Muchas personas llegan a la clínica sin saber por qué sufren. En varias ocasiones me he encontrado con que en su familia inmediata padres, tíos, hermanos, abuelos, vivieron o convivieron con alguien alcohólico dentro de su familia, durante el periodo de desarrollo.
El alcohólico y el co-dependiente son personas con defectos de carácter e inmadurez, entre otras cosas. Entonces, a los hijos de ellos, les toca adoptar las responsabilidades del hogar y pasan a ser padres o madres de sus propios padres. Debido a ello, tienen estas características que necesitan desarrollar para sobrevivir en el ambiente tóxico de las adicciones en sus adultos significativos.
Este tipo de dinámicas familiares no se dan únicamente cuando los padres son alcohólicos, aunque sí hay disfunción familiar. Por ejemplo; la muerte temprana de uno de los padres, personalidad neurótica, cambios de país, mudanzas, quiebra económica, existen muchas posibilidades para atentar contra la estabilidad dentro del hogar, que el niño necesita para crecer, desarrollarse y vivir sanamente.
Tuve una paciente, que sus padres viajaron a vivir el sueño americano y la dejaron al cuidado de su hermana. Ella tenía 10 años y su hermana 15, se quedaron a vivir solas y los padres les mandaban dinero. Con el dinero, la hermana de 15 se compraba lo que se le antojaba y le daba de comer al novio; a mi paciente, no la dejaba comer. Vivieron así por varios años, los padres nunca volvieron y ella tuvo que buscar ayuda de sus amistades e iniciar una vida laboral a temprana edad.
A continuación, les daré 20 puntos o características de estas personas, de los cuales pueden encontrar información y respuestas a sus dudas. Tomado de "Another Chance, de Sharon Wegscheider-Cruise".
Adivinan lo que es normal.
Como en casa no han tenido experiencias "normales", cuando se enfrentan afuera al mundo, necesitan adivinar la conducta esperada, porque no la conocen.
Tienen dificultad para seguir los proyectos desde el principio hasta el fin.
Debido a que al convivir con el o la alcohólica, en el hogar reina el caos, se acostumbran a vivir en desorden. Por ejemplo, en ocasiones deben faltar a la escuela, porque el día anterior ocurrió alguna pelea entre los padres. En otras ocasiones deben dejar de hacer las tareas.
Mienten cuando sería más fácil decir la verdad.
Cuando niños, se aventuraron a decir la verdad, sin buenos resultados. Aprenden a mentir para salvarse de regaños o castigos; además, ven a los padres mentir como una forma de ocultar su adicción. La mentira es parte del día a día. Por ejemplo; cuando mamá miente para cubrir en el trabajo a papá que está de goma.
Se juzgan severamente y sin piedad.
Están acostumbrados a la personalidad hiriente del alcohólico, han crecido recibiendo críticas porque una característica de los adictos es el perfeccionismo. Lo imitan, juzgándose severamente a sí mismos y a los demás.
Tienen dificultad para divertirse.
Están acostumbrados a una vida de tragedia y dramas, muy diferente a la vida de los niños comunes. No han aprendido a divertirse porque no lo aprendieron, no tuvieron una infancia feliz.
En el próximo artículo, estaremos revisando otros puntos que comparten los hijos adultos de padres alcohólicos, o de hogares disfuncionales.
Lo importante de conocer las causas, es que nos permite trabajar en nosotros mismos.
Dagmar Polasek
Psicología General
Licenciada en Psicología Clínica
Socia Fundadora de Colegio de Psicólogos
Y en este hermoso planeta nos toco vivir y transformar sueños en realidades, podemos actuar de diferente forma. Seamos diferentes, hagamos la diferencia, con nuestra familia, amigos, compañeros; es tiempo de un cambio: seamos humanos de nuevo Sean bienvenidos a este blog. Les mando un abrazo de oso.
miércoles, 19 de marzo de 2014
sábado, 15 de marzo de 2014
Cómo detectar si tu hijo sufre bullying
El bullying o acoso escolar es una forma de maltrato reiterada que se produce entre escolares. Se trata de un hecho muy grave que, en el caso de algunas de las víctimas, puede llevar hasta el suicidio. Por eso es importante detectarlo, aunque en muchos casos sea difícil.
