miércoles, 13 de marzo de 2013

El niño interior – Sanado la Raiz de los Problemas Emocionales

Lo que voy a contarte a continuación me sucedió el 18 de Enero, 2013 a las 4 a.m.

Sucede que el día anterior a esa noche tenía muchos compromisos laborales que no me dejaron dormir, fue por ello que decidí levantarme a tratar de hacer ejercicios de respiración, afirmaciones positivas y otras de técnicas de relajación que conozco.

Ninguna me dió resultado pues, por más que trataba de concentrarme, la mente seguía atacándome con culpas y preocupaciones.

En Teoría se que “preocuparme es como tratar de aserrar aserrín”, mas sin embargo NO podía hacer que mi mente se calmara para poder volverme a dormir.

Por más que trataba de concentrarme en relajar mi cuerpo a través de la respiración consciente y las afirmaciones positivas nada podía contra la mente parlante que cada vez más iba tomando en control.

Decidí probar con otra estrategia: “Comenzar a Observar mis Pensamientos”

A continuación muestro los pensamientos que se me presentaron:
  • Se te olvidó hacer esto ayer
  • Tienes muchos pendientes por hacer hoy
  • Levántate ya y se productivo!!!
  • Si no pagas el recibo te van a cortar el servicio
  • Perdiste dinero por que se te olvidó eso!!!
  • Olvidaste anotar en la agenda aquello!!!
  • ¿Que estoy haciendo?, Este ejercicio de observar mis pensamientos NO SIRVE!!!
  • Mejor ponte a Meditar… (Fue cuando me senté en postura de meditación y trate de enfocarme en la respiración)… Al poco tiempo comenzó la mente a seguir con su parloteo:
  • Estas meditando mal!!!
  • Me esta doliendo la espalda!!!
  • No respiras lo suficiente!!!
  • En lugar de estar haciendo esto deberías estar trabajando
  • Y la lista podría seguir y seguir…
En ese momento recordé que las personas tenemos un promedio de 50,000 pensamientos por día y yo ya llevaba como 500!!!

Fue en ese momento cuando decidí recurrir a la oración y comencé a repetir en silencio…
“Pongo el Futuro en Manos de Dios”
“Perdono esto y lo veo de otra forma”

Esto comenzó a calmarme poco a poco y de repente se me vino un PENSAMIENTO:
“ATIENDE A TU NIÑO”

Fue como si una “Gran Revelación” se hubiera presentado frente a mi:
“Atiende a tu Niño”

Decidí hacerle caso y comencé a visualizarme como un niño pequeño.

Ya que traje a mi mente como yo era de niño, comencé a platicar con ese ser inocente y perfecto que solía ser.

Lo que pasó luego fue ALGO EXTRAORDINARIO!!!

Me di cuenta en ese preciso instante que la mejor técnica para deshacer a la mente parlante era:
AMANDO A MI NIÑO INTERIOR!!!

Y con amar al niño interior me refiero a tener un encuentro íntimo y preguntarle cariñosamente: ¿Que necesitas?, Estoy a tu servicio precioso, ¿Como puedo hacerte sentir amado, apreciado y protegido hoy?

Hace tiempo escuche una frase que dice:
“Los miedos son las partes de mi ser que están esperando ser amadas”

Y esa mente parlante que tuve ese día ERA JUSTAMENTE ESO: PURO MIEDO!!!

Miedo al Futuro, Miedo al Pasado, Miedo por NO ser lo suficientemente bueno, Miedo por haberle fallado a un cliente, Miedo por no haber cumplido con la promesa que le hice a mi hijo, Miedo por no cumplir con las expectativas “ilusorias” que yo mismo había fabricado en mi mente hacia mi esposa, mis padres, mis amigos, etc.
Mi mente parlante se calmó hasta que atendí a la RAIZ DEL PROBLEMA:
El Niño Interior!!!

Ese es el propósito de estas meditaciones que escucharas a continuacion es IR A LA RAÍZ y reconciliarnos con ese ser maravilloso que todos llevamos dentro.

Al Niño Interior se le conoce también como subconsciente o programación.

La terminología puede variar, pero lo que verdaderamente importa es comprender que para poder sanar de forma consistente debemos ir a la causa del sufrimiento.

Estoy convencido que todos los problemas de la humanidad provienen de la programación, y es sanando al Niño Interior como se deshacen todas esas creencias limitantes.

