jueves, 26 de septiembre de 2013

La vida siempre tiene sentido

La vida siempre tiene sentido, solo hay que dedicarse a vivirla
plenamente

La vida empieza a tener sentido cuando ayudas a otro, a ponerse de pie y
a andar. Cuando respiras hinchando tus pulmones de aire, y notas que no
estas solo a pesar de estar en el desierto. Cuando miras al cielo y ves
las estrellas que dominan el firmamento, y comprendes que no estas solo,
y comprendes que la vida es mucho mas que el simple palpitar de tu
corazón.

La vida tiene sentido cuando andas, cuando evolucionas, y no dejas tras
de ti amargura. Cuando tras de ti has dejado amigos y hermanos, cuando
has dejado un grato recuerdo en todo aquel que te ha conocido, es cuando
la vida tiene sentido.

Si tras de ti has dejado odio, esas serán las raíces que darán en el
futuro frutos amargos; si la planta que crece tiene raíces de amor, los
frutos serán dulces y serán tu alimento en el andar de cada día.

Apoya tu mano sobre el hombro de aquellos que andan contigo, porque si
te sientes débil ellos te reconfortaran y si te sientes fuerte andarás
mas de prisa. No te ates a las alabanzas. El que te quiere no te alaba,
te apoya sin palabras. Sabrás quien es el que te quiere cuando te veas
reflejado en el.

Busca tu gloria, en la gloria de los demás, y los demás buscaran su
gloria en ti.

Si hablas a los demás, que tu palabra sea limpia; pero no hables con
orgullo, porque hacerlo es hablar con falsedad.

Usa todo lo que la naturaleza pone a tu alcance. No malgastes tu tiempo.
Tienes poco tiempo; justo el que estas disfrutando ahora. Trata de
conocerte. No te mal utilices. Busca dentro de ti la solución a tus
problemas. Si tienes que atarte, átate a ti mismo.

No culpes a los demás de tus propios errores. Se tu propio juez; pero un
juez justo.

Si andas por un bosque ten cuidado, porque habrá ramas bajas, te puedes
golpear contra esas ramas. No es necesario que las cortes, simplemente
agáchate un poco para volver a levantarte inmediatamente, la rama
quedara frustrada en su intento de dañarte.

No pronuncies la palabra imposible!, porque todo es posible dentro de ti
si vas dirigido positivamente; si vas dirigido negativamente, poco a
poco te iras hundiendo; conseguirás tal vez logros parciales,
inmediatos, pero te estarás hundiendo. Si vas positivamente, quizás los
logros sean mas a largo plazo, pero te estarás elevando.

Solo pasa hambre el que no sabe que tiene dos manos. Si alimentas tu
cuerpo para que te sirva, debes también alimentar tu alma, para que
también te sirva. Un alma poco alimentada es un alma débil, sin fuerza.
Un alma bien alimentada es un alma que genera energía, que contagia, que
anima. Cuida bien todas aquellas cosas que afectan la evolución de tu
alma.

Nunca hables con miedo, porque las palabras se volverán contra ti. Si
tienes miedo no hables, porque el miedo es también contagioso. Habla
mirando a los ojos, transmite tu fuerza en tu mirada.

Si quieres saber como es Dios, mira volar un ave, mira crecer una flor,
mira a los astros moverse, y veras que en ellos se expresa la
perfección.

Desconozco a su autor


Un mensaje para los que tienen hijos

Ningún hijo, nos pide que lo traigamos al mundo, ser padres encierra obligaciones; no descargues sobre ellos ..lo que no te atreves a enfrentar en otros.

......Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar; te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.

Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso, te levanté por los cabellos y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato. Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del carro llevabas la mirada perdida.

Te despediste de mí tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal. Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puesto unos pantalones nuevos y estabas sucio y mojado. Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos ... ¡que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte!

Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mí te indiqué que caminaras erguido. Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa. A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque tú no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y fui a mi estudio.

Al poco rato mi ira comenzó a apagarse. Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude . ¿Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido ... ?

Luego escuché unos golpecitos en la puerta ... "Adelante" - dije, adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación. Me volví con seriedad hacia ti. "¿Te vas a dormir? ¿Vienes a despedirte?" No contestaste. Caminaste lentamente, con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.

Te abracé y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito. Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suave en la mejilla. Sentí que mi alma se quebrantaba. "Hasta mañana, papito" - me dijiste. Me quedé helado en mi silla. ¿Qué es lo que estaba haciendo? ¿Por qué me desesperaba tan fácilmente? Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta ... a exigirte como si fueses igual a mí y ciertamente no eras igual.

Tú tenías una calidad humana de la que yo carecía; eras legítimo, puro, bueno y sobre todo, sabías demostrar amor ... ¿Por qué me costaba a mí tanto trabajo?, ¿Por qué tenía el hábito de estar siempre enojado?, ¿Qué es lo que me estaba aburriendo?. Yo también fui niño ... ¿Cuándo fue que comencé a contaminarme?. Después de un rato entré a tu habitación y encendí la luz con sigilo.

Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entre abierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé... Me incliné para rozar con mis labios tus mejillas, respiré tu aroma limpio y dulce. No pude contener el sollozo y cerré los ojos. Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste. Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio.

Es tan difícil aprender a controlarse y comprender la pureza que tienen nuestros hijos. Somos los adultos quienes los hacemos temerosos, rencorosos, violentos.. Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación. Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día, cuando leas esta carta,sabrás que a veces nuestros padres no son perfectos. Pero sobre todo, ojalá que siempre te des cuenta que, pese a todos nuestros errores, te amamos más que a Nuestra propia vida......

Tu papá...