Siempre que tengamos un indicio de que se está produciendo un caso de acoso escolar en la escuela de nuestros hijos, aunque estos no estén implicados, deberemos ponerlo inmediatamente en conocimiento de la escuela.
Las víctimas preferidas
Los estudios sobre el bullying dicen que hay unos rasgos que hacen que algunos chicos y chicas tengan más riesgo de sufrir acoso. En general todos los adolescentes que se salen un poco de la norma, lo tienen. Aquellos que son más inteligentes, más brillantes o que destacan más en alguna de las actividades académicas están entre ellos. También los chicos y las chicas a los que les cuesta más hacer amigos, los más tímidos o los más retraídos estarían entre las potenciales víctimas. Pero los padres no deben olvidar que esa es una norma general por lo que cualquier chico o chica puede llegar a sufrir bullying.
Cómo saber si mi hijo está siendo acosado en la escuela
Las víctimas del bullying suelen ocultarlo a sus padres y maestros. Por eso es importante estar atentos a lo que les ocurre a nuestros hijos. Además hay una serie de indicios que pueden ayudarnos a descubrir una situación de acosos escolar en la vida de nuestros hijos:
Si a nuestros hijos les pasan una o varias de estas cosas, no es seguro que la causa sea que esté siendo sometido a abuso escolar pero tendremos que hablar con él o ella e indagar qué está ocurriendo. Aunque no siempre es fácil hablar con los adolescentes debido a sus continuos cambios de humor y a su necesidad de autonomía, los padres que adviertan uno o varios de estos signos no deben abandonar el intento de conocer la razón. Y si es necesario hablar con sus maestros y con sus amigos hasta descubrir qué le está ocurriendo a su hijo.
Qué hacer si nuestro hijo es acosado
Los padres de chicos que están sufriendo bullying deben entender que su hijo está atravesando por una situación dificilísima en la que va a necesitar mucha ayuda. Hay algunas cosas que se pueden hacer, primero para terminar con esa situación y, además, para ayudar a los chicos y chicas a superarla:
Siempre que tengamos un indicio de que se está produciendo un caso de acoso escolar en la escuela de nuestros hijos, aunque estos no estén implicados, deberemos ponerlo inmediatamente en conocimiento de la escuela.
Las víctimas preferidas
Los estudios sobre el bullying dicen que hay unos rasgos que hacen que algunos chicos y chicas tengan más riesgo de sufrir acoso. En general todos los adolescentes que se salen un poco de la norma, lo tienen. Aquellos que son más inteligentes, más brillantes o que destacan más en alguna de las actividades académicas están entre ellos. También los chicos y las chicas a los que les cuesta más hacer amigos, los más tímidos o los más retraídos estarían entre las potenciales víctimas. Pero los padres no deben olvidar que esa es una norma general por lo que cualquier chico o chica puede llegar a sufrir bullying.
Cómo saber si mi hijo está siendo acosado en la escuela
Las víctimas del bullying suelen ocultarlo a sus padres y maestros. Por eso es importante estar atentos a lo que les ocurre a nuestros hijos. Además hay una serie de indicios que pueden ayudarnos a descubrir una situación de acosos escolar en la vida de nuestros hijos:
- Cambios en el estado de ánimo. Si advertimos que nuestro hijo o hija está más triste de lo habitual sin que haya una causa aparente y que esa tristeza dura un tiempo, deberemos hablar con él para averiguar si se debe a una situación de acoso.
- Se niega a ir a la escuela. Si de pronto un chico o chica se niega a ir a la escuela, inventa enfermedades para quedarse en casa o pone objeciones absurdas.
- Cambia su comportamiento. Si comienza a mostrarse miedoso, nervioso, distraído o huidizo y no consigue explicarnos por qué le ocurre eso.
- Tiene moratones o heridas frecuentes.
- Le desaparece dinero u objetos personales y tampoco es capaz de explicar dónde están o da explicaciones absurdas.
Si a nuestros hijos les pasan una o varias de estas cosas, no es seguro que la causa sea que esté siendo sometido a abuso escolar pero tendremos que hablar con él o ella e indagar qué está ocurriendo. Aunque no siempre es fácil hablar con los adolescentes debido a sus continuos cambios de humor y a su necesidad de autonomía, los padres que adviertan uno o varios de estos signos no deben abandonar el intento de conocer la razón. Y si es necesario hablar con sus maestros y con sus amigos hasta descubrir qué le está ocurriendo a su hijo.