Los Buenos Padres

Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita,
Le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.

Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo,
Le enseñan que la felicidad depende de cada uno.

Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo,
Le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.

Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz,
Le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor,
aún en lo más sencillo.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo
a superar siempre a los demás,
Le enseñan a superarse a sí mismo.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo
a decir todo lo que piensa,
Le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta
y que debemos ser cautelosos al expresar nuestras opiniones,
teniendo en cuenta los sentimientos de los demás.

Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo,
Le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores.

Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos,
Le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito.

Los buenos padres no convencen a su hijo de su importancia
en la sociedad,
Le enseñan que sirviendo se volverá importante para ella.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a ser crítico
y resentido ante las injusticias,
Le enseñan a contribuir en paz y a construir la justicia.

Desconozco a su autor


Padres demasiado permisivos, hijos descontrolados


Cuando uno piensa en padres demasiado permisivos, la imagen que nos viene a la mente es la de padres que dicen a todo que sí, que no cuestionan el comportamiento de sus hijos, aún cuando se pasan de la raya, y en el caso más extremo, que directamente no imponen reglas de conducta y buenos modales.

Sin embargo, aquellos padres que proporcionan una red de seguridad permanente a sus hijos, que incluso les impiden vivir sus propias experiencias, haciéndose cargo de las consecuencias, logran el mismo efecto que los padres demasiado permisivos.

Por eso, hoy te contamos algunas señales a las que debes prestarle atención para saber si tú y tu pareja se están convirtiendo en padres permisivos.

Atención a los límites y a las rutinas

La falta de rutina en la vida de nuestros hijos puede traer como consecuencia que nuestros niños se transformen en niños malcriados, consentidos y perezosos, sin conciencia de sus responsabilidades. Los límites deben existir para que nuestros hijos puedan sociabilizar y las rutinas los ayudan a organizar sus horarios y sus responsabilidades.

A veces puede resultar más fácil ceder ante las demandas de nuestros hijos, en lugar de tener que entrar en una discusión y un debate. Pero esto es una solución, escoge tus batallas, puedes dejar pasar aquellas cosas que no tienen importancia, pero para ciertas cosas, deberás enfrentar la situación de establecer el límite con tu hijo.

Padres sí, amigos no
Lo que diferencia un padre de un amigo es el ejercicio de la autoridad, que no debe confundirse con autoritarismo. Cuando un padre ejerce autoridad, le está diciendo a su hijo que sabe qué es lo mejor para él y al mismo tiempo le permite vivir sus propias experiencias; cuando un padre ejerce autoridad, es que antes creó un vínculo con su hijo que hace que éste se sienta contenido y en confianza.

Como padres debemos ser conscientes que así como les damos libertades a nuestros hijos, también estamos allí para establecer límites y hacerlos responsables de las consecuencias de sus malas acciones o mal comportamiento.

Si has aceptado regalarle a tu hijo adolescente el último celular, también podrás quitárselo si sus calificaciones en el colegio bajan estrepitosamente, por ejemplo.

Los límites y las rutinas se construyen diariamente, así como un vínculo saludable con nuestros hijos, basados en el amor y el respeto mutuo.

Fuente: Entre Padres 

¿Qué hacer si mi hijo está deprimido?


Muchas veces nosotros, los adultos, pensamos que los niños no tienen razón alguna para deprimirse y descartamos de inmediato que nuestro hijo pueda sufrir de depresión. Sin embargo, esta enfermedad existe, incluso, en niños muy pequeños y si bien es difícil de tratar, no es imposible de curar.

Ser padres no es una tarea fácil, no hay una fórmula casera para adquirir la receta del padre ideal, pero sí hay muchas herramientas con las que contamos para hacer que nuestro deber por educar a nuestros hijos no se convierta en un problema imposible de resolver. Aquí te contamos sobre la depresión en los niños, sus síntomas más comúnes y qué hacer si nuestro hijo está deprimido.

Depresión infantil

La depresión es una enfermedad y, como todas las enfermedades, tienen síntomas que ayudan a identificarla y a eliminarla. Saber que nuestro hijo sufre de depresión no debe ser un problema mayor del que ya es, debemos asumirlo con responsabilidad y sobre todo con amor, que es lo que nuestro hijo más necesita.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión en niños?

