miércoles, 8 de mayo de 2013

El campo de concentración

El país entró en guerra. Fue una contienda larga y cruel. Defendiendo su patria, combatieron en ella, forzados por las circunstancias, dos jóvenes. Al final de la guerra, fueron prisioneros en un campo de concentración. Tras dos años de cautividad, los liberaron, y cada uno reemprendió su vida en un lugar diferente del país. Pasaron diez años y un día se reencontraron.

-¿Qué tal, amigo mío? -preguntó uno de los hombres al otro. -Estoy bien, pero no he podido olvidar todo lo que pasamos, ¿y tú?

-Nunca se olvida una cosa así, pero ya la he superado.

-Yo no. Sigo lleno de odio hacia nuestros carceleros. No hay día que no los odie con toda la fuerza de mi ser.

-¡Oh, amigo mío! Lo malo no es sólo los dos años que estuviste en el campo de concentración, sino los otros diez que has seguido preso.

Extraído:
“El libro de la Serenidad” 
Ramiro Calle

Comentario

Cuando el pensamiento es víctima del odio, los celos, la envidia, la malevolencia y la ira, la persona vive en su propio y férreo campo de concentración psicológico. El pensamiento de odio, curiosamente, nos ata a la persona que odiamos, sufrimos por ella, cuando hay cosas realmente esenciales por las que padecer. Es un doble mal negocio: el odio en sí mismo, tan corrosivo psíquicamente, y el sufrimiento que experimentamos justo debido a la persona que odiamos. Representa un considerable avance por la senda hacia la paz interior superar el odio, perdonar las ofensas y heridas, tender puentes de reconciliación y no quedarse prendido en el afán de venganza.

Tercer paso de los Alcohólicos Anónimos

El tercer paso de los alcohólicos enfrenta a la persona con una puerta que aun se encuentra cerrada bajo llave y la decisión de abrirla está en sus manos.

Ellos tienen la llave que es continuar trabajando en la fe que aceptaron tener en el segundo paso.

El programa de los doce pasos requiere una actitud positiva la cual elimine esa oposición a creer en la no existencia de un Poder superior.

El tercer paso trabaja en llevar a cabo esa acción de creer sin dudar.

Este paso a muchos les parece difícil y a algunos imposible.

Sin embargo una vez se toma la decisión de abrir esa puerta, sabemos que dependerá de nosotros volverla a cerrar.

La diferencia ahora está en que tenemos la llave para abrirla de nuevo.

El tercer paso, difícil pero no imposible

Para muchos alcohólicos este paso es muy difícil de tomar pues ellos saben que al abrir esa puerta de la fe están poniendo su vida en manos de un Ser Superior y está renunciando a su voluntad para hacer lo que ellos quiere.

Sienten que están perdiendo su independencia pero al mismo tiempo piensan que no hay otra salida para dejar de beber.

Su instinto de independencia les dice a gritos que no pierdan su voluntad pues se van a convertir en un cero a la izquierda.

Su ego se siente herido y tratan de muchas maneras de resistirse a entregar su voluntad a algo que es intangible como lo es el Ser Superior.

Examinemos por un momento esta idea de la dependencia de un factor externo a nuestra voluntad.

Tercer paso, las dudas asaltan al alcoholico

Los alcohólicos dudan en este paso pues sienten que nunca más van a gobernar su vida como lo han hecho hasta ese día.

Sin embargo una voz interna les dice que al poner su independencia en las manos de Dios su inteligencia y su lógica van a estar respaldadas por una fuerza extraordinaria que apoyará la de ellos propia para dejar de beber.

El alcohólico se enfrenta a la realidad y se da cuenta que su vida hasta ese momento ha sido horripilante, se miran al espejo y se asustan con su imagen.

Se ven rodeados de gente llena de ira o de temor hacia ellos.

Es ahí en el momento que la teoría de la autosuficiencia no tiene valor.

Sienten que esa autosuficiencia los llevará a la ruina total. Ahí es donde admiten su derrota y toma la decisión de poner sus vidas y su voluntad en manos de un Poder Superior.

Es ahí cuando se dan cuenta que la palabra dependencia que ellos tanto han rechazado es lo peor que existe para ellos.