Qué hacer si nuestro hijo es acosado
Los padres de chicos que están sufriendo bullying deben entender que su hijo está atravesando por una situación dificilísima en la que va a necesitar mucha ayuda. Hay algunas cosas que se pueden hacer, primero para terminar con esa situación y, además, para ayudar a los chicos y chicas a superarla:
- Ponerlo inmediatamente en conocimiento de la escuela para que intervenga en la detención de la situación. Hablar con la dirección, con los maestros y con los consejeros para que establezcan un plan de actuación.
- Mantenerse en contacto continuo con la escuela para seguir la evolución de ese plan de actuación. Y notificar cualquier cambio que se produzca en la actitud de nuestros hijos sea para bien o para mal.
- Hablar con los chicos o chicas. Es muy importante que las chicas o chicos que están sufriendo maltrato sepan que cuentan con la confianza y el apoyo de su familia. Por ello es necesario dedicarles tiempo suficiente.
- Reforzar su autoestima. Generalmente la autoestima de las víctimas de bullying resulta muy dañada así que será imprescindible que ayudemos a nuestros hijos a recuperar la suya. Incluso podremos hablar con su médico por si fuera necesaria la intervención de un terapeuta.
- Proponerle actividades fuera de la escuela con las que pueda crear un nuevo círculo de amigos que refuercen su autoestima y le ayuden a salir de la situación.
- En el caso de que la intervención de la escuela nos parezca inadecuada existen en casi todas las ciudades asociaciones encargadas de proteger a la infancia y en muchos casos, dedicadas especialmente a las víctimas del bullying y en ellas nos ayudarán a decidir qué pasos dar.
Victoria Toro
jueves, 13 de marzo de 2014
¿Es posible recuperar la confianza de mi pareja?
La confianza es uno de los pilares fundamentales de una relación de pareja. Sin ella la relación entre dos personas no avanza; al contrario, se estanca e incluso puede terminar. Por esta razón, es sumamente importante reconocer cuanto antes si la confianza se ha perdido y actuar inmediatamente.
La confianza puede perderse por dos razones principales:
Cuando la confianza se ha perdido porque se ha roto alguna promesa, como primer punto la persona que falló debe reconocer y asumir su responsabilidad. Después de que haya hecho esto, es más probable que su pareja la escuche. Una vez asumida la responsabilidad, es necesario pedir perdón. Cuando nos sentimos lastimados, muchas veces deseamos escuchar del otro una disculpa sincera y, debido a que pedir perdón no es nada fácil, por lo general su pareja lo valorará.
Luego, enfóquese en lo que su pareja siente y desea, pregúntele si hay algo que pueda hacer para que él/ella se sienta mejor. Escuche atentamente su respuesta y haga todo lo que esté a su alcance para satisfacer la petición que su pareja le haga. Muchas veces cuando nos sentimos traicionados lo que necesitamos es estar un tiempo a solas, llorar, descargar de alguna forma el enojo, etc. y es importante que nuestra pareja lo entienda y nos acompañe en este proceso.
Por último, debe crearse un nuevo acuerdo con la pareja, renovar las promesas rotas, enfatizando su compromiso con éstas, lo cual le hace ver a la otra persona que él/ella está realmente deseoso de cambiar.
Por otro lado, cuando la confianza se ha perdido por la acumulación de heridas sin sanar, lo que sucede es que algo aparentemente insignificante provoca un caos en la relación, e incluso, puede suceder que uno de los miembros ni siquiera se percate de que ha transgredido la confianza. En este caso, primero debe reconocerse el dolor del otro, validar al cien por ciento lo que su pareja está sintiendo, permitir que él/ella se exprese, pues lo que desea es ser escuchado.
Un buen ejemplo de algo que provoca la acumulación de heridas en una pareja son los malos entendidos. Para terminar con ellos es bueno preguntar "¿a qué creíste que me refería yo con...?" Por lo general, asumimos que los demás reaccionan ante nuestras palabras del mismo modo que nosotros lo haríamos, pero esto no necesariamente es así. Al conocer cuál fue la interpretación que le dio nuestra pareja, podremos comprender sus sentimientos y reacción más fácilmente.