Si en alguna ocasión vemos que nuestro hijo está triste es algo normal, debemos saber que todos los seres humanos tenemos días difíciles y otros no tanto. Pero si vemos que la tristeza en nuestro hijo se convierte en una constante, hay que prestarle más atención porque es uno de los síntomas de la depresión.

Otros signos de depresión en niños son el llanto, el aislamiento y con ello el aumento de la sensibilidad, especialmente al rechazo, dolores de estómago o de cabeza, cansancio, exceso de sueño o insomnio. Estos son algunos indicios de los más frecuentes.

Asimismo, están entre los síntomas la irritabilidad o ira, los cambios en el apetito -ya sea porque come en exceso o porque ha disminuido en la cantidad que usualmente consumía-, la fatiga o baja energía, los sentimientos de inutilidad o de culpa frente a cualquier situación y la dificultad para pensar o concentrarse.

Si estos persisten durante más de dos semanas lo más recomendable es que se consulte un profesional que lo ayude.

¿Qué debemos hacer los padres si un hijo está deprimido?

Para un padre es difícil pensar que su hijo está deprimido o que la depresión es una enfermedad que requiere un tratamiento adecuado. Por ello es recomendable que si notamos los síntomas mencionados anteriormente, no subestimarlos, sino actuar con tranquilidad pero a pasos de gigante.

Genera un lazo de confianza con tu hijo, sé su amigo y compañero, házle saber que la mayoría de las cosas no son permanentes, ni las buenas, ni las malas, y por eso hay que seguir, para que las malas se olviden y para que las buenas sean más.

Fuente: Entre Padres 

Si Puedes Vencer el Bullying

Claro que Sí!!!!!, Pero para lograrlo debemos ser persistentes y nunca desistir, luchar y luchar todo el tiempo. Con nuestra ayuda como padres, de sus profesores y enseñándoles buenas actitudes , estamos seguros que lograremos prevenir y controlar el Bullying.

En este artículo enfocaremos el fenómeno del bullying desde el punto de vista del niño o niña que es agredido, desde el punto de vista de ese ser humano que no se encuentra preparado para enfrentar una situación como esa y además no cuenta con las herramientas necesarias para hacerlo.

Debemos enseñarle, y repetirle las siguientes declaraciones que le fortalecerán el espíritu y su capacidad de defenderse y responder ante una agresión:

1. Insístele que no sienta miedo, que no se asuste ni que llore, debes explicarle que es eso lo que precisamente pretende y busca su agresor.

2. Si te insulta y se burla de ti, sigue caminando no le prestes atención a tus insultos ni a lo que te dice, aconséjale que corra si es necesario y que busque la protección de un adulto.

3. Busca un adulto para que te acompañe cuando el agresor quiera hacerle daño y causarle dolor, puede ser un hermano a quien le tenga confianza para que lo proteja.

4. Dale el mensaje que él no tiene la culpa de nada de lo que está pasándole y que por el contrario no es quien ha buscado que el agresor le siga haciendo daño.

5. Hazle saber a tu hijo que está rodeado de personas que lo quieren como sus padres, familia amigos y hermanos.

6. Inculca valores de tolerancia amor y respeto hacia las personas que lo rodean.

Como padres debemos seguir una serie de estrategias y lineamientos que nos permitirán ayudarles a nuestros hijos a combatir este fenómeno, entre estas estrategias puedes utilizar las siguientes:

1. Escucha con atención todo lo que te cuenta tu hijo, no te impresiones ni te asustes con lo que te cuenta.

2. No le enseñes a tu hijo que tome la justicia por sus manos o que se vengue de esa persona ya que la violencia no sirve para nada y sólo traerá más violencia.

3. Ponte en contacto con el profesor de tu hijo para que sepa exactamente qué le está pasando, pídeles su colaboración sobre lo que ocurre. Consulta con un psicólogo, para que haga seguimiento del caso, establezca un plan que le ayude a tu hijo a liberarse de las consecuencias emocionales derivadas de una situación como la que está viviendo.

4. En caso de que el acoso continúe, tendrás que consultar a un abogado. Un abogado que tenga conocimiento del fenómeno y que pueda ayudarte.

Insistimos que la mejor y más eficaz herramienta que tenemos los padres es mantener un estrecho vínculo con nuestros hijos que nos permita saber qué le está pasando en cada momento y establecer qué medidas tomar para ayudarle.

Gracias
PadresExpertos.com