viernes, 3 de enero de 2014

El amor en la adolescencia

El amor en la adolescencia suele vivirse de manera muy intensa, existe una gran ilusión del primer amor, Sin embargo llega maquillado por una gran cantidad expectativas que se han alimentado a través de lo aprendido en la vida, por ejemplo:

En la familia, ya sea repitiendo patrones o queriendo cambiarlos totalmente, influyen también los medios de comunicación, los cuentos color de rosa, películas de amor tormentosas, telenovelas en donde mágicamente a través del sacrificio se consigue el amor de aquel que tanto nos desprecia, canciones que hablan de amores maravillosos y perfectos etc. enseñan que el amor o se sufre mucho o todo es de ensueño. Por ello cuando se viven las primeras relaciones se cree debería ser parecido a lo que teóricamente se conoce o se tiene la fantasía de poder cambiar la historia.

Otro factor que interviene de manera importante es el enamoramiento que se presenta en el inicio de las relaciones, que es en realidad una distorsión de la percepción, se exageran las cualidades y se cree que la otra persona es la ideal para compartir con ella el resto de la vida; afortunadamente el tiempo hace milagros y permite descubrir la esencia real de la persona.

Dentro de las relaciones de pareja se tratan de cubrir las carencias afectivas que se vivieron en la infancia, con el amor de la pareja. A través de la vida se aprende a hacerse responsable de sí mismo, pero en esta etapa, los adolescentes aún no tienen una identidad bien definida y viven las frustraciones, los fracasos y las experiencias felices de manera más egocéntrica, como si solamente fueran los únicos en el mundo a quien sucedieran estos eventos y jamás fuera a pasar el dolor, sin embargo pasa más rápido de lo que ellos mismo imaginan.

La experiencia en el amor es fundamental como en muchas otras cosas, el o la adolescente tendrá que besar a muchos sapos antes de encontrar su príncipe azul, es importante que no se deje llevar por la desesperación si éste tarda en llegar, después de todo la historia de su vida amorosa apenas empieza.

Es mejor esperar a que alguien nos ame por lo que somos y no entregarnos a quien amamos pero no nos ama por el miedo a la soledad, porque el precio sería perderse a sí mismo.

“Se sigue viviendo aunque perdamos a quien no nos ama, pero no podemos vivir si nos perdemos a nosotros mismos”

Fuente: Todo para padres e hijos 

La sobreprotección

El reclamo de independencia que encierra la frase "yo solo" pronunciada por el pequeño, deseoso de valerse por sí mismo, es a veces poco entendida por los mayores quienes con su actuación impiden a los niños satisfacer esa necesidad.

Existen padres y abuelos que consideran una obligación hacerles todo a los hijos y nietos. Los preservan de las más mínimas dificultades y los muchachos crecen carentes de iniciativas, acostumbrados a que otros resuelvan sus problemas.

No se trata de dejar solos a los hijos, pero la función de los padres es guiarlos, no actuar por ellos, permitir su desarrollo de acuerdo con las posibilidades, edad y madurez que posean.

Cuando se estimula su sentido de autodeterminación y se les ayuda a vencer los obstáculos que en la vida se le presentan, los adultos contribuyen a la adaptación del pequeño a las exigencias del medio social con el cual él entra en contacto desde que nace.

La independencia constituye un proceso que demanda mecanismos de defensa que el propio niño va perfeccionando con sus vivencias, así deja de ser esa "personita" indefensa y desamparada, dependiente por completo de los adultos.

Si los padres y mayores no estimulan ese proceso y se comportan de una manera sobreprotectora, esta actitud redundará de forma perjudicial en la formación infantil, en su personalidad, carácter y los incapacitará para desenvolverse en la vida.

Como resultado de ese proceder erróneo se manifiestan conductas críticas de aquellos menores que fueron educados en una urna de cristal y por lo general no se adaptan al círculo infantil o a la escuela.

Hay casos que incluso requieren la ayuda de un psicólogo porque no asimilan los contenidos docentes y manifiestan actitudes negativas a causa de esa indefensión que sienten separados de los padres, quienes les prodigan mimos excesivos.

Lo más frecuente es que el adolescente cuya niñez transcurrió bajo la falda materna sea inseguro, temeroso y afronte grandes obstáculos que impidan su afirmación social, por eso es imprescindible evitar esos dañinos métodos de crianza.

No debe olvidarse que éstos repercutirán en problemas de personalidad y en la falta de éxito del joven en la vida, porque si la desatención y el desamor son altamente perjudiciales, también resultan muy dañinas las actitudes posesivas y sobreprotectoras.

Fuente: Todo para padres e hijos