viernes, 19 de junio de 2015

Somos la fuente de nuestras emociones

Podemos generarlas o cambiarlas en el momento que queramos. ¿Por qué, pues, no lo hacemos? Para la mayoría de nosotros, sentirnos mal es “natural” pero necesitamos una razón para sentirnos bien. No te hace falta una excusa para sentirte bien. Puedes decidirlo ahora mismo, sentirte bien sencillamente porque estás vivo, porque así te apetece, ni más ni menos. ¡No tienes que esperar a nada ni a nadie!

¿Cuál es la mejor manera de enfrentarse a las emociones negativas? Hay muchas respuestas comunes e ineficaces. Podemos no hacerles caso, evidentemente esto no las hará desaparecer. Podemos suprimirlas, pero saldrán por otro lado. Podemos regodearnos en ellas y hundirnos en la autocompasión, pero esto no mejora la situación. Podemos tratar de competir diciendo: ¿Crees que las cosas van mal? ¡A mí me van peor!

Evidentemente, la actitud más inteligente consiste en transformarlas enfrentándonos eficazmente a los problemas, buscando soluciones, usando nuestras emociones y aprendiendo de ellas para mejorar nuestra vida y la vida de aquellos que tenemos el privilegio de tener cerca.

Anthony Robbins