domingo, 9 de febrero de 2014

La monogamia, ¿está en crisis? por Merlina Meiler

En momentos en que la familia tradicional (según el concepto acuñado durante siglos) está dejando paso a diferentes opciones y posibilidades, muchas personas consideran que la monogamia (léase – fidelidad) es un valor en vías de extinción.

Este es un interesante artículo escrito por Any Krieger, que aborda el tema desde la perspectiva de los cambios acaecidos en el rol de la mujer en la sociedad.

La monogamia, tal cual se concibe en Occidente y dentro del marco de la familia judeocristiana, está en plena transformación. Y hay ciertas cuestiones que pueden estar provocando esta situación, pensando que el hombre ya no representa una fortaleza, ya no es el que nos rescataba como en las novelas de caballería tomándonos desde las axilas y llevándonos al galope. ¿Qué ocurre hoy o desde hace 40 años? El hombre ya no tiene la misma fuerza social. Las mujeres, en cambio, han acumulado a través de “destapes” o de la llamada liberación sexual, un lugar menos elegante para el hombre en este nuevo dominio, ya no se ubican detrás de él. ¿Es un cambio suficiente?

El feminismo parece haber descubierto en estas situaciones del hombre una debilidad que la mujer incorporó como un acto nunca sucedido en la historia de los vínculos. Aprovechó esta circunstancia para pensarse en términos de igualdad y en una competencia bastante cruel. El desencuentro está, más que en un nuevo lugar, en una pérdida de la continuidad de la autoridad familiar.

Si examinamos la palabra “mujer” en la actualidad, sin la dirección ordenadora del hombre, podemos observar una modificación. Hoy, su representación textual ha pasado de “la mujer de” a “soy una mujer”, dentro de las relaciones interpersonales donde actúan las diferentes versiones de la sexualidad. Este hecho ha producido un movimiento en la estructura vincular histórica monogámica. Simone de Beauvoir recorre el comienzo fuerte del feminismo en los ’60, cuando los hombres empezaron a temer perder su rol de jefe en las relaciones.

Hoy, como psicoanalista, no puedo precisar si la sexualidad es una liberación o es un nuevo encuentro. No hay duda de que estamos viviendo en una libertad sin límites. Las relaciones han perdido su lógica y se sitúan en métodos menos fieles, tratando de encontrar un interés completamente funcional; y los nuevos trueques que han surgido en estas relaciones de pareja han producido una transformación en los vínculos amorosos actuales.

Las nuevas costumbres sexuales parecen decididamente estar ubicadas en las páginas de Internet. Aún más: hay un pasaje de la vida más íntima a una escena virtual viralizada al quedar registrada en la pantalla.

Me pregunto: ¿los modos sexuales tienen que ver con la época histórica y política? Está claro que hemos perdido esa construcción social del matrimonio y de cómo una dama debía prepararse desde pequeña para participar como mujer de un hombre, en la vida adulta. La represión en el mecanismo sexual era lo que fundaba la conducta social y sus consecuencias en las relaciones humanas, signada por relaciones sexuales permitidas y desviadas. Hoy esto ha caído como el Muro de Berlín, y nos encontramos con las nuevas sexualidades. El proyecto sexual actual está fuertemente vinculado al deseo, razón fundante del nuevo escenario que habitamos.

Tal vez no se trata de reencontrar una respuesta, pues no hay ni una ni dos. El problema es que la falta de respuestas provoque cierto enfrentamiento o un fuerte descreimiento. Es una fase en la vida humana muy compleja, entre lo anterior y lo que vivimos. Nos hallamos en un problema o, para decirlo mejor, en uno de los momentos más difíciles para encontrar el porqué de los hábitos actuales del hombre y su proyecto sexual, por momentos novedoso, por momentos aburrido, pero siempre sugerente.


Cómo actuar en caso de malos tratos

La violencia de género consiste en insultos, humillaciones, actos de control sobre el dinero, ropa, amistades, relaciones familiares, aislamiento social, amenazas, agresiones físicas o sexual

Información de los pasos que debes seguir si has sido agredida:

1 Llama a teléfonos de asistencia y emergencia.
Tanto si eres víctima de maltrato como si conoces un caso cercano de violencia de género puedes ponerte en contacto con teléfonos gratuitos . Funcionan las 24 horas del día los 365 días del año y no deja rastro en la factura del teléfono. Nadie sabrá que has llamado, es absolutamente confidencial.
Recibirás atención profesional. Te informarán de qué hacer en caso de maltrato y en caso de emergencia te derivarán . Recibirás información sobre los recursos y los derechos que tienes en materia de empleo, servicios sociales, ayudas económicas, recursos de información, de asistencia y de acogida.

