La tolerancia

Ser tolerante es lo mismo que ser respetuoso, indulgente y considerado con los demás. Es una cualidad personal que se define como el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás, aunque sean diferentes o contrarias a las nuestras. Ser tolerante es ser condescendiente y permisivo con alguien a causa de las circunstancias que medien, es no impedir que haga lo que éste desee, es aceptar y admitir la diferencia o la diversidad.

Para que los niños establezcan buenas relaciones con sus semejantes, es necesario que aprenda a ser tolerante desde muy pequeño.

Aprender a ser tolerante

La tolerancia juega un papel muy importante en las relaciones de los niños con sus iguales y con su familia. Es importante que ellos escuchen las ideas y las opiniones de sus amiguitos, que acepten sus criterios aunque sean distintos a los suyos, y que consigan ponerse de acuerdo con sus compañeros durante un juego, en alguna actividad o en un aula. La tolerancia les ayuda a que tengan una buena integración en un grupo o equipo.

El niño no nace tolerante. Su conducta natural es que todo sea para sí, y que todos estén de acuerdo con él, por lo que es indispensable que el proceso de aprendizaje acerca de la tolerancia empiece desde bien temprano.

El niño puede aprender a ser tolerante

- Cuando sus padres también lo sean
- A través de cuentos e historias
- Por las actividades que desarrolla
- A través de los juegos
- En la convivencia con los demás niños
- Aprendiendo a respetar las diferencias
- Conociendo diferentes culturas
- A través de los viajes en familia
- Conociendo los beneficios de la conciliación, de la paz
- Compartiendo, sin pelear
- Aprendiendo a no burlarse de los demás

Fuente consultada:
- Cuentos y canciones para compartir valores. 
Ed.de la Infancia