Toda vez que los malos entendidos se hayan aclarado, lo siguiente es recordarle a su pareja cuánto le importa y la ama. Cuando nos sentimos heridos, una de las cosas que más nos duele es el pensamiento de ser rechazado o sentir la indiferencia por parte de nuestra pareja, mientras que al darnos cuenta de cuánto nos ama el otro la confianza puede restaurarse más fácilmente.
Debido a que la confianza es uno de los principales aspectos en una relación de pareja, vale la pena evaluar constantemente cómo está el nivel de confianza dentro de mi relación y, en caso de que se encuentre dañada, actuar rápidamente para reparar el daño lo antes posible.
Regina Vides
Psicología de Pareja
Licda. Psicología Clínica
Magister en Terapia Familiar y de Pareja (España)
La confianza puede perderse por dos razones principales:
- Una de ellas es no cumplir algún acuerdo al que se ha llegado con el otro. Es decir, romper alguna promesa, por ejemplo, tener una relación extramatrimonial.
- La otra razón es la acumulación de pequeñas heridas que no han sido sanadas, las cuales al ser vistas de manera aislada parecen insignificantes, pero cuando se van acumulando pueden hacer que se pierda la confianza en la relación. Muchas veces pensamos que la confianza solamente puede perderse con algo como la infidelidad, pero en realidad existen situaciones del día a día que pueden lastimar a nuestra pareja y si no las hablamos y solucionamos dan lugar a la pérdida la confianza.
Cuando la confianza se ha perdido porque se ha roto alguna promesa, como primer punto la persona que falló debe reconocer y asumir su responsabilidad. Después de que haya hecho esto, es más probable que su pareja la escuche. Una vez asumida la responsabilidad, es necesario pedir perdón. Cuando nos sentimos lastimados, muchas veces deseamos escuchar del otro una disculpa sincera y, debido a que pedir perdón no es nada fácil, por lo general su pareja lo valorará.
Luego, enfóquese en lo que su pareja siente y desea, pregúntele si hay algo que pueda hacer para que él/ella se sienta mejor. Escuche atentamente su respuesta y haga todo lo que esté a su alcance para satisfacer la petición que su pareja le haga. Muchas veces cuando nos sentimos traicionados lo que necesitamos es estar un tiempo a solas, llorar, descargar de alguna forma el enojo, etc. y es importante que nuestra pareja lo entienda y nos acompañe en este proceso.
Por último, debe crearse un nuevo acuerdo con la pareja, renovar las promesas rotas, enfatizando su compromiso con éstas, lo cual le hace ver a la otra persona que él/ella está realmente deseoso de cambiar.
Por otro lado, cuando la confianza se ha perdido por la acumulación de heridas sin sanar, lo que sucede es que algo aparentemente insignificante provoca un caos en la relación, e incluso, puede suceder que uno de los miembros ni siquiera se percate de que ha transgredido la confianza. En este caso, primero debe reconocerse el dolor del otro, validar al cien por ciento lo que su pareja está sintiendo, permitir que él/ella se exprese, pues lo que desea es ser escuchado.
Un buen ejemplo de algo que provoca la acumulación de heridas en una pareja son los malos entendidos. Para terminar con ellos es bueno preguntar "¿a qué creíste que me refería yo con...?" Por lo general, asumimos que los demás reaccionan ante nuestras palabras del mismo modo que nosotros lo haríamos, pero esto no necesariamente es así. Al conocer cuál fue la interpretación que le dio nuestra pareja, podremos comprender sus sentimientos y reacción más fácilmente.
Toda vez que los malos entendidos se hayan aclarado, lo siguiente es recordarle a su pareja cuánto le importa y la ama. Cuando nos sentimos heridos, una de las cosas que más nos duele es el pensamiento de ser rechazado o sentir la indiferencia por parte de nuestra pareja, mientras que al darnos cuenta de cuánto nos ama el otro la confianza puede restaurarse más fácilmente.
Debido a que la confianza es uno de los principales aspectos en una relación de pareja, vale la pena evaluar constantemente cómo está el nivel de confianza dentro de mi relación y, en caso de que se encuentre dañada, actuar rápidamente para reparar el daño lo antes posible.
Psicología de Pareja
Licda. Psicología Clínica
Magister en Terapia Familiar y de Pareja (España)
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