Ellos dependen del alcohol y esa dependencia emocional es tan grabe y tan negativa que les causa mucho daño y no les trae ningún beneficio a sus vidas ni a las de sus familias.
La dependencia al alcohol se convierte en algo insoportable

Se dan cuenta que la dependencia al alcohol es insoportablemente dolorosa y dañina y que el depender de un Poder Superior no les producirá resultados negativos, todo los contrario los ayudará a no tomar más licor.

A partir del tercer paso, el alcohólico tiene que hacer ciertas decisiones para poder trabajar los otros pasos. Ahora debe cultivar su voluntad de seguir adelante.

Debe esforzarse y sujetarse a la voluntad del Poder Superior.

Una vez que el alcohólico llega a ciertas conclusiones de someterse a la voluntad de Dios y sujetarse, se le hará más fácil practicar el tercer paso.

En los momentos de desesperación emocional deben pedirle al Ser Superior tranquilidad y en la quietud de sus habitaciones pueden repetir la oración de la serenidad:

“Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo y la sabiduría para reconocer la diferencia. Hágase tu voluntad y no la mía”.



Segundo Paso de los Alcohólicos Anónimos

“Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos, podría devolvernos el sano juicio”.

Trabajando el segundo paso

Al trabajar el segundo paso los alcohólicos se dan cuenta que carecen de sano juicio y muchos aquí tienen problemas pues muchos no son religiosos y en este paso la alternativa que les da el programa de los doce es pasos es obtener ese sano juicio por medio de un Poder Superior.

Muchos alcohólicos resienten el hecho que durante el primer paso ellos aceptaron su adicción y que sus vidas son ingobernables.

Esto los frustra ahora que deben aceptar que de ellos no depende su sanidad y que solo si Dios los ayuda pueden controlar el alcoholismo.

Muchos se preguntan que van a hacer pues son ateos y no tienen la menor idea como van a salir del apuro.

Los doce pasos no es un grupo religioso

Aunque los grupos de Alcohólicos Anónimos no forzan a las personas a nada, sugiere que para llegar a lograr y mantener la sobriedad deben acudir a un Ser Superior que los ayude a controlar sus deseos de ingerir alcohol.

El alcohólico con la ayuda del padrino llega a entender que es vulnerable a caer en la tentación de volver a tomar y que si no se aferra a un Poder Superior no va a lograr dar vencimiento al vicio.

Ahí es donde muchos que no son creyentes se identifica con el Ser Superior no en una forma espiritual o religiosa pero mas bien identificando ese poder en el grupo de los doce pasos.

Comienzan a ver el grupo como la luz de la esperanza para ellos y algunos de los que se resistían a creer en ese Poder Superior que los ayudará a mantenerse sobrios comienzan a tener fe al ver sus vidas transformadas de pronto en algo que jamás lograron llegar a lograr.

Sin embargo a los que han perdido la fe les cuesta mas aceptar el programa de los doce pasos de los AA. Aun mas que a los que nunca han tenido pues los que perdieron la fe se han alejado de los caminos a grupos religiosos, amargados, decepcionados y se resisten a militar nuevamente en las filas de las personas creyentes.
Los intelectuales se resisten mas que los no intelectuales

Otras personas que tienen problemas en el segundo paso son las personas muy intelectuales porque se sienten por encima de los demás.

El programa de los doce pasos les hiere su ego y sienten que ellos no pertenecen a ese grupo y muchos son lo suficientemente soberbios que no aceptan que un Poder Superior los pueda ayudar.

Algunos psiquiatras han dicho que la personalidad rebelde de los alcohólicos no les ayuda a aceptar este segundo paso.

Muchos de ellos pretenden desafia al mismo Dios.

El grupo de los AA ayuda a los alcohólicos a entender que esa rebeldía no los va a ayudar a su recuperación.

Ahí es donde el alcohólico hace resoluciones de dejar la bebida definitivamente y humildemente acepta que necesitan de ese Poder Superior para vencer sus debilidades.

Ponen su casa en orden y se vuelven personas humildes y se dan cuenta que nunca anteriormente tuvieron una relación con Dios, solo practicaban la religión de una manera superficial.

Por ente el segundo paso es muy importante para los ateos porque los ateos, agnósticos y ex creyentes se unen en un solo espíritu en este paso.

Todos en un mismo sentir experimente la humildad y la vulnerabilidad y quedan convencidos que ellos solos no pueden salir adelante sino apelan al Poder Superior sin importar como lo perciben y quien es ese Poder Superior que los ayudara a mantener ese sano juicio.