martes, 30 de julio de 2013

Papá, Mamá, ¿De dónde vienen los bebés?

Mamá, ¿de dónde vienen los niños?”, le preguntó Daniela, de 5 años, a su madre Rosario. Ella se incomodó un poco ante la interrogante y luego le dijo que la cigüeña los traía de París.
“Me tomó tan de sorpresa la pregunta que lo único que atiné fue a echarle el cuento de la cigüeña. No esperaba que mi niña, tan chiquitita, me pregunte de estas cosas. Ahora no sé cómo hablarle, si volver a retomar el tema y decirle la verdad sobre cómo nacen los bebés”, manifestó Rosario.
Roberto contó que casi se cae de espalda cuando su hijo, de seis años, le preguntó sin rodeos: “¿Papá que significa sexo?”
“Primero no sabía qué responderle. Comencé con un preámbulo. Le dije que los seres vivos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Cuando le estaba hablando de que una mujer necesita de un hombre para tener un bebe, él me interrumpió interrogándome: ¿Papi los bebés crecen en la barriga porque las mamás comen mucho y luego va creciendo su panza y de ahí salen los niños?’. Lo abracé y comencé a explicarle que papá y mamá se amaban y que fruto de ese amor es que él creció en el vientre de la mami, y quedó satisfecho”, relató.

Hablar sin temor
Lo más conveniente es hablar con naturalidad, aconseja la psicóloga Claudia Tórrez, para que el niño tenga confianza, reciba una buena formación y siempre que tenga dudas recurra a sus padres y no a terceras personas que lo pueden orientar equivocadamente.
Dice que hablar de sexo con los chicos es muy importante porque se los ayuda a identificarse y a tener conocimiento sobre su futura vida sexual.
Lo ideal es hablar cuando ellos comienzan a preguntar, que es alrededor de los cuatro a cinco años, ya que a esa edad es cuando se dan cuenta de que son diferentes entre varones y mujeres. Para ello, agrega, es necesario que los progenitores estén preparados y hablen sin temor.

Hay que responder dependiendo de la edad
La psicóloga y terapeuta sexual Rossy Zabala explica que si bien el psicoanálisis tradicional plantea el esclarecimiento sexual al chico alrededor de los 10 años, en este contexto social y cultural es bueno realizarlo cuando se lo requiera, pues el desarrollo de la técnica, instrumentos como son los medios masivos de comunicación, no permiten al pequeño reprimir su pulsión de saber e investigar acerca de la sexualidad, por lo tanto el periodo de latencia (alrededor de los seis años, que coincide con el ingreso de la criatura a la etapa escolar) ha sido dejado de lado.
“Es bueno no mentirle al niño con viejo cuento, ya obsoleto de la cigüeña o que los niños vienen de París, pues el infante trae consigo inconscientemente el saber”, señala la terapeuta.

Sigue siendo un tabú
La psicóloga y máster en educación sexual Mónica Rivero afirma que el tema de la sexualidad sigue siendo un tabú para muchos padres. Una de las causas precisamente se debe a que a ellos mismos se les ocultó cierta información o no se les habló al respecto.
“Hoy estamos ante un mundo con bastante información, la cual nuestros hijos captan: la televisión, la Internet, amigos, etc. Sin embargo, la mayoría de esta información es negativa para la formación sexual de los chicos. Por ello, debemos tener en claro que la información que nosotros no le damos como papás, ellos la conseguirán de una u otra forma”, asegura la especialista.

No hay edad marcada para hablar de sexo
Mónica resalta que la educación sexual se la va construyendo día a día y que no se trata de hablar específicamente del tema. Tampoco hay una edad marcada para empezar a decirles, dado que la educación en este campo es un proceso que acompaña a su crecimiento, pero lamentablemente los padres se preocupan del peso, talla, alimentación y olvidan una parte fundamental, que es parte de los seres humanos, como es la sexualidad.
“Les estamos hablando de sexualidad indirectamente desde que les cambiamos el pañal y ellos se tocan y ¿cuál es nuestra reacción? La mayoría reacciona diciendo: eso no se hace, es sucio. También cuando caminamos desnudos en la casa y no queremos que nos vean, cuando les decimos que esas son cosas de grandes, etc. Son actitudes que influyen negativamente en ellos”, advierte Mónica.

Premisas básicas

Claudia recomienda cuatro puntos básicos para hablar con los niños sobre la sexualidad:

Hay que decir siempre la verdad, no inventarse ninguna historia.

Siempre hay que llamar a las cosas por su nombre. Se debe decir el nombre correcto de las partes del cuerpo, por ejemplo pene y vagina, con el fin de no provocarle más confusión sobre la sexualidad.

