miércoles, 29 de enero de 2014

La técnica del disco rayado

En la actualidad ya no se rayan los discos, puesto que no son de vinilo, pero esa expresión sigue siendo útil para designar a las personas que repiten una y otra vez lo mismo sin parar hasta que te entra ganas de ponerte tapones en los oídos.

Pero, ¿por qué iba a ser bueno convertirse a propósito en un disco rayado? En realidad, es una técnica de asertividad que puede ser muy efectiva cuando tratas de hacer valer tus derechos ante una persona que está haciendo oídos sordos.

Consiste en repetir tu negativa a hacer algo cada vez que la otra persona insista. Supongamos que alguien te pide que hagas algo que no deseas hacer (o que es una petición abusiva, injusta, etc.). La primera vez que respondes puedes dar alguna explicación, si así lo deseas, pero si la otra persona sigue insistiendo dispuesta a convencerte de cualquier modo, puedes limitarte a repetir la misma frase una y otra vez. Por ejemplo:

- ¿Puedes prestarme tu coche esta tarde?

- No, lo necesito para ir al centro.

Supongamos ahora que la otra persona sigue insistiendo, inventando diversos argumentos para convencerte. Ante cada frase que diga, sea lo que sea, respondes siempre lo mismo: "No, lo necesito yo".

De este modo, no entras en debates ni discusiones y estás dejando bien claro a la otra persona que no vas a ceder, que no tiene nada que hacer y que ni siquiera le estás escuchando. Cuando lo único que obtiene de ti es un tranquilo pero firme "no, lo necesito yo", se acabará aburriendo y no tendrá más remedio que desistir.

Ana Muñoz


lunes, 27 de enero de 2014

Prepararse para la entrada en la universidad de los hijos

Hay un verano muy especial en la vida de los adolescentes es aquel que precede a su marcha a la universidad. Los chicos y chicas viven esos meses de asueto como una especie de frontera entre la infancia y la edad adulta. Ellos necesitan preparar muchas cosas para su nueva andadura. Pero sus padres y madres también necesitan prepararse porque también para ellos es un momento muy importante.

Los niños han crecido
Si para los adolescentes es uno de los momentos más importantes de la vida el de la entrada en la universidad, para sus padres no lo es menos.

Van a sentir muchas emociones y es bueno conocerlas para saber cómo convivir con ellas de la mejor manera posible.

Momento crucial para los padres
La mayoría de los padres de adolescentes sienten emociones encontradas cuando sus hijos se marchan a la universidad. Algunas comenzarán a sentirlas en los meses previos y otras llegarán cuando los hijos dejen la casa familiar o en las semanas o meses siguientes.

  • Orgullo. La inmensa mayoría de los padres sienten un gran orgullo cuando los hijos entran en la universidad. Los que también fueron en su juventud porque piensan que sus hijos continúan la tradición y los que no pudieron ir ellos mismos se sienten conmovidos porque sus hijos sí lo han conseguido. Ese orgullo es legítimo y sano y hay que disfrutarlo y compartirlo. Y con los primeros que hay que compartirlo es con los hijos. Es bueno que ellos sepan lo orgullosos que estamos del paso que van a dar.
  • Miedo. Ese es otro de los sentimientos frecuentes entre los padres de adolescentes que van a la universidad. El primer miedo que tienen es el que nace de la incertidumbre. No es posible saber cómo les va a ir a los chicos o chicas. No es posible saber si se adaptarán bien, si las cosas serán como ellos creen y quieren, si se enfrentarán a problemas… La forma de prepararse para vivir ese miedo es, primero, analizar con el adolescente todos los puntos de su marcha a la universidad, estar seguros de que todo está bien resuelto de antemano: la matrícula en el college o la universidad, el alojamiento, el seguro médico, las posibles becas, el dinero… Si repasamos con nuestro hijo todos estos asuntos, tanto él como nosotros estaremos más seguros. Y, segundo, es importante que dejemos a nuestros hijos que crezcan. Seguro que se enfrentarán a algunos problemas en su nueva vida. Aunque en la mayoría de las veces serán problemas menores. Pero es muy importante para su crecimiento que sean capaces de resolverlos por sí mismos. Lo que debemos procurar siempre es que los chicos confíen en nosotros si aparecieran problemas más graves.
  • Soledad. Muchos padres y madres van a sentir un gran sentimiento de soledad cuando los hijos dejen la casa para ir a la universidad. También ese es un sentimiento normal. Nuestro niño ha dejado definitivamente de ser un niño y ya es casi un adulto pero nosotros seguimos viéndolo chico. Él o ella se ha hecho mayor y nosotros hemos dejado de ser padres jóvenes. Por una parte hay que ser consciente de que nuestros hijos van a seguir siéndolo siempre y que siempre van a necesitar nuestro amor pero cada vez necesitarán menos de nuestro tiempo. Así que podemos convertir ese hecho en algo positivo. Una buena idea para los padres y madres de hijos que se van a la universidad es buscar algún hobbie, dedicar algo de tiempo semanal a una actividad nueva. Seguro que existen decenas de cosas que nos hubiera gustado hacer en los años anteriores para las que no hemos tenido tiempo: este es el momento de comenzar a hacerlas. Nuestra vida sigue adelante.
  • Deseo de saberlo todo. Algunos padres sienten la necesidad de saber todo lo que les ocurre en todo momento a sus hijos cuando comienzan la universidad. Generalmente ocurre solo durante las primeras semanas pero es importante que controlemos el impulso de llamaros continuamente o acercarnos a visitarlos cada fin de semana. Es preferible que establezcamos un par de días para las llamadas cada semana, si todo va bien, y sobre las visitas que sea el adolescente el que nos invite a ir a visitarlo cuando a él o ella le convenga.
Victoria Toro