2 Acude al hospital o centro de salud más cercano.
Lo primero es acudir a tu centro de salud u hospital para que te hagan un reconocimiento médico completo. Si no puedes acudir por tu propio pie, llama al servicio de Emergencias para que vayan a donde estés. Si has sufrido una agresión sexual, coméntalo y pide una revisión específica. Es muy importante que pidas el parte de lesiones. Y no olvides que las lesiones pueden ser tanto físicas como psicológicas.
Sería muy recomendable que además busques asesoramiento en una asociación de mujeres especializada, en un centro de atención a la mujer de tu localidad, o en un centro de servicios sociales.

3 Si corres peligro, sal de tu casa.
Puedes abandonar el domicilio familiar sin perder derechos, siempre que en un plazo de 30 días interpongas una denuncia o una demanda de separación.
Si puedes, debes llevar contigo el DNI y la cartilla de la Seguridad Social, el libro de familia, libretas de ahorro y tarjetas de crédito, llaves, contrato de arrendamiento o escrituras de propiedad del mismo, certificados médicos y agenda de direcciones y teléfonos. Por supuesto, si tienes hijos, llévatelos contigo. Su seguridad es prioritaria.
Si tienes miedo de regresar por tus cosas llama a la Policía para que te acompañen.

4 Presenta una denuncia.
También puedes presentar una denuncia en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, comisaría de Policía o comandancia de la Guardia Civil.
Cuando detalles la violencia que has sufrido por parte de tu marido, compañero o novio, ex marido, ex compañero o ex novio, cuenta todos los episodios de violencia que hayas vivido, cita a las personas que hayan sido testigos directos de la misma e identifica correctamente a tu agresor.
Tendrás derecho a un abogado/a desde el momento en que interpongas la denuncia.
Si has sufrido maltrato en otras ocasiones es importante que lo expliques, que digas si entonces pusiste denuncia o no. Es también vital que comentes si tú y tus hijos están en una situación de riesgo. Antes de firmar la denuncia léela atentamente y pide copia. Puedes pedir o solicitar información sobre la orden de protección.

5 Solicita una orden de protección.
Puedes solicitar una orden de protección en tu centro de servicios sociales, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, la Fiscalía contra la Violencia sobre la Mujer, la comisaría de Policía o la comandancia de la Guardia Civil.
Una vez solicitada, el juez recibe a la mujer y al agresor por separado y, en un máximo de 72 horas, decide si es necesario adoptar alguna medida. Las medidas pueden ser:
- Medidas civiles. Se refieren al uso y disfrute de la vivienda, al régimen de custodia, visitas y comunicación con los hijos, a la prestación de alimentos y a la protección de los menores. Tienen una duración de 30 días y hay que solicitarlas expresamente.
- Medidas penales. Están destinadas a evitar que el agresor pueda ponerse en contacto contigo y eludir así nuevas agresiones. Entre ellas, está la prisión provisional, la orden de alejamiento, la prohibición de comunicación, la prohibición de residir o acudir al lugar del delito o residencia de la víctima y la retirada de armas y otros objetos peligrosos.
-Medidas de asistencia y protección social. Son servicios como los alojamientos de emergencia, las ayudas económicas, atención psicológica, asesoramiento jurídico, etc.
La orden de protección puede solicitarse ante el juez, el fiscal, ante la policía o la guardia civil, en las oficinas de atención a las víctimas, en los servicios sociales de tu ciudad o comunidad autónoma y en los servicios de orientación jurídica de los colegios de abogados.

6 ¿Qué hacer si conoces un caso de malos tratos?
Las personas que están cerca de la víctima, sus familiares, amigos o sus vecinos deben ser conscientes de que su ayuda es también clave. Si te encuentras en este caso, esto es lo que puedes hacer:
-Si sospechas que una persona está siendo agredida o escuchas frecuentemente ruidos o gritos, debes llamar a la Policía.
-Si has presenciado un episodio violento, préstate como testigo a la víctima.
-Si eres familiar de la víctima, tú mismo puedes solicitar la orden de protección.
-Es importante que escuches a la víctima y le hagas ver que no está sola y que ella no es la culpable de la situación, pero no la presiones a tomar medidas.

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