Hay que facilitarles el camino cuando ellos se deciden a hablar acerca del tema, dado que la mayoría de los chicos tiene reparo o vergüenza de formular una pregunta y los papás pueden adelantar como una forma de complicidad con ellos.

Siempre se tiene que relacionar el tema de la sexualidad con el amor, como algo que implica cariño, responsabilidad y generosidad.

Lo que no se debe hacer
Rossy dice que hay cosas que los padres nunca deben hacer cuando su hijo le pregunte acerca del tema de sexualidad:

Nunca mentirle
El niño ya tiene un pequeño saber en temas de sexualidad, pues su pulsión de ver y escuchar lo ha llevado a investigar sobre este tema y lo que hace es cerciorarse, a través de un adulto, para confirmar sus dudas e inquietudes.

No se escandalicen
Sus hijos tienen todo el derecho a preguntar sobre lo que ignoran o no entienden. Si ustedes se escandalizan de sus preguntas, ellos pueden creer que están haciendo algo que no corresponde a su edad, y que los niños no deben intentar indagar sobre este tema. En realidad, el susto que demuestran los padres atemoriza especialmente al infante.

No se burlen de sus comentarios
Dejar a su pequeño en ridículo delante de una visita, o reírse de sus observaciones o comentarios sobre el sexo, ocasiona en su autoestima una humillante herida que puede tener efectos perniciosos más adelante, no se atreverá a actuar con naturalidad, a ser él mismo, por temor a decepcionar a sus progenitores.

No muestren disgusto
Si cuando su hijo le pregunta o hace algún comentario en relación al sexo ustedes se enfadan o los retean por lo que ha dicho, él puede creer que está haciendo algo malo o que está prohibido para los niños, y que, por lo tanto, merece un castigo, nada más lejos de la realidad.
Su sano e inteligente deseo de saber puede verse mutilado, y esto puede afectar otras áreas de su aprendizaje. Por ello, los padres deben hablar con sus hijos con absoluta naturalidad.

No los ignoren
La confianza de un niño se la va ganando día a día, pero se la puede perder en un instante. Si su hijo no se siente respetado o intuye que nadie le hace caso y que sus padres prefieren ignorar sus preguntas, se creerá menospreciado y tenderá a rehuir el diálogo con los adultos. Probablemente, en la siguiente ocasión preferirá no preguntarles.

Cuando no preguntan
Rossy explica que cuando un infante no pregunta no significa que no quiere saber, sino más bien que teme saber.
“El miedo al conocimiento se instaura muy fácilmente en los niños porque en realidad éste siempre implica traspasar algún límite y entrar en lo desconocido, asociado a lo oscuro y lo misterioso. Puede ser que su temor se deba a que sus padres no estuvieron demasiado atentos a sus inquietudes o a que no las tomaron en serio o a que se sobrepasaron al ofrecerle una información que no había pedido”, expresa la psicóloga y terapeuta sexual.

Manifiesta que se debe tener en cuenta que el niño no es capaz de asimilar todas las explicaciones que les dan, simplemente retiene y comprende realmente aquello que es capaz de integrar de una forma afectiva. En cambio, el infante rechazará la información que no puede transcribir en su lenguaje emocional o la interpretará de forma diversa, según la etapa evolutiva por la que esté atravesando.

Algunas sugerencias
La recomendación de los psicólogos es que los padres deben estar preparados para abordar la sexualidad con sus hijos. No existe una diferenciación entre quien debe hablar con sus hijos, aunque es mejor si lo hacen ambos.


Mónica afirma que tanto el papá como la mamá son los responsables de hablarles, sin importar si es una niña o niño.
“Para hablar con un niño de temas relacionados con el sexo, es mejor hacerlo a solas, sin otros hermanos o familiares que puedan coartar su naturalidad, en un clima de intimidad, pero no en secreto. Los chicos se sienten más cómodos preguntando si encuentran en sus padres y educadores una actitud abierta y franca. Solo así se atreverá a plantear sus dudas”, aconseja Rossy.


Agrega que a sus preguntas e inquietudes no se les debe contestar con prisa o en situaciones en las que se dispone de poco tiempo; es más conveniente hacerlo tranquilamente en días festivos o cuando están de vacaciones. A veces, antes de responderles, se les puede consultar qué opinan al respecto, de este modo se tendrá una idea aproximada del grado de conocimiento que tienen los niños.
“Estas conversaciones no hay que forzarlas, los niños preguntan cuando sienten la necesidad de hacerlo, no porque los adultos se lo impongan”, remarca Claudia.