jueves, 23 de enero de 2014

Qué debes saber sobre el bullying

El bullying, también conocido como acoso escolar, es una de las situaciones más duras con las que se pueden encontrar los adolescentes en la escuela. Se trata de una forma de tortura en la que un chico o chica o un grupo de ellos someten a maltrato a un compañero. Cualquier forma de maltrato físico, psicológico o verbal que se ejerce sobre un escolar durante un tiempo prolongado está considerado bullying.

Los chicos o chicas que se ven sometidos a este tipo de acoso llegan a vivir aterrorizados, tienen pavor a ir a la escuela y en algunos casos llegan a tener depresión y pensamientos de suicidio que, en ocasiones, llevan a cabo. Son situaciones tan peligrosas que padres y maestros deben vigilar estrechamente para descubrirlas.

Aunque puede darse en niños de todas las edades, lo más frecuente es que ocurra en la adolescencia. Se considera que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 16 años vive o ha vivido una situación cercana al bullyng como acosado o como acosador. Aunque el porcentaje de chicos o chicas que sufren un bullying grave es mucho más bajo ya que está entorno al 3%. Y es algo más frecuente entre las chicas que entre los chicos.
Tipos de bullying
  • Agresiones verbales. En este caso entrarían los insultos pero también cuando se habla mal de alguien o se expanden rumores malintencionados sobre un compañero.
  • Agresiones psicológicas. En este caso están las intimidaciones para provocar miedo y así conseguir que la víctima haga algo que no quiere hacer: entregar su dinero u objetos personales o cualquier otra cosa bajo coacción.
  • Agresiones físicas. Aquí entrarían las palizas o los simples golpes además de los robos o el destrozo de sus materiales u objetos.
  • Aislamiento social. Otra forma de bullying consiste en aislar a la víctima impidiéndole participar en las actividades de los compañeros de clase o, en algunos casos, dejando de hablarle y haciendo que los demás tampoco le hablen y se relacionen con él o ella.
  • Agresiones sexuales. En esta categoría están todas las agresiones que tienen como objetivo hacer que la víctima se sienta humillada o incómoda. La forma más frecuente del acoso sexual en la escuela es con la utilización de los celulares o las redes sociales.
  • Agresiones racistas. En algunos casos, la forma que utilizan los agresores son los insultos racistas cuando la víctima pertenece a alguna minoría como la latina.
Qué hacer si le ocurre a tu hijo
Cuando un padre descubre que su hijo está implicado en un caso de bullying, ya sea como víctima o como agresor, debe actuar inmediatamente. Lo primero que hay que hacer es avisar a la escuela. Hablar con la dirección, con los consejeros y con los profesores. Y en los casos en los que se haya producido una agresión grave hay que denunciarlo a la policía.

Qué hacer si tu hijo es la víctima
Los padres de chicos o chicas que son víctimas de bullying tienen que establecer con la escuela un plan para salir de esa situación y mantenerse en contacto continuo con consejeros y maestros para seguir la evolución del proceso.

Y hay que darle todo el apoyo a la víctima. Habrá que explicarle y conseguir que entienda que él no es culpable de nada, que ha estado sometido a una situación de tortura y buscar fórmulas para restaurar su autoestima. En ocasiones puede ser necesaria la ayuda de un terapeuta.

Qué hacer si tu hijo es el acosador
Las medidas que deben tomar los padres de los acosadores también exigen que se mantengan en comunicación con la escuela para seguir la evolución de la situación. De igual modo deben hacer entender a su hijo que el acoso es inaceptable e incluso puede ser un delito.

Qué hacer si tu hijo es un observador
Es muy frecuente que en los casos de bullying exista una víctima, un acosador y un grupo de observadores. El grupo de amigos es una de las características de la adolescencia y hay veces que los chicos o chicas siguen a un líder sin importar lo que este haga.

Los padres de los chicos o chicas que se han convertido en observadores deben actuar igualmente. Si tienen noticia de un caso de acoso deben comunicarlo a la escuela inmediatamente, explicando a su hijo lo que van a hacer y la importancia de hacerlo. Y deben asegurarse de que su hijo comprende que la valentía y la madurez están precisamente en no callarse ante este tipo de situaciones.

Victoria Toro