Para hablar con ellos
Mónica detalla que alrededor de los 4 o 5 años les viene la curiosidad por saber de dónde llegan los bebés. Hay que hablarles con la verdad que incluye las distintas maneras: normal o cesárea. No es necesario entrar en detalles. No hay que ir más allá porque no entenderán.
A medida que pasan los años, prosigue la experta, sus curiosidades serán otras. Si en la primera etapa no les contestaron o ven cierta incomodidad, ellos darán por sentado que de estos temas no se debe preguntar, sentirán que hay algo oculto y aumentará su curiosidad.
“Los niños captan más nuestras actitudes que lo que decimos. Por ello, al hablar de sexualidad es indispensable hacer un trabajo introspectivo, es decir analizar nuestros miedos y sentimientos que nos producen estos temas, de lo contrario tendremos las mismas actitudes y prejuicios que tuvieron con nosotros”, concluye Mónica.

Respondiendo sus preguntas

Los psicólogos brindan algunas pautas para responder a preguntas que hacen los niños sobre sexo, que también se pueden aplicar a otras consultas complicadas que ellos hacen a los papás:

- Si les tomaron por sorpresa y no saben qué decir, o si les incomoda la idea de hablar al respecto mientras están en un autobús lleno, puede decir: “Excelente pregunta. Hablemos sobre esto cuando lleguemos a casa”. Así tendrán tiempo para organizar sus pensamientos.

- Muestren una actitud relajada y confiada al responder.

- Comiencen preguntándole al niño lo que sabe, lo que ha oído, y por qué le interesa. Quizás se confundió con la idea de que los bebés vienen del vientre de la mamá porque no puede figurar cómo puede la comida estar en el mismo lugar que el bebé. Ustedes pueden decir: “Hay un lugar especial en el cuerpo de las mujeres que se llama útero, y los bebés están cómodos allí mientras van creciendo”. Si al niño le satisface esa explicación, pueden ver si tiene otras preguntas.

- Utilicen un lenguaje claro y sencillo, adecuado para su edad.

- Usen las palabras apropiadas y no algunas que se escuchan hasta tontas. Aunque les de vergüenza, no hay que evitar palabras tales como senos, pene o vagina. Si los niños aprenden los nombres apropiados para las otras partes del cuerpo, también deben aprender los nombres correctos para las relacionadas con la reproducción y el placer sexual.

- Hablen simplemente. Por ejemplo, pueden decirle algo como: “Vos empezaste a crecer en mi útero cuando una semilla mía y el esperma de papá se juntaron”. Pueden sembrar semillas y ver crecer flores y verduras. Si el hijo curioso quiere saber más de lo que están preparados a discutir, pidan ayuda a amigos o recurran a libros. Si no saben cómo explicarles adecuadamente, existen una serie de libros extraordinarios, especialmente diseñados para los niños que les pueden orientar.

- Se vale decir no sé, voy a pensar, voy a averiguar o vamos a preguntarle a tu papá, porque yo soy niña (o viceversa) si esto no es el caso, investiguen y retómenlo después, pero nunca lo dejen pasar.

- Transmítanle a su hijo que la sexualidad es bella y natural.

Fuente: El amor lo mas dulce 

Oración para los padres

Señor:
Ayúdame a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que tengan que decir, a contestar con cariño todas sus preguntas.
Haceme tan amable con ellos, como quisiera que lo fueran conmigo.
No me permitas interrumpirlos, hablándoles de mal modo, si no enseñándoles con amor.
Dame valor de confesar mis faltas para con mis hijos, no permitas que me burle de sus errores, ni que los humille o avergüence delante de sus amigos o hermanos como castigo.
No permitas que induzca a mis hijos ha hacer cosas indebidas por seguir mi mal ejemplo.
Te pido que me guíes todas las horas del día, para que pueda demostrarles, por todo lo que diga y haga, que la honestidad es fuente de felicidad.
Reducí, te lo ruego, el egoísmo que hay dentro de mí. Hacé que cese mis críticas de las faltas ajenas, que cuando la ira trate de dominarme, me ayudes, oh Señor, a contener mi lengua.
Hacé que tenga siempre a flor de labios una palabra de estímulo.
Ayúdame a tratar a mis hijos, conforme a sus edades, y no me permitas que de los menores exija el criterio y normas de vida propia de los adultos.
No permitas que les robe las oportunidades de actuar por sí mismos con responsabilidad, de pensar, escoger y tomar sus decisiones de acuerdo a su edad.
Prohibirme Señor que los agreda física o verbalmente, con el pretexto de corregirlos, por el contrario que siempre tenga para ellos: tiempo, abrazos, amor y besos, que son cuatro pasos que como ángeles de la guarda debo yo regalarles.
Permitirme el poder satisfacer sus deseos justos, pero dame valor siempre de negarles un privilegio que sé que les causará daño.
Haceme tan justo, tan considerado y amigo de mis hijos, que me sigan por amor y no por temor. Este deseo es enorme, Señor.
Ayúdame, en fin, a ser un líder para ellos y no un jefe. Te lo pido de todo corazón. Concédeme esto, por favor.
¡Señor, quiero ser como usted, para que valga la pena que mis hijos sean como yo! 
Amén.

Desconozco a su autor

El llanto de un niño por Rose Mary Espinosa

La ciberdenuncia volvió a hacer de las suyas: ¡Bravo! Ella sí anotó gol. La difusión del video en que Juan Diego López Jiménez, trabajador del municipio Centro, Tabasco, hace llorar a un menor por vender dulces y cigarros y lo fuerza a echar al suelo, uno a uno, los productos de su mercancía, provocó que el funcionario fuera separado del cargo con vistas a su cesación. Es insultante cómo López Jiménez se mantiene firme e indiferente --aun ante el llanto del niño--, pero, eso sí, toma las cajetillas de cigarros y se las lleva consigo.

Exhibido el funcionario en su insensibilidad, su ignorancia y su conducta a todas luces clasista. Exhibidas también la indefensión del menor y los demás afectados, así como la indiferencia por parte de varios de los que presenciaron la penosa situación. Exhibido, quizá tangencialmente, el mal llamado mundo adulto y ese empeño insano en creer que la disciplina implica pasar por encima de un menor, de quien sea, y humillarle hasta las lágrimas. Golpes, insultos, gritos, órdenes, como falsas y nocivas prerrogativas que tienen los mayores o los ricos y poderosos o la autoridad para meter orden, a costa de vulnerar el orgullo, el honor y la dignidad del otro.

Hace poco, en una cena, conocí a una activista danesa, quien contó que en su país los padres que golpeaban o gritaban a sus hijos eran denunciados, procesados y hasta encarcelados. Hubo pasmo, hubo ovación, hubo quien, incrédulo, preguntó: ¿Un grito y a la cárcel? Claro, respondió ella, porque lacera el autoestima. El que esté libre de culpa, insistió el incrédulo… Y nadie arrojó la primera piedra.

O quizá esas primeras piedras sean los videos que exhiben la soberbia y la cobardía de los otros y que los demás señalamos y condenamos para caer en la cuenta de cuán cuidadosos y respetuosos tenemos que ser, y nunca perder de vista que los niños son primero y están para que los adultos los procuremos y los protejamos.

Es paradójico que aquellas verdades que en la retórica se defienden a capa y espada, no siempre encuentren correspondencia en las acciones. No en vano el mundo de las emociones infantiles es un tema de investigación y significación relativamente recientes, en especial en México, donde aún se escuchan testimonios de quienes, no obstante fueron educados a palos, dicen que crecieron fuertes, felices y exitosos.

Por fortuna, el registro y la reacción viral a este tipo de atropellos, hablan de una tendencia creciente hacia el respeto del mundo emocional infantil y un mayor reconocimiento de los abusos por parte de los adultos.

“Alta velocidad mortal”
Más de una vez me ha tocado escuchar a algún pasajero decirle lo siguiente al conductor de un vehículo que maneja con exceso de velocidad: ''¡No olvides que llevas vidas!''. Dicha advertencia es sumamente reveladora: a veces pareciera que los conductores se olvidan de que trasportan vidas. ''Alta velocidad mortal'', así tituló el diario español El Mundo la noticia sobre el descarrilamiento del tren en Santiago de Compostela, Galicia, que, según los últimos informes, provocó 77 muertes. El diario asegura que el convoy circulaba a 220 km/h en un tramo riesgoso que, por ser curva cerrada, está limitado a 80 km/h. Por su parte, el periódico El País afirmó que, en el momento del accidente, el tren circulaba a 180 km/h. En tanto, el vocero de Renfe, la empresa local de ferrocarriles, dijo que la velocidad exacta se conocerá una vez que se consulten las cajas negras del tren. Duele Galicia.

#FueraChepo Fui y me di un chapuzón en Twitter minutos antes de que terminara el partido en que México fue derrotado (dos goles a uno) por Panamá y le valió ser eliminado de la Copa de Oro. Al menos en mi timeline (que es algo numeroso) predominaron abucheos y descalificaciones contra el director técnico, enemigo público número uno, mientras la noticia sobre un tiroteo en un centro de apuestas en Michoacán, difundida durante esos últimos minutos de partido, pasó casi desapercibidamente. La información sobre el supuesto ataque o asalto se mantuvo confusa. Conforme escribo esto, las últimas versiones hablaban de 15 encapuchados que lanzaron bombas molotov y abrieron fuego al interior de un YAK, lo que provocó un incendio. . . Duele, inquieta y perturba Michoacán. Apenas el miércoles se registró una de las jornadas más sangrientas en ese estado, con la muerte de 24 personas en un enfrentamiento entre presuntos delincuentes y elementos de la Policía Federal.


Rose Mary